Nayeon es profesora de matemáticas. Tiene una vida muy "simple", siempre con la misma rutina. Y es que siempre fué así, desde joven le enseñaron a ser una chica enfocada en sus estudios y nada más. Claro, a sus padres les costó aceptar a su actual n...
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Caminé por el pasillo que me dirigía a la siguiente clase. Al entrar, mis alumnos empezaron a guardar silencio y tomar asiento.
- Buenos días jóvenes.
- Buenos días profesora Im. - Contestaron ellos acompañado de una reverencia formal hacía mí.
Ellos no eran muy menores que digamos, yo solo tenía 28 años y ellos rondaban entre los 21 o 22 por lo mucho, pero el hecho de que siempre estaba rodeada por gente más adulta que yo, me había acostumbrado a comportarme y hablar de una forma más "madura" por así decirlo.
Después de dejar mi pequeña mochila en mi escritorio, caminé un poco tímida con mis plumones en mano, hacía el frente del pizarrón blanco.
- Hoy continuaremos con el repaso de la continuidad de la función. Ayer quedamos que para estudiar está fórmula - Escribí en el pizarrón- se hallan las raíces del denominador continuidad y el dominio de una función.
Mientras escribía, algunos alumnos comenzaron a cuchichear. No entendía realmente lo que decían pero era muy común que eso sucediese por lo menos en 3 de mis 5 clases en el día.
-En este caso, x2−1=0⇒x=±1...- Escuché una pequeña risa la cuál me desconcentró un poco. Traté de seguir. - De esta forma, los puntos donde la función es continua son..
Volvieron a interrumpir las mismas voces detrás mío.
Siempre ocurría este tipo de incidentes. No me explicaba como es que este tipo de personas eran admitidas en las universidades si solo venían a distraer a los demás y calentar lugares.
>>Vamos Nayeon, cuenta hasta 10 y sigue. No prestes atención. El que quiera aprender, aprenderá. Si, no pasa...<<
-Creo que me llegó un nuevo mensaje de él.
Apreté mi plumón negro, deteniendo mi escrito y explicación. Sentía mi cara un poco roja de la vergüenza que yo no debía tener pero la tenía. Voltee dispuesta a encarar a aquellas dos irrumpidoras
-Si no van a prestar atención, salgan de la clase de la señorita Im en este momento.
Una voz autoritaria me interrumpió haciendo que todos volteasemos hacía la entrada del salón.
-Rectora Manoban...- Susurré y voltee a ver a mis escandalosas alumnas.
-No es posible que a estas alturas sigan teniendo la mentalidad de niños de secundaria interrumpiendo y siendo irrespetuosos con su profesora. Salgan en este instante y van a mi despacho, ahí hablaremos.
Las dos jóvenes tomaron sus pertenencias y con cabeza gacha se apresuraron a salir bajo la atenta mirada de todos, incluyendome.
