¡CHANYEOL!
Cientos de pensamientos cruzaron rápidamente mi mente. ¿Cuánto tiempo había estado abajo? ¿Dónde lo había visto por última vez?
¿Cuánto tiempo me tomaría conseguir ayuda? No me agrada el tipo y sí, yo pude haber considerado brevemente la idea de ahogarlo, pero no deseaba realmente al chico muerto.
—Oh mi Dios —susurré—. Esto no puede estar pasando.
No podía permitirme pensar más. Tenía que hacer algo. Justo cuando di un pequeño paso para sumergirme en el agua, la superficie se movió y Chanyeol emergió del agua. Sorpresa y alivio me inundo por dentro, seguido por las intensas ganas de vomitar. Y luego golpearlo.
Él se sujetó la roca, los músculos de sus brazos sobresalían debido al esfuerzo. —¿Está bien? Luces un poco exaltado.
Recuperándome, sujeté sus resbaladizos hombros en un esfuerzo para asegurarle a mi revuelto estómago que estaba vivo y sin ningún daño cerebral por la falta de oxígeno. —¿Está bien? ¿Qué pasó?
Entonces le di un golpe en el brazo. Muy fuerte. —¡No vuelvas a hacer eso!
Chanyeol levantó sus manos. —Wau, ¿Cuál es tu problema?
—Estuviste bajo el agua por mucho tiempo. ¡Pensé que te habías ahogado! ¿Por qué hiciste eso? ¿Por qué me asustaste así? —Me puse de pie, tomando una profunda respiración—. Estuviste bajo el agua toda una eternidad.
Él frunció el ceño —No estuve allí abajo tanto tiempo. Estaba nadando.
—No, Chanyeol, estuviste allí mucho tiempo. ¡Fueron por lo menos diez minutos! Te busqué, te llamé. Yo… pensé que estabas muerto.
Se puso de pie. —No pudieron haber sido diez minutos. Eso no es posible. Nadie puede contener la respiración tanto tiempo.
Tragué. —Al parecer tú puedes.
Los ojos de Chanyeol buscaron los míos. —Estabas realmente preocupado, ¿Verdad?
—¡¿En serio?! ¿Qué parte de “Pensé que te habías ahogado” no en- ti-en-des? —Estaba temblando.
—Baek, yo salí. No debiste haberme visto. Volví a sumergirme.
Él estaba mintiendo. Lo sabía con cada parte mí ser. ¿Era sólo que era capaz de contener su respiración durante un tiempo muy largo? Pero, si es así, ¿Por qué no lo diría?
—¿Esto sucede muy a menudo?
Mi mirada volvió a encontrarse con la suya. —¿Qué?
—Imaginar cosas. —agitó su mano—. O tienes un problema horrible con eso de contar el tiempo.
—¡No estaba imaginando nada! Y sé cómo contar el tiempo, idiota.
—Entonces no sé qué decirte. —Avanzó, lo cual no estaba muy lejos de la roca—. No soy yo quien imagina que estaba bajo el agua durante diez minutos cuando fueron como dos minutos. ¿Sabes qué?, Tal vez te compre un reloj la próxima vez que esté en la ciudad, cuando tenga mis llaves de vuelta.
Por alguna estúpida razón, una que probablemente nunca sabría, me había olvidado de la razón por la cual estábamos aquí. En algún lugar entre verlo medio desnudo y, luego pensar que estaba muerto, había perdido mi mente.
—Bueno, asegúrate de decirle a D.O que nos divertimos muchísimo para que puedas recuperar tus estúpidas llaves —dije, encontrando sus ojos—. Entonces no necesitaremos repetir este día.
Una sonrisa presumida se plasmó en todo su rostro. —Eso depende de ti, Baekkie. Estoy seguro de que el te llamara más tarde y preguntara.
—Tendrás tus llaves. Estoy listo… —Mi pie resbaló sobre la roca mojada. Haciéndome perder el equilibrio, agité mis brazos en el aire.
Moviéndose tan rápido como un relámpago, alargó su mano y agarró la mía, jalándome hacia adelante. La siguiente cosa que supe fue que yo estaba contra su cálido y húmedo pecho y su brazo estaba alrededor de mi cintura.
—Cuidado, Baekkie. D.O se enfurecería conmigo si terminas golpeándote la cabeza y te ahogas.
Comprensible. El probablemente pensaría que lo hizo a propósito. Empecé a responder, pero no pude. No había mucho que separara nuestra piel en términos de ropa. Mi sangre bombeaba demasiado rápido. Tenía que ser todo lo del incidente del casi ahogamiento.
Un extraño nerviosismo me había inundado cuando nos miramos, el viento acariciaba la húmeda piel que no estaba presionada contra la del otro.
Ninguno de nosotros habló.
Su pecho se levantó y bajó, el profundo verde botella de sus ojos cambiando de ángulo. Fue una sensación poderosa, casi eléctrica, que curso a través de mí. ¿Debía responder a ella?
Bueno, eso fue extraño, absurdo e ilógico. Él me odiaba.
Entonces, Chanyeol libero mi cintura y dio un paso atrás. Aclaró su garganta, su voz gruesa. —Creo que es hora que volvamos.
Asentí, decepcionado y ni siquiera estaba seguro de porqué eso me ha decepcionado. Sus cambios de humor me hacían sentir como si yo fuera uno de esos apestosos juegos de los parques de diversiones donde giras en círculos encima de una taza, de esos que no terminan de dar vueltas, pero ahí… ahí había algo oculto.
No hablamos mientras nos secábamos y vestíamos. Nos dirigimos a casa en silencio. Parecía que ninguno de los dos tenía algo que decir, lo cual fue realmente agradable. Él me agradaba más cuando perdía la capacidad de hablar.
Pero cuando llegamos a la calzada, maldijo bajo su aliento. Sentí como si una ráfaga de aire ártico hubiera pasado entre nosotros. Seguí su mirada preocupada. Había un coche extraño en su camino, uno de esos Audis caros que cuesta el salario de mi mamá. Me pregunté si serían sus padres y si esto se iba a convertir en la segunda ronda del Baek-Apocalipsis.
La mandíbula de Chanyeol se flexionó. —Baek, yo…
Una puerta se abrió y se cerró, golpeando el lado de la casa. Un hombre entre casi finales de los veinte y principios de los treinta salió al porche. Su cabello castaño claro no se parecía al ondulado y oscuro de Chanyeol y D.O. Quien quiera que fuera, era guapo y vestía muy bien.
Y también lucía molesto.
El hombre bajó los escalones de dos en dos. Ni siquiera me miró. Ni una vez. —¿Que está pasando aquí?
—Absolutamente nada. —Chanyeol cruzó sus brazos—. Dado que mi hermano no está en casa, tengo curiosidad del por qué estás aquí.
Muy bien. Definitivamente no era familiar.
—Me concedí el permiso entrar —contestó—. No me di cuenta de que sería un problema.
—Lo es ahora, Suho.
Kim Suho. Reconocí el nombre de la llamada telefónica que éste tuvo que hacer. Finalmente, el hombre dirigió su mirada sobre mí. Sus ojos se ampliaron ligeramente. Eran de un azul brillante, sorprendente. Su labio se curvó mientras me miraba de arriba a abajo. No de una manera en la que me estuviera considerando, si no como si estuviera evaluándome.
—De todas las personas, creí que tú sabías que es lo mejor, Chanyeol.
Oh joder, aquí vamos de nuevo. Comenzaba a preguntarme si estaba ondeando una bandera de fenómeno. El aire estaba plagado de tensiones y todo por mí. No tenía ningún sentido. Ni siquiera conocía a este chico.
Los ojos de Chanyeol se entrecerraron. —Suho, si valoras la capacidad de caminar, yo no lo haría.
Llegando al máximo de lo extraño, dio un paso al lado. —Creo que debo irme.
—Creo que Suho debe irse —dijo Chanyeol, dando un paso delante de mí—. A menos que tenga otro propósito que no sea meter su nariz donde no pertenece.
Ni siquiera Chanyeol podía imitar la repulsión en la mirada del hombre.
—Lo siento —dije, voz titubeante—, pero no sé qué está pasando aquí. Sólo estábamos nadando.
La mirada de Suho se movió a Chanyeol, quien enderezó los hombros. —No es lo que piensas. Dame un poco de crédito. D.O escondió mis llaves, obligándome a salir con el para devolvérmelas.
Me sonrojé. ¿Realmente necesita contarle a ese tipo que tenía una cita por lástima?
Y entonces el hombre se rió. —Este es el pequeño amigo de D.O.
—Ese soy yo —dije, cruzando mis brazos.
—Pensé que tenías esto bajo control. —Me señalo, sonando como si yo fuera un homicida de pie junto a Chanyeol—. Qué tú harías que tu hermano lo entendiera.
—Sí, bueno, ¿Por qué no intentas hacerlo entender tu?—replicó Chanyeol —. Hasta ahora, no he tenido mucha suerte.
Los labios de Suho formaron una sonrisa sarcástica. —Los dos saben más que eso.
Un estruendo de un trueno me asustó mientras se miraban fijamente el uno al otro. El rayo surcó el cielo, cegándome momentáneamente. Una vez que la luz pasó, oscuras y tumultuosas nubes llegaron en abundancia. La energía tronaba a mí alrededor, destellando en mi piel.
Luego, Suho se dio la vuelta, lanzando su oscura mirada en mi dirección antes de dirigirse hacia dentro de la casa de Chanyeol. En el momento en que la puerta se cerró de golpe tras él, las nubes se dispersaron. Miré a Chanyeol, mi boca colgaba abierta.
—¿Que... que acaba de pasar? —Le pregunté.
Él ya caminaba hacia la casa, la puerta golpeó el marco una vez más, como un disparo de un cañón. Allí me quedé, no muy seguro de que había sucedido. Levanté mi mirada al cielo claro. Ni un rastro de la violenta tormenta. Había visto eso pasar cien veces en Florida, pero lo que ocurrió se vio mucho más aterrador. Y recordando lo del lago, no estaba seguro de lo que había sucedido, pero supe que Chanyeol había estado demasiado tiempo bajo el agua. También sabía que había algo que no era normal en él.
En todos ellos.
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Obsidiana- [ChanBaek]
Hayran KurguEmpezar de nuevo apesta. Cuando nos mudamos a West Virginia justo antes del último curso, ya me había resignado al acento raro, a tener mala conexión a Internet y a aburrirme como una ostra... hasta que vi al sexy de mi vecino, tan alto y con unos o...