Cuándo los primeros rayos de luz entraron por la ventana, rodé de costado, todavía medio dormido.
Gemí.
Hoy tenía que pasar el día con Chanyeol. Y me pasé toda la noche dando vueltas, soñando con un chico con impactantes ojos verdes y a medio sueño mis pantaloncillos desaparecían. Agarrando de mi buró la última novela que estaba leyendo, pasé la mañana recostado en la cama y leyendo, tratando desesperadamente de pensar en otra cosa que no fuera nuestra próxima aventura.
Cuando el sol estuvo casi en lo más alto del cielo, dejé el libro al lado, quité las sábanas y me dirigí a la ducha.
Un par de minutos después estaba de pie envuelto en una toalla y mirando mis opciones de traje de baño. El horror me embargó. Chanyeol tenía razón. La idea de estar medio desnudo cerca de él me hacía querer vomitar mis papas fritas. A pesar de que no lo soportaba, y de hecho creo que podría ser la primera persona que odió, él era… un dios. Quien sabe los tipos de trajes de baños que usan las chicos con las cuales se rodea o chicas…
A pesar de que yo no lo tocaría ni por todo el dinero del mundo, soy lo suficientemente maduro como para admitir que hay una parte de mí que quiere que él me deseé.
Eché una mirada al short rojo. Yo era siempre reservado, más prudente de lo que mi mamá nunca lo sería. Él reservado, práctico, aburrido y seguro Baekhyun. Ese es quien yo era. Era la razón por la que mi mamá se sentía bien por dejarme solo todo el tiempo, porque nunca hacía algo que la hiciera parpadear dos veces.
Una vez cambiado bajé las escaleras rumbo a la cocina.
Mi mamá ya estaba moviéndose en la cocina, tenía una taza de café en la mano. —Te acostaste tarde. ¿Dormiste bien anoche? — preguntó expectante.
Algunas veces me preguntó si mamá es una psíquica. Encogiéndome de hombros, caminé hasta su lado y tomé el jugo de naranja. Me concentré demasiado en preparar unas tostadas mientras ella continuó mirando mi espalda. —Estuve leyendo.
—¿Baek? —dijo después de lo que pareció una eternidad.
Mi mano temblaba ligeramente mientras untaba mantequilla en mi tostada. —¿Sí?
—¿Esto… todo esto está funcionando para ti? ¿Te gusta estar aquí? Asentí. —Sí, es bonito.
—Bueno —Tomó una profunda respiración—. ¿Estás emocionado por hoy?
Me estómago se revolvió mientras la encaré. Una parte de mí quería estrangularla por ayudar a Chanyeol en sus planes, pero ella no sabía lo que hacía. Sabía que le preocupaba que la odiara por alejarme de todo lo que yo quería e insistir en que nos mudáramos aquí. —Sí, supongo que sí —mentí.
—Creo que pasaras un rato agradable —dijo ella—. Sólo ten cuidado.
Le lancé una mirada conocedora. —Dudo que nadar me meta en problemas.
—¿A dónde irán?
—No lo sé. No lo dijo. Estoy seguro de que a algún lugar cerca de aquí.
Mi mamá se dirigió a la puerta. —Tú sabes lo que quise decir. Es un chico guapo —Luego ella me dirigió una mirada de me quedaré aquí a esperarte antes de irse.
Estaba tratando de no revivir ese horrible recuerdo de unión madre- hija, con el cuento de la abeja y la flor, digo no es como que me fuera a embarazar… salté cuando alguien tocó en la puerta principal. Mi corazón se aceleró mientras miré la hora.
11:46 a. m.
Después de tomar una profunda respiración para relajarme, obligué a mis pies a moverse hasta la puerta. Chanyeol estaba allí con una toalla lanzada casualmente sobre su hombro.
—Llego algo temprano.
—Puedo verlo —dije, mi voz plana—. ¿Cambiaste de opinión?
Siempre puedes intentar mentir.
Él arqueó una ceja. —No soy un mentiroso.
Lo miré fijamente. —Sólo dame un segundo para agarrar mis cosas.
—No esperé su respuesta. Cerré la puerta en sus narices. Fue infantil, pero me sentí como si hubiera ganado una pequeña victoria. Fui a la cocina y agarré mis tenis y cosas antes de regresar y abrir la puerta. Chanyeol estaba justo donde lo había dejado.
Una nerviosa excitación revoloteaba en mi vientre mientras cerré la puerta y seguí a Chanyeol por la calzada. —De acuerdo, ¿A dónde me llevas?
—¿Qué habría de divertido si lo supieras? —preguntó—. Luego no te sorprenderías.
—Soy nuevo en la ciudad, ¿Recuerdas? Todo aquí será sorprendente para mí.
—Entonces, ¿Por qué preguntas? —Arqueó una ceja con aire satisfecho.
Rodé los ojos. —¿No conduciremos?
Chanyeol rió. —No. A dónde vamos no podemos llegar conduciendo. No es un lugar muy conocido. La mayoría de los locales no saben ni siquiera sobre ello.
—Oh, entonces soy especial.
—¿Sabes lo que pienso, Baek?
Lo miré y lo pillé observándome con intensa seriedad. Me sonrojé. — Estoy muy seguro de que no quiero saberlo.
—Creo que mi hermano te encuentra muy especial. Estoy comenzando a preguntarme si está en lo cierto.
Sonreí. —Pero aquí hay todo tipo de cosas especiales, Chanyeol.
Él pareció sorprendido de escuchar su nombre. Después de que la mirada intensa desapareciera, me dirigió por el camino y cruzamos la carretera principal. Despertó mi curiosidad cuando entramos en la densa línea de árboles al otro lado de la carretera.
—¿Estás intentando meterme dentro del bosque para tenderme una trampa? —pregunté, medio en serio.
Me miró por encima de su hombro, las pestañas ocultado sus ojos. —
¿Y qué harías si te trajera aquí para eso, Baekkie?
Me estremecí. —Las posibilidades son infinitas.
—¿Lo son? —Se abrió camino fácilmente entre los arbustos y enredaderas en el suelo del bosque.
Estaba teniendo mucha dificultad para no romperme el cuello con las raíces expuestas y las muchas piedras cubiertas de musgo. —¿Podemos pretender que no tenemos que hacer esto?
—Créeme, yo no quiero hacer esto tampoco —saltó sobre un árbol caído—. Pero quejarte no hará que el camino sea más fácil —Girándose, me ofreció su mano.
—Siempre dices cosas tan románticas —Consideré ignorarlo, pero coloqué mi mano sobre la suya. La estática pasó de su piel a la mía. Mordí mi labio mientras él me ayudó a subir por el árbol caído antes de soltar mi mano—. Gracias.
Chanyeol apartó la mirada y continuó caminando. —¿Estás emocionado por la escuela?
¿Qué? ¿Él estaba emocionado por eso? —No, no es emocionante ser el chico nuevo. Ya sabes, sobresales entre los demás. No es divertido.
—Lo entiendo.
—¿De verdad?
—Sí, lo entiendo. Sólo tenemos que caminar un poco más para llegar.
Quería preguntarle más, ¿Pero para que intentarlo? Él me daría otra respuesta vaga o escueta. —¿Un poco más? ¿Cuánto tiempo hemos estado caminando?
—Unos veinte minutos, quizás un poco más. Te dije que estaba bastante escondido.
Siguiéndolo sobre otro árbol caído, vi un claro más allí de los árboles.
—Bienvenido a nuestro pequeño pedazo de cielo —Hubo una mueca irónica en sus labios.
Ignorándolo, caminé en el claro. Me quedé sorprendido. —Wau. Este lugar es hermoso.
—Así es —Estuvo a mi lado, con una mano arriba de sus ojos para evitar el fuerte resplandor del sol rebotando en la superficie lisa del agua.
Noté por la rigidez de sus hombros que este lugar era especial para él. El hecho de saber eso hizo que mi estómago revoloteara. Alargué mi mano y la puse sobre su brazo, y él se giró hacia mí. —Gracias por traerme
—Antes de que Chanyeol pudiera abrir su boca y arruinar el momento, dejé caer mi mano y deliberadamente aparté la mirada.
Un arroyó atravesaba el claro, creando un aspecto de un lago natural. Corría una suave brisa. Las rocas surgían del medio, de aspecto planas y lisas. De alguna manera, la tierra en el claro hacía un perfecto círculo alrededor del agua. Grandes áreas de hierba y flores silvestres florecían a pleno sol. Era pacifico.
Fui a la orilla del agua. —¿Qué tan profundo es?
—Unos tres metros en la mayoría del lago, unos seis al otro lado de las rocas —Estaba justo detrás de mí, caminando espeluznantemente tranquilo—. A D.O le encanta venir aquí. Antes de que llegaras, ella pasaba casi todos los días aquí —Para Chanyeol, mi llegada fue el principio del fin. El apocalipsis.
—Sabes, no voy a provocarle problemas a tu hermano.
—Eso ya lo veremos.
—No soy una mala influencia —intenté de nuevo. Las cosas serían mucho más fáciles si pudiéramos llevarnos bien—. Nunca me he metido en problemas antes.
Se deslizó a mí alrededor, sus ojos en el agua tranquila. —El no necesita un amigo como tú.
—No hay nada mal conmigo —espeté—. ¿Sabes qué? Olvídalo. Suspiró. —¿Por qué te gusta la jardinería?
Me congelé, mis manos se hicieron puños. —¿Qué?
—¿Por qué la jardinería? —preguntó otra vez, aún mirando hacia el lado—. D.O dijo que tú haces eso para no poder pensar. ¿Qué es lo que evitas pensar?
¿Ahora estaba preocupado y queriendo conocerme? —No es asunto tuyo.
Chanyeol se encogió de hombros. —Entonces, vayamos a nadar.
Nadar era la última cosa que quería hacer. ¿Ahogarlo? Quizás. Pero después él comenzó a patear sus tenis y a deshacerse de sus jeans. Debajo, él tenía su traje de baño. Luego se quitó su camisa en un movimiento rápido. Maldición. He visto chicos sin camisa antes. Viví en Florida, donde cada hombre sentía la necesidad de caminar a medio vestir. Caray, incluso antes he visto a este chico medio desnudo. Esto no debería ser un problema. Esto no debería ser un gran problema.
Pero joder, yo estaba muy equivocado.
Él tenía una construcción grande, no demasiado grande, pero más músculos que cualquier chico de su edad tendría. Él se movió con una fluida gracia hacia el agua, los músculos se flexionaban y estiraban con cada paso.
No estaba seguro de cuánto tiempo me quedé allí mirándolo después de que él finalmente se lanzara al agua. Mis mejillas ardieron. Exhalé, notando que estuve conteniendo la respiración. Necesitaba
controlarme. O quizás conseguir una cámara para memorizar este momento, porque apuesto que podría ganar dinero con un video de él. Podría hacer una fortuna… Siempre y cuando él no abriera la boca.
Chanyeol salió a la superficie a varios metros de distancia desde donde se lanzó, el agua brillaba en su cabello y en las puntas de sus pestañas. Su cabello oscuro estaba peinado hacia atrás, dejando sus intensos ojos verdes más llamativos. —¿Vas a entrar?
Deseé poder correr lejos. La confianza de antes se había evaporado. Me quité mis zapatos con lentitud, pretendiendo disfrutar de los alrededores mientras mi corazón golpeaba contras mis costillas.
Me observó durante un par de segundos, curioso. —Eres muy tímido,
¿No es así, Baekkie?
Me quedé quieto. —¿Por qué me llamas así?
—Porque hace que tu vello se erice, como un gatito —Chanyeol estaba riéndose de mí. Él nadó lejos, el agua chapoteaba en su pecho—. Entonces, ¿vas a entrar?
Buen Dios, él ni siquiera iba a girarse para no verme, ni nada. Y había un reto en su mirada, como si él esperaba que yo fuera una gallina. Quizás esto era lo que él quería… lo que esperaba. No hubo dudas en mi mente de que él era consciente del efecto que tenía en las chicas.
El práctico y aburrido Baek hubiera entrado en el lago con la ropa puesta.
No quería ser ese. Quería demostrarle que no me dejaba intimidar fácilmente. Estaba decidido a ganar esta ronda.
Chanyeol parecía aburrido. —Te daré un minuto para entrar.
Resistí la tentación de darme la vuelta y respirar hondo. No era como si fuera a quedarme desnudo, no del todo. —¿O qué?
Se movió más cerca de la orilla del lago. —O iré y te meteré. Le fruncí el ceño. —Me gustaría verte intentándolo.
—Cuarenta segundos —Me observó con intensidad, penetrándome con la mirada mientras se acercaba a la orilla.
Frotando mi mano en mi rostro, suspiré.
—Treinta segundos —Se burló ahora a una distancia más cerca.
—Jesús —dije, tirando fuera mi camisa. Lo pensé dos veces antes de tirarla fuera de mi cabeza.
Di un paso hacia la orilla con mis manos en mis caderas. —¿Feliz?
Chanyeol perdió su sonrisa y me miró. —Nunca estoy feliz a tu alrededor.
—¿Qué dijiste? —Mis ojos se entrecerraron antes su expresión en blanco. Él no dijo lo que yo creo que dijo.
—Nada. Será mejor que entres antes de que el sonrojo llegue hasta tus pies.
Me sonrojé más bajo su escrutinio, me di la vuelta y caminé hacia la orilla del lago donde la profundidad era menor. El agua se sintió muy bien, alivió el incómodo calor que cosquilleaba en mi piel.
No encontré nada que decir. —Es hermoso aquí afuera.
Me observó por un momento y luego afortunadamente desapareció bajo el agua. El agua caía por su rostro cuando apareció nuevamente. Necesitando refrescar mi cara, me hundí. El agua fría fue vigorizante, aclaro mis pensamientos. Emergiendo, empujé los mechones de cabello fuera de mi rostro.
Chanyeol me miró a unos metros de distancia, sus mejillas por encima del borde del agua, y su aliento creaba un grupo de burbujas que de vez en cuando rompían la tensión superficial. Algo en su mirada me decía que me acercara.
—¿Qué? —pregunté después de un rato de silencio.
—¿Por qué no vienes aquí?
No había ninguna posibilidad de que fuera a su lado. Ni siquiera si colocaba una galleta en su mano. Confianza y su nombre no van de la mano. Me di la vuelta, sumergiéndome bajo el agua, dirigiéndome hacia las rocas que había visto en medio del lago.
Llegué en unas pocas brazadas y emergí del agua, sobre una superficie cálida y dura. Él seguía donde lo vi por última vez. —Pareces decepcionado.
Chanyeol no respondió. Una mirada curiosa, casi confundida cruzó por su rostro. —Bueno… ¿Qué tenemos aquí?
Colgué mis pies en el agua e hice una mueca. —¿De qué estás hablando ahora?
—De nada —Nadó más cerca de mí.
—Dijiste algo.
—¿Lo hice?
—Eres extraño.
—Tú no eres lo que yo esperaba —dijo en voz baja.
—¿Qué significa eso? —Pregunté mientras él agarraba mi pie, y moví mi pierna lejos de sus manos—. ¿No soy lo suficientemente bueno para ser amigo de tu hermano?
—No tienes nada en común con él.
—¿Cómo lo sabes? —Cambié de lugar mientras él trataba de agarrar mi otra pierna.
—Lo sé.
—Tenemos mucho en común. Y él me gusta. Es agradable y divertido —Me eché hacia atrás, afuera completamente de su agarre—. Y tú deberías dejar de ser un imbécil y ahuyentar a sus amigos.
Chanyeol estaba quieto, y luego rió. —Realmente no eres como ellos.
—¿Cómo quiénes?
Pasó otro largo rato. Él agua golpeaba sus hombros, creando pequeñas ondas en su pecho con cada golpe.
Negando con la cabeza, lo observé desaparecer bajo el agua otra vez. Me incliné hacia atrás y cerré mis ojos. La manera en que los rayos del sol caían sobre mi rostro, y la manera en que el calor de la roca se filtraba a través de mi piel me recordó como era quedarse dormido en la playa. El agua fría me hacía cosquillas en los pies. Podría quedarme aquí todo el día, disfrutando del sol. Sin Chanyeol, esto podría haber sido perfecto. No tenía idea de lo que él quería decir con la cosa de que yo no era como ellos, o que el no necesitaba un amigo como yo. Tenía que haber algo más en él que un hermano sobreprotector psicópata. Poniéndome de pie y cuidadosa de la superficie de la roca, examiné el lago, estudiando la superficie en busca de una masa de cabello negro y ondulado.
Giré en la roca mientras un malestar burbujeaba en mi estómago.
¿Me estaba jugando una broma? ¿Pero por qué no lo veo?
Esperé, pensando que en cualquier momento él iba a emerger en el agua, con sus pulmones respirando con dificultad, pero los segundos se convirtieron en un minuto, y luego en otro. Seguí buscando en la superficie tranquila en busca de cualquier señal de Chanyeol, cada vez más frenético al pasar el tiempo.
Peiné un mechón de cabello hacia atrás en mi cabeza, acunando mi mano contra el fuerte sol. No había manera de que él pudiera contener la respiración por tanto tiempo. De ninguna manera.
Dejé de respirar, y luego la frialdad entró en mi pecho. Esto estaba mal. Me moví a través de las rocas y miré hacia el agua inmóvil.
—¡Chanyeol! -grité.No hubo respuesta...
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Obsidiana- [ChanBaek]
FanfictionEmpezar de nuevo apesta. Cuando nos mudamos a West Virginia justo antes del último curso, ya me había resignado al acento raro, a tener mala conexión a Internet y a aburrirme como una ostra... hasta que vi al sexy de mi vecino, tan alto y con unos o...