Una Historia de Sirenas (En Edición)

Capitulo 38. La Boda

*ESTE CAPITULO PUEDE TENER LENGUAJE OBSCENO, LEER BAJO SU PROPIO RIESGO.

-¡Blue! ¡Creo que engorde en esta última semana! ¡No me pasa el vestido! - chille horrorizada mientras luchaba contra un hermoso vestido - ¡Todo esta arruinado! ¡No podré ir a la boda y no veré a mi hermano!

Habían pasado dos semanas desde que recibí la magnífica carta de Javi y toda mi vida se había descontrolado.

Damon después de haberme mentido (y no darme una buena razón) me había estado persiguiendo para que lo perdonara, cosa que hice después de un día de disculpas por su parte (cosa que Blue no estaba de acuerdo, ya que le parecía que Damon era una de las personas menos sinceras que conocía).

También en ese tiempo había agendado el número de mi hermano para poder organizar todo perfectamente.

A Blue y Tony los note medios distanciados y cuando quise preguntar porque obviamente me ignoraron. Así que supuse que no era un buen tema de conversación.

Y en cuanto a todo lo de las sirenas, la fiesta que había organizada se canceló por un supuesto ataque opositor al reino, según lo que entendí cuando Tania se lo comentaba a mi amiga.

-¿Aqua, que dices? ¡Ese vestido te iba perfecto! - hablo mi amiga mientras que se acercaba a mí - ¡Aqua! ¡No lo puedes subir porque no abriste el cierre! Dios

Oh. El cierre, no me acorde.

-¿Me extrañaron, bitches? - grito Tania mientras entraba a nuestra habitación. Ella vestía un top bien cortito y una pollera que le tapaba lo suficiente para no estar desnuda - ¿María, solcito, engordaste? Parece que ese vestido no te entra

Creo que me olvide comentarles que Tania venia también. Y no, no la invitamos pero necesitamos a alguien con auto que nos lleve y por mala suerte ella era la única que tenía uno en condiciones.

-¡Vete a la mierda Tania! No puede ponerse el vestido por qué no lo abrió - me defendió Blue

Yo le mande una mirada agradeciéndole a mi amiga y después me dedique a terminar de ponerme el vestido como se debe.

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-Aqua, te ves hermosa - murmuro Damon sin dejar de mirarme

Al escuchar eso mis mejillas se sonrojaron automáticamente.

-¿Que pasa María? ¿Acaso te sonrojaste? ¿Vieron eso? ¡Se sonrojo! - se burló Tania desde el asiento del conductor.

Yo simplemente baje mi cabeza ignorando todas las miradas.

Estábamos yendo hacia mi vieja casa, al sur de la ciudad, donde sería la boda. Tania manejaba (mucho mejor que lo que imagine), Blue estaba en el asiento del copiloto y yo estaba atrás en el medio de los dos chicos.

-Pon la vista al frente, Tania - comento Damon fastidiado - Lo que nosotros hagamos no es de tu incumbencia