Capítulo 6: Incógnitas

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Helena.

-Estoy bien papá, no seas pesado –Me quejé ante toda la preocupación de mi padre al teléfono.

-Agradece que sea yo y no Gabriela, tu mamá estaría echando chispas ahora mismo, le he dicho que estabas bien y que te habías comunicado conmigo, pero ¿En que estabas pensando, Helena? ¿Cómo es posible que te dejaras robar el móvil?

Mi padre estaba intentando desesperadamente de echarme la bronca pero conociéndolo como lo conocía sabía que se estaba mordiendo la lengua para no reírse por mi boludez con el tema del móvil.

-Pues... aquí las cosas son un poco diferentes... A que no te aguantas la risa por cómo me robaron el móvil ¿eh?

-¡Joder Helly! es que solo a ti te pasan esas cosas –Soltó una carcajada y luego se contuvo para continuar en su postura de padre preocupado –Te lo dijimos tu mamá y yo siempre, allá no es la misma cosa.

-Ahora voy dándome cuenta, los rateros hasta son más ingeniosos...

Soltó otra carcajada antes de añadir.

-Bueno lo del móvil es lo de menos, pídele a tu tía Denise una cuenta bancaria y yo me encargaré de mandarte dinero para uno nuevo.

-No, no pasa nada –Dije sorprendiéndome a mí misma.

-¿Cómo no va a pasar nada? –Papá pareció sorprendido y a la vez un poco burlón –Tú móvil siempre ha sido lo más importante, ¿Cómo podrás estar sin comunicarte con tus amigas?

-Papá... -Dije poniéndome seria –No creo necesitar un móvil de última generación como para que me lo vuelvan a robar, necesito sentir que puedo hacer esto sola ¿vale? Necesito espacio, no quiero que me llames a cada momento para saber si estoy bien y... tampoco quiero sentirme como la niña mimada que siempre he sido, tengo ahorros y puedo conseguir algún trabajo a medio tiempo ¿Qué te parece?

-¿Y tú para qué vas a necesitar trabajar si no es necesario? El dinero nunca ha sido un problema y lo sabes.

-Pues a partir de ahora quiero sentir como es el que lo sea... se supone que los viajes te ayudan a tener experiencia ¿no? Pues yo quiero eso y no voy a tener ninguna si se me sirve todo en bandeja de plata como siempre, chequearé lo que tengo en ahorros compraré un móvil decente y conseguiré un trabajo.

-Puedo llamar a la sucursal del hotel y conseguir algo para ti si es lo que...

-¡No! –Me quejé demasiado alto y me detuve un segundo a ver si la tía Denisse decidía asomarse a la habitación de invitados donde me había quedado desde la noche anterior, pero al no ver a nadie continué –No me estas entendiendo, tengo que hacer esto por mi cuenta y desligarme de los privilegios de pertenecer a tu familia.

-Vale, pero ¿de verdad te piensas que tus abuelos van a dejarte pagar todo?

-Tendrán que hacerlo o buscaré otro sitio a donde ir.

-No inventes tonterías, princesa.

-Entonces más te vale ser la voz de la razón y convencerlos con tu encanto –Me reí con esto último.

-Eres una tramposa, Helly. Aún así respetaré lo que quieres con una sola condición.

-Dime.

-Vas a comprar el jodido móvil con el dinero que le envié a tu tía Denise porque ni tu madre ni yo podemos soportar que andes por ahí solo que con tus ahorros y buscando empleo en un país que no conoces cuando nunca has trabajado. No seremos enconosos pero necesitamos estar comunicados.

-Esta bien –Refunfuñé.

-Esa es mi pequeña, no olvides que te queremos.

Hablamos unos minutos más antes de terminar despidiéndonos, papá Elliot era el mejor papá del mundo, incluso aunque a veces me sobreprotegiera tanto.

Un par de minutos después de colgar la tía Denisse se asomó a la habitación.

-Hola, linda ¿Cómo te sientes? –Preguntó de forma cautelosa.

-Bien –Sonreí agradecida por sus atenciones.

-Me alegra mucho tenerte aquí –Dijo tomando asiento en la cama y palmeando su lado para que la acompañara.

-Gracias por todo tía Denisse, sé que fue todo muy precipitado.

-Siempre tendré lugar para mi sobrina consentida –Dijo rodeando mi cuerpo en un abrazo y luego hablando más bajito –Tratemos de que quede entre nosotras y no se entere Elizabeth ¿vale?

Ambas reventamos en carcajadas.

-Pequeña –Dijo de repente -¿Por qué no hablamos del asunto?

Me helé ante sus palabras.

-No quiero presionarte pero... debes hablar con alguien ¿no? –Me dedicó una pequeña sonrisa –Tienes el diario de tu mamá en el bolso, lo he visto cuando fuiste al baño en el restaurante.

Mi rostro debía de ser un poema ante la sorpresa por su confesión.

-Gabriela me contó hace un tiempo que ya te habían contado la verdad y que no lo estabas tomando muy bien, no soy una genio pero puedo deducir que tu viaje a este país tiene más que ver con esa verdad que con un curso de fotografía cualquiera -Intentó un poco más.

-¿Qué hay en ese diario? –Pregunté sin pensar.

-Ahí... -Iba a decir algo cuando se interrumpió -¿No lo has leído aún?

Negué con la cabeza.

-¿Qué quisieras saber?

-No lo sé... supongo que estoy aquí tratando de descubrirlo, gran parte de mi vida es una completa confusión ¿sabes?

-Nena...

Me levanté de su lado y me acerqué a la ventana, mirando hacía el vacío desde el quinto piso de ese edificio.

-Se el final de la historia que vivieron mis padres, comprendo que mamá decidiera no decirle que yo existiría, pero siento que sigo perdiéndome de algo y a estas alturas no sé qué pensar.

-Tal vez estando aquí puedas descubrir que es lo que te atormenta –Pasó una mano por mi cabello –A veces para encontrar respuestas solo necesitas hacer las preguntas correctas.

-Siento que mamá tenía razón, Ángelo pudo haber sido un terrible novio y quizás hasta un esposo mucho peor pero... ¿Habría sido un mal padre?

Hablar con mi tía me reconfortó un poco, quizás tenía razón y por mi parte debía indagar más en lo profundo de mí para encontrar las preguntas cuyas respuestas le darían de nuevo sentido y paz a mi vida, una vez que se despidió para ir a dormir me acurruqué junto a la pequeña cama y dejé que mis pensamientos vagaran en todas las cosas maravillosas que mamá me había dado, en sus caricias, sus mimos y la forma en la que siempre me miraba, extrañaba todo eso de mamá, desde esa noche fatal una ruptura invisible se había pronunciado en medio de nuestra relación y ahora no sabíamos cómo repararla. Yo no había sido la mejor hija desde entonces, había perdido el rumbo, mis calificaciones habían bajado y ya no sentía el mismo interés que antes, no sé si todo lo ocurrido había sido una excusa para mi comportamiento o la causa, pero el enredo dentro de mí no permitía la conciliación.

Tomé el diario de mi madre de mi bolso y lo envolví en un abrazo junto a mi pecho, seguía sin estar lista para comenzar a leer pero sentirlo cerca de mí me hacía imaginar que era ella entregándome su amor como antes.



Holaaaa mis ADOORADOS <3 (Se me ocurrió este nombre de repente y espero les guste) les mando un abrazo grandeee e inmenso, me disculpo por mi ausencia pero no tenía internet ni tiempo libre. Ahora que logré tener conexión a internet provisional, espero poder estar más al día y les dejaré unos cuantos capitulos del ultimo libro de esta serie que se viene candela!!! ADOO3 espero lo disfruten <3 

Finding Me #ADOO3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora