Los días pasaron dejando que la segunda semana de mayo se hiciera presente, estas semanas habían sido puro estudio, los cuatro estábamos todo el tiempo estudiando y nuestros horarios muy pocas veces coincidían, los fin de semanas estábamos exhaustos, lo único que habíamos era hablar de estudio y comer.
Mi mente estaba hecha un lío, demasiado estudio quemaba mis neuronas por suerte Flor y Julián me hacían compañía, pues no puedo negar que estas semanas habían sido muy difíciles pero sobretodo solitarias.
Ethan se había fijado en mi mente, esa noche en la que dormí con él no se borraba, esa mañana cuando desperté y estaba sola, sabía que se había tenido que ir porque tuvo clases pero algo en mí quería que él estuviera ahí al abrir mis ojos.
—Den ¿Nos vemos el lunes?—preguntó Flor metiendo sus cuadernos en la mochila.
—Claro hermosa — exclamé para levantarme de mi lugar, me despedí con la mano y me emprendí mi salida de la universidad.
Camine un rato por las calles de Madrid, con cada día que pasaba el calor se hacía aún más presente, se sentía exquisito libre, ¿pero que era la libertad realmente? Pues mi libertad era el.
Al llegar al apartamento lo noté solitario, sabía que los chicos ya estaban acá pero de seguro estaban durmiendo, tiré mi bolso en el piso y me dejé caer arriba del sofá.
Mire el techo blanco para luego solo cerrar mis ojos intentando dormirme.
—¿Día largo?— preguntó esa exquisita voz, esa que creía que era salida del mismo infierno.
—¿Tan mal me veo para que pienses eso?
Abrí mis ojos encontrándome con los suyos y su sonrisa, su radiante sonrisa, el se acercó más a mi levantó suavemente mi cabeza y se sentó en ese lugar, dejando mi cabeza apoyada en su regazo.
—Tu nunca te ves bien, Denis — exclamó jugando con sus dedos en mi cabello.
—Auch, Ethan dañas mi autoestima.
—No mientas Denis, no existe cosa que dañe tu autoestima— exclamó sonriente, Hay Ethan si supieras que no tengo casi autoestima.
—¿Como te ha ido?
—Bien, eh sobrevivido.
—Estoy exhausta — exclamé estirándome arriba suyo, él sonrió pícaramente y antes de que pudiera hacer algún movimiento comenzó a hacerme cosquillas.
—¡Para!¡Ethan!
Siguió haciéndome cosquillas hasta que quede sentada en su falda a unos centímetros de él, un brillo especial pasó por sus ojos y no lo dudo, unió nuestras bocas formando un exquisito beso, pero este tenía algo diferente ¿amor?
Al terminar el beso miró mis ojos y sonrió— Ven te mostrare algo— dijo levantándome, lo mire confundida el agarro mi mano guiándome.
Salimos del apartamento y subimos las escaleras, exactamente los tres pisos que quedaban y así llegamos a un lugar mágico, la azotea, no había flores, estaba vacía y desolada en verdad pero la vista era increíble.
El sol se estaba poniendo haciendo que el cielo se tiñera de colores anaranjados y rosados pero si mirabas el lado opuesto el cielo estaba quedando azul oscuro.
—No puedes ir más lejos antes que empieces a regresar.
—¿Como? — pregunté fijando mi vista en Ethan.
—Piénsalo así el sol está en su punto más lejos del amanecer pero cuando se acular por completo cada vez estará más cerca de este, pues estará regresando. — dijo mirando el atardecer.
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Mi vida a través de tus ojos
Teen FictionTodo pasa por algo, una frase que seguro oíste muchas veces, pero no es verdad, hay cosas que pasan y no tienen explicación. Después de la muerte de Hanna nada me ataba a vivir esta vida, pero algo en mi interior decía que debía hacerlo, que debía v...