Capitulo 3

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Bella se levantó con rapidez y corrió hasta llegar a la puerta, mientras las chicas se miraban entre ellas. Tenían que ir rápidamente a la que solía ser su casa para recoger un par de cosas para Esme, así que cuando sintiéndonosla el olor nauseabundo a perro mojado se preocuparon de inmediato. Sabían lo mucho que Jacob había ayudado a Bella mientras ellas no estaban, así que decidieron irse solo unos segundos para darles algo de privacidad en su conversación.
Las chicas salieron por la ventana trasera que daba al bosque y corrieron con rapidez, llegado en menos de cinco minutos a su destino.

—Extraño tanto este lugar —Aleksandra le dijo a Alice mientras miraba la fachada por fuera.

—Tengo que admitir que aunque los humanos de aquí tienen un gusto terrible en cuanto a moda, también extraño aquí —Alice respondió de la misma forma, comenzando a avanzar para entrar a la casa.

Aleksandra solo la siguió en silencio, recordando como solía ser su vida mientras estuvo ahí. Forks era su hogar y era lo mejor que le había pasado en mucho tiempo. No era feliz, pero al menos amaba estar con su familia en un lugar en que no se hacían notar tanto.

—Ponte esto –Alice le tendió unas prendas y un par de botines— esta ropa esta pasada de temporada.

—Nunca lo hubiera notado de no ser por ti —Aleksandra respondió con agradecimiento falso.

—Beneficios de tener una hermana con interés en la moda —Alice respondió, entrando a la habitación vacía para cambiarse.

Aleksandra hizo lo mismo, así que estuvieron listas en menos de un minuto. Era una de las ventajas de la inmortalidad.

—Deberíamos regresar ahora, Jacob no me da mucha confianza —Alice hizo una mueca— no creo que sea un mal chico, pero tiene mucho temperamento.

Ambas chicas corrieron por los bosques con rapidez, aunque aún así estaban disfrutando volver a su vieja casa. Cuando la casa Swan se hizo visible ante sus ojos, ambas disminuyeron sus pasos y comenzaron a caminar hasta las escaleras traseras de la casa. En ese instante Alice se quedó quieta en su lugar, con los ojos desenfócanos y el rostro lleno de terror. Mientras tanto, Aleksandra se dio cuenta de que un molesto Jacob se quedaba petrificado en su lugar mientras las observaba.

—Bella —dijo Alice con voz entrecortada.

Aleksandra sostuvo con una mano a su hermana, mientras se percataba cómo Bella se acercaba a ellas dando tumbos. Alice tenía la mirada
ausente, lejana; el rostro, demacrado y blanco como la cal. Su cuerpo esbelto temblaba a resultas de una enorme conmoción interna.

—¿Qué pasa, Alice? —chilló Bella— ¿Que sucede, Alek?

—No tengo idea, se supone que la visión debería haber acabado ya —Aleksandra respondió con preocupación.

Bella tomó el rostro de Alice entre sus manos e intentó calmarla, mientras que Aleksandra le pasaba la mano por el brazo. De pronto, centró en ellas sus ojos abiertos y colmados de dolor.

—Edward —logró articular.

Lo primero que llego a la mente de Aleksandra fue que se había enterado de la supuesta muerte de Bella. Sabía que todos estaban intentando no pensar en ello hasta que pudieran darle la noticia de una forma no tan dura. Tenían que comunicarse con la familia en ese instante para evitar que el chico hiciera algo malo consigo mismo. De pronto, llegó a su oído la voz furiosa de Jacob profiriendo un torrente de blasfemias.

Bella estaba en shock, así que Aleksandra la levantó en brazos y la metió a la casa, para después colocarla encima del sofá mientras Jacob seguía insultando a los vampiros.

Cuando el amor llegó ⟨••Caius Volturi••⟩ (REESCRIBIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora