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Mientras vagaba en la relativamente nueva plataforma de vídeos, Jacob descubrió que había una modalidad de vídeos que eran básicamente de lo que él había hecho un par de veces por mera diversión, aparentemente se llamaba exploración urbana o Urbex para abreviar. Al descubrir eso se emocionó bastante, ya que pensó en abrir su propio canal en la plataforma y hacer dinero, e incluso la posibilidad de darse a conocer y ser famoso.
Durante varios días se la pasó viendo cuán vídeo se encontraba sobre el tema, incluso entraba a foros de internet donde la gente contaba sus experiencias, daba consejos, tips e incluso recomendaban sitios para visitar. Jacob tomaba nota de todo lo que podía serle útil, investigaba de los sitios y buscaba otros más que su ubicación estuviera cerca del lugar donde vivía, pero claro que no estaba cerrado a la posibilidad de viajar a sitios más lejanos. Además de eso, pensaba en que sería un buen comienzo el ir a sitios inexplorados aún, lugares que serían investigados por primera vez y que mejor que hacerlo él mismo.
Entre su búsqueda de sitios para explorar, dio con un buen número de páginas web que hablaban de sitios abandonados, entre los cuales había escuelas, cementerios, mansiones, búnkers de la segunda guerra mundial, hospitales e incluso hasta castillos. Pero lo que le llamó verdaderamente la atención fue una publicación de un usuario anónimo que contaba una leyenda sobre una vieja casona abandonada en Irlanda. Dicha leyenda decía que el dueño de esa casa un buen día acabó con la vida de toda su familia, de la servidumbre e incluso hasta de las mascotas, luego el hombre despareció y jamás volvió a saberse de él, por lo cual nunca se supo del porqué de tan atroz crimen. Las teorías iban desde trastornos mentales, hasta rituales satánicos, pactos con demonios e incluso que se había enterado que su esposa le había sido infiel y que sus hijos no eran suyos. Pero al final de cuenta todo eso eran conjeturas de la gente, al igual  que el resto de las historias sobre que en el sitio se sentía una vibra maligna, se veían sombras, que algunos de los que entraban no volvían a salir y que el sitio seguía abandonado y sin dueño desde hacía años por lo mismo, nadie la quería y quien se atrevía a comprar la casona, enseguida salía huyendo y la ponía a la venta a la brevedad. Estaba decidido, ese era el sitio en el que haría su debut.

Con eso en mente se preparó con todo lo necesario luego de haber leído una publicación en un blog sobre urbex, en el cual el autor había escrito una serie de puntos y criterios a considerar para que la experiencia de los exploradores fuera la mejor y por supuesto segura. Pero Jacob, siendo quien era obviamente pasó por alto algunos de los puntos más importantes, ya que consideraba que de hacerlo así sería más divertido, excitante y que seguramente iba a traerle más vistas y posibles seguidores.
La primera regla que rompió fue no haberle dicho nada a nadie sobre a donde iría, nisiquiera a su hermana con quien era muy cercano, esa clase de inusual conexión que los gemelos tienen, ya que pensaba en darle la sorpresa después, la segunda regla que rompió en cadena al romper la primera fue el ir solo precisamente por no querer decirle a nadie al respecto y que de alguna forma arruinaran su aventura.

Con todo su equipo listo Jacob subió a su vehículo y salió rumbo a su destino, y obviamente desde el minuto uno comenzó a grabar pequeños fragmentos donde se presentaba, y haciendo varias introducciones que luego vería para elegir cuál se veía mejor y era la más apropiada. Tras conducir por algunas horas tuvo que parar para pedir algunas indicaciones, ya que el GPS de su teléfono móvil había dejado de indicar el camino anunciando que la dirección no existía.

-Buenas tardes -saludo a un hombre algo mayor que estaba sentado en una mecedora afuera de una pequeña casa básicamente en medio de la nada.

-Buenas tardes muchacho -respondió amablemente el hombre.

-Disculpe, me preguntaba si de casualidad sabe que camino debo tomar para llegar a la casa Callaghan -dijo Jacob.

El joven inglés enseguida notó el cambio de semblante en la cara del hombre, parecía como si le hubiera dicho algo malo o como si hubiera insultado a su madre o algo por el estilo.

-¿Para qué quieres saber eso? -preguntó bastante serio.

-Es para un proyecto de la Universidad -mintió con la esperanza de que le diera la información que quería.

El hombre mayor se le quedó viendo de forma muy extraña, como si quisiera escudriñar en lo más profundo de su mente para averiguar si le estaba diciendo la verdad o no, eso hizo que Jacob se perturbara un poco, ya que la mirada del señor era bastante dura.

-No te recomiendo que vayas ahí -dijo algo cortante.

-Señor, le juro que no voy a ir a destruir nada, sólo necesito unas cuantas fotos y me iré de ahí -volvió a mentir.

-Cosas muy malas pasan en ese sitio muchacho, te recomiendo que no pongas un pie ahí, pero si lo que me estás diciendo es verdad, espero que tu visita sea tan breve como te sea posible -le dijo el hombre antes de guardar silencio por un momento y verle de forma intensa para luego hablar de nuevo- más adelante, a unos dos kilómetros más o menos verás que el camino se bifurca, toma el camino de la derecha, sigue por unos cinco kilómetros más, luego gira de nuevo a la derecha en el camino de terracería, y tras unos buenos doce kilómetros verás la casa de Callaghan.

-Muchas gracias buen hombre, que tenga un buen día -dijo Jacob sonriendole ampliamente, pero el hombre no le respondió.

Jacob entonces se puso en marcha de nuevo siguiendo las instrucciones del hombre mientras grababa otra sección para el video en el que explicaba lo sucedido. Luego de eso y tras un rato de conducir un poco más despacio de lo habitual debido a lo terrible de los caminos al fin divisó a la distancia lo que parecía ser la casona. Nada más al verla se emocionó, y su emoción fue aún mayor al llegar y ver un viejo letrero que decía “Bienvenidos a la casa Callaghan”.

Estacionó su vehículo y comenzó a hacer fotos y a grabar más en lo que aún tenía luz ya que quería primero echar un vistazo a los alrededores y asegurarse de que no hubiera nadie. Aquí fue donde otra de las reglas importantes de la exploración fue rota, el hacer no hacer las cosas de noche, ya que Jacob tenía planeado pasar toda la noche en el sitio. En cuanto el sol empezó a ocultarse Jacob se puso manos a la obra y estando en la entrada del sitio comenzó a grabar de nuevo.

-Bien, la aventura comienza verdaderamente ahora. Como pueden ver el sol esta por ocultarse, y esa es la señal, entraré a la infame casa donde el señor Callaghan mató a todos, y no saldré hasta que los primeros rayos del sol se asomen -dijo a la cámara mientras empezaba a caminar hasta las enormes puertas de la casona.

Entrar no fue un problema, las puertas estaban sin ninguna clase de candado o seguro, lo cual era un poco extraño ya que se suponía que seguía teniendo un dueño, o eso suponía ya que a la entrada aún estaba un letrero de bienes raíces anunciando la venta del lugar. Sin darle mucha importancia entró y cerró las puertas tras de si, el lugar era oscuro y bastante frío, tanto que el aliento de Jacob se condensaba con suma facilidad y era visible cada que respiraba.

Mientras recorría el sitio continuaba grabando y hablando sobre todas las historias y leyendas que giraban en torno al lugar, además de que mostraba lo enorme y elegante que era a pesar del paso del tiempo. Una de las cosas curiosas en la que Jacob no cayó en cuenta sino hasta después fue que la casona a pesar de no tener ninguna clase de seguridad, estaba completamente intacta, no había basura, las paredes estaba intactas sin ningún graffiti o mensajes profanos, simplemente el normal deterioro por el paso del tiempo y el abandono.
Fuera de eso todo parecía bastante normal, incluso Jacob llegó a pensar que verdaderamente todo no eran más que tontas historias inventadas para asustar a los niños. Al menos hasta que conforme seguía recorriendo, el ambiente iba tornándose más denso, inclusive daba la sensación de que lo alguien observaba desde la distancia. Esas sensaciones empezaron a perturbar un poco a Jacob, quien no dejaba de decir todo eso a la cámara dejando así evidencia de todo lo que podía.

Anduvo un buen rato recorriendo el sitio, mientras de tanto en tanto algunos ruidos se hacían presentes, pero Jacob se los adjudicaba a los normales crujidos de la madera vieja, a las roidas tubería y a la muy segura enorme cantidad de alimañas que usaban la casa como refugio.
Hasta ese momento no estaba pasándola mal, pero una parte de él esperaba más, realmente quería alguna otra experiencia, comprobar si todo lo que había leído en la extraña publicación era verdad. Miró su reloj y se dio cuenta que apenas iba a dar la una de la mañana, todavía le quedaba unas buenas cinco horas y media de estar ahí. Suspiró y decidió entrar a la siguiente habitación que se encontrara para comer algunos de los bocadillos que llevaba consigo en su mochila.

-Bien chicos, los veo en un rato, comeré algo y enseguida vuelvo con ustedes para seguir explorando este lugar, cambio y fuera -dijo a la cámara para después apagarla tras haber entrado a una habitación cuya puerta estaba abierta de par en par.

Al estar ahí dentro recorrio con la mirada el recinto y tras encogerse de hombros se sentó en el suelo a comer un sándwich y beber una malteada de proteína sabor chocolate. Mientras disfrutaba de eso sacó su teléfono móvil y empezó a ver las notificaciones de sus redes sociales, así como los mensajes de texto que su hermana y amigos le habían enviado preguntado donde estaba. Los ignoró y siguió navegando un rato hasta que su reloj hizo el sonido de alerta cuando era una hora en punto, Jacob pensó que apenas habían dado la una de la mañana, pero al ver su reloj se dio cuenta que ya eran las tres en punto.

-¿Pero que carajos? -detuvo su sándwich a medio camino hacia su boca cuando vio la hora en su teléfono, efectivamente eran las tres de la mañana- no es posible que haya estado sentado aquí dos horas comiendo un sándwich.

Pensó que su reloj se había vuelto loco, al igual que su teléfono, claro aunque eso fuera demasiado improbable. Terminó de comer y metió los empaques vacíos de regreso a su mochila para después ponerse de pie. Tomó de vuelta la cámara y antes de encenderla su reloj volvió a anunciar que ya había pasado otra hora, pero al verlo de nuevo se percató de que seguía marcando las tres de la mañana.

-Maldito reloj barato -dijo mientras le daba un par de golpes al reloj.

Sin darle mayor importancia al hecho volvió a encender la cámara, pero en cuanto se disponía a grabar la pantalla parpadeo indicando que necesitaba batería, cosa extraña ya que cuando la apagó horas antes aún tenía poco más de la mitad. Suspirando algo irritado sacó del bolsillo lateral de su mochila una de las baterías de repuesto, pero al encender la cámara volvió a hacer lo mismo.

-¡Maldita cámara de porquería! -exclamó molesto com ganas de lanzar la cámara, pero se contuvo.

Respiró profundo y sacó otra de las baterías y para su buena suerte esta vez si funcionó. Ya listo volvió a encender la cámara y disponerse a seguir con su vídeo cuando de pronto la puerta de la habitación se cerró de golpe haciendo que Jacob se sobresatara y casi dejaba caer la cámara. Enseguida empezó a filmar lo acontecido bastante sorprendido y algo emocionado.

-No van a creer lo que acaba de pasar, justamente estaba por salir de la habitación cuando la puerta se cerró ¡se cerró justo tras de mi! -dijo con bastante entusiasmo.

Pero no pudo seguir con eso ya que de pronto alguna extraña fuerza lo empujó haciendo que cayera encima de la vieja cama que estaba en la habitación, mientras todas su cosas habían quedado en el suelo. Eso sin duda asustó a Jacob, el cual intentó ponerse de pie pero no pudo, parecía como si una fuerza invisible lo estuviera reteniendo. Su respiración empezó a agitarse y una creciente desesperación empezó a hacerse presente.

-Pero que rayos... -miraba para todas partes pero no veía nada, lógicamente por que no había nada ni nadie ahí más que él.

Entonces sintió un fuerte agarre sobre sus muñecas y una respiración serca de si oído derecho, sentía un caliente aliento chocar contra su piel, eso lo estremeció. De pronto la fuerza sobre sus muñecas desapareció, pero aún así no podía moverse; ahora ese extraño peso estaba encima de su cadera y de pronto los botones de su camisa empezaron a abrirse uno a uno. Jacob miraba atónito y muy asustado eso ¿qué diablos estaba sucediendo? De un instante a otro ya tenía el pecho descubierto, dejando ver la pálida piel de su torso y sus músculos definidos.

-Maldita sea... maldita sea... -dijo con la voz temblorosa.

Callaghan HouseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora