Lucifer
Creo que todos más de alguna vez han escuchado de mi, los humanos se encargan de hablar de mi, a los niños les hacen temerme, crean cuentos donde al final siempre vengo por ellos y me los llevo para castigarlos, los seres humanos creen que yo soy el malo, los creyentes saben que soy el padre del pecado y en general el mundo sabe el daño que puedo causar.
Un motivo para hacer todo este daño? pues realmente creo que ya no lo hay, simplemente ha pasado tanto tiempo que esto se volvió una costumbre, sin embargo puedo decir que en su momento si tuve mis motivos, no siempre fui malo, no siempre me alegré del mal ajeno, antes de que todo esto iniciara yo era un ángel, uno muy hermoso debo decir y uno que tambien sabia amar, pero les debo advertir que el amor es un juego con el que te puedes quemar y bueno todos sabemos donde estoy...
Pero bueno no estoy aquí para contarles cómo el amor me hizo pasar de ser un ángel al rey del inframundo, padre del pecado, señor de la oscuridad, el diablo, etc, etc, etc. Todo depende de como quieras llamarme, estoy aqui para contar el porque mis pequeños engendros estarán en la tierra como simples y comunes humanos.
Todo empezó hace mucho tiempo, estaba viendo jugar a mis siete orgullos más grandes, siete engendros llenos de maldad, que facilmente pueden represer las causas del dolor y sufrimiento humano, los que en ese entonces eran tan solo unos pequeños, eran capaces de hacer caer hasta al más puro en un un juego cruel lleno de pecado.
Debo admitir que amaba hacerlos enojar, porque con cada berrinche que los pequeños hacían, diez humanos en la Tierra caían.
Siempre supe que los humanos eran débiles y que caerían con facilidad al encanto del pecado, pero saber que siete pequeños eran capaces de torturarlos de tal forma, de hacerlos sentir culpables hasta el punto de sufrir de esa manera, de atormentar la mente humana, me daba una satisfacción increíble, así que por el trabajo que ellos hacían pensé en darles la libertad de hacer lo que quisieran, de hacer caer en pecado a todo aquel que se les atravesara, de usar sus poderes sin ninguna restricción.
Sin embargo todo tiene un límite y eso fue algo que no tome en cuenta a la hora de dejar libres a mis pequeños demonios, no pensé el tipo de consecuencias que eso traería y tampoco pensé en que el ser humano sería tan fácil de seducir y que rápidamente habría un incremento de maldad, mucho menos imaginé que a mis niños les gustaría tanto ser malos y que al crecer sintieran tanta satisfacción con el sufrimiento ajeno, haciendo cada “travesura” peor que la anterior.
Realmente no es que tuviera un problema con eso, sin embargo no podía permitir que los pecados en la tierra siguieran aumentando ya que eso produciría un quiebre, un desbalance.
Y si bien amaría ver el mundo arder en un eterno pecado no estaba en mis planes ser el causante del fin del mundo, simplemente sin el mundo me quedo sin humanos con los cuales jugar.
A parte había hecho un pacto e increíblemente aunque no lo crean soy de palabra y no estaba dispuesto a romper ese pacto solo porque cada vez mis, ahora no tan pequeños, hijos se divertían con cosas más repugnantes y grotescas, no olvidemos que antes fui un ángel y muy en el fondo aún conservo esa pizca de luz y de bondad que dicen que todos tenemos, así que decidí castigarlos de una forma en la que ellos sintieran el mismo daño que causaban.
Decidí enviarlos al mundo sin sus poderes demoníacos y al mismo tiempo los estaba exponiendo a su propio pecado, así que un dia les llame y cuando tenia a los siete frente a mi, dije.
— Ustedes no han tenido un límite para usar sus poderes, han hecho y deshecho a su antojo, no les mentiré diciendo que no me siento orgulloso de su nivel de maldad, pero deben aprender que el mundo para que siga funcionando, necesita un balance entre lo bueno y lo malo, así que para que ustedes entiendan eso he tomado una decisión—en ese momento una torcida sonrisa creció en el rostro de los siete seres— irán a la tierra sin sus poderes, aprenderan a lidiar con su pecado y a ganarse la vida como lo hacen los humanos.
Los siete simplemente asintieron, poniendo en duda el castigo de Lucifer, realmente que tan bueno seria mandar a los siete pecados capitales a convivir con los seres humanos?
sin embargo la decisión ya estaba tomada y el diablo siendo diablo tenía un as bajo la manga, sabia de la existencia de siete humanos que eran imperturbables, eran de los pocos seres bondadosos y buenos de verdad que aún habitaban sobre la tierra, ellos serian un pequeño obstáculo o empujón para los pecados, todo dependia de como se manejaran las cosas.
Antes de enviarlos a la tierra, Lucifer les entregó un sobre y los despojó de sus poderes les dio una sonrisa entre divertida y sarcástica y les deseo suerte.
luego de su dedo salió un rayo disparado al centro del infierno abriendo un hoyo que dejaba ver el suelo de algún lugar de la tierra, de su otra mano salió otro rayo que atrapó a los siete individuos y los mandó al centro de ese hoyo haciendo que desaparecieran de su vista.
Con un leve suspiro volvió a acomodarse en su trono, pidiendo que con esto aprendieran a ser mejores demonios.
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Ahora si pueden empezar a leer gula :3
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INFRAMUNDO, EXTRAS DE LA SAGA P.C.
FantasyEl diablo tuvo siete hijos a los cuales les asigno los siete pecados capitales, ellos eran su orgullo, sin embargo nunca pensó que toda la libertad que les dio los llevaria a dejar el mundo en un casí eterno pecado, ahora se ve obligado a darles un...