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–¡Sectumsempra!– grito Harry

Antes de que el rubio pudiera decir algún otro hechizo, el de Potter le dio en el pecho, y sintió como varias cuchillas le cortaban en el pecho.

Harry ante el débil quejido que empezó a escuchar, se acercó temeroso hasta donde había estado antes el rubio. Cuando llegó y vio al chico en el piso, con la sangre saliendo de unos cortes en su pecho, sintió como si su corazón se hubiese detenido.

No.

Que hice.

Potter recién saliendo de su estupefacción se acercó rápidamente a Draco y le puso las manos sobre su pecho tratando de detener el sangrado.

–No, no...– repetía una y otra vez –tran- tranquilo voy a... vas a estar bien.

En eso Harry toma a Draco con mucho cuidado y trata de llevarlo a la enfermería. Como ya estaban en toque de queda no se encontró a nadie en el camino.

Al llegar abre las puerta de una patada, y lleva al rubio a una camilla, mientras el le grita a Madame Pomfrei.

–Lo- lo siento tanto..– decía mientras le agarraba la mano y lágrimas caían sin que el se hubiera dado cuenta.

Al llegar Madame Pomfrei, le dijo que se vaya a lavar y tomar aire mientras ella intentaba sanar al chico que estaba en la camilla cubierto de sangre inconsciente.

Harry mientras caminaba por un pasillo por el cual casi nadie andaba, no paraba de pensar en lo que había hecho.

Que hice.

Pude haberlo matado.

Nunca debí usar ese hechizo.

Quien mierda era el Principe Mestizo.

Debo dejar de usar este libro.

Me está haciendo mal.

Soy un asco.

Así pasaron media hora, donde el habia deambulado por los pasillos cubierto con la sangre de Draco. Se devolvió hacia la enfermería y vio que ya no estaba Madame Pomfrei, ahora solo se encontraba un cuerpo sobre una camilla. Temeroso se fue acercando, pensando lo peor.

Cuando llegó vio al rubio con el pecho vendado y con algunas manchitas de sangre en estas. Llevo su mano al cuello del chico para buscar el pulso...
Pum
Hay estaba su pulso; estaba vivo, aunque su pulso era medio débil, estaba vivo, Harry sintió un alivio tremendo en ese momento y varias lágrimas empezaron a cubrir su rostro.

Lo siento.

Lo tomo de la mano y empezó a acariciarla, mientras se sentaba en un incómodo asiento que había al lado de la camilla. Apoyo su cabeza, sin soltar su mano, en la camilla y sus ojos se empezaron a cerrar, con solo unas palabras en mente se quedó dormido.

Lo siento muchisimo.

–/–/–/–/–/–/–

Cuando abrió los ojos vio que estaba amaneciendo, y se fue estirando en la silla incómoda en la que se había quedado dormido. Decidió que debía irse ahora para aprovechar bañarse y quitarse esa ropa llena de sangre o si no que iban a pensar las personas que lo vieran.

Antes de irse, se paró al lado de la camilla, agarró la mano de Malfoy y le dio un pequeño beso, con su otra mano acarició su frente sacándole los mechones que le podían molestar si llegase a despertar.

–Perdóname– le susurró antes de irse.

Como todos los días fue a clases, aunque no presto mucha atención a lo que decían, cuando iban al Gran Comedor no comía casi nada, y cuando sus amigos le hablaban siempre estaba distraído y no sabía que le decían.

¡S E C T U M S E M P R A!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora