📖DIECIOCHO📖

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Desayunamos con calma, pero no la suficiente para considerar si realmente era buena idea preguntarle a Levi sobre sus pesadillas, nadie podía garantizarme que no se molestara o algo por el estilo. Lo único certero era que mi padre me estaba dando todo el amor que el no recibió de niño, que perdiera a sus padres no fue impedimento para ser un gran padre.

Después del desayuno, nos levantamos para preparar la casa para los invitados que llegarían en pocas horas. Limpie e hice mis responsabilidades diarias antes de ir a darme una ducha. Pará cuando volví a mi cuarto para terminar de preparame y acomodar el mismo, mi padre ya no estaba ahí, supongo que era obvio que no estaría allí todo el tiempo, pero aún así tenía la esperanza de verlo dormido aún.

Aún con esos pensamientos, acomode mi cuarto y, en específico, el diario que seguía debajo del colchón y que para mí buena suerte nadie había notado. Cuando terminé baje nuevamente ya solo para esperar la llegada de todos; en la cocina me encontre a Levi.

-¿mamá ya no quizo cocinarte el desayuno? - pregunté medio en broma.

El se estaba preparando un emparedado y como llegaba a pasar que mi madre se molestara con él y no le hiciera de comer, creía que sería el caso.

-si y no - respondió lanzandome una mirada divertida.

Me ofreció un emparedado, me negué, pero igual lo acompañe mientras el comía.

-gracias - solté de la nada.

El debate mental entre preguntarle o no sobre sus pesadillas continuaba, aunque mi boca parecía no querer esperar más.

-¿por qué? - pregunto confundido.

-por anoche, por llegar a mi lado tan rápido, por quedarte conmigo y por consolarme por ese mal sueño - le explique recargando mis brazos en la mesa, solía hacer lo mismo cuando algo me avergonzaba, ojalá no se diera cuenta. - mamá me dijo que siempre vas a verme y que desde siempre duermes poco, así que por eso también gracias.

Bueno, ese debía ser un buen inicio, no tenía ni idea de como podía sacar el tema a flote. Esperaba que al menos lo segundo ocultara la vergüenza de lo primero.

-ya veo... - fue lo único que dijo, tomó su taza de té con esa extraña forma de sostenerla y le dio un trago - ¿hablaste mucho con ella?

-no demasiado ni siquiera suficiente-mentí, la verdad había descubierto bastante con aquella conversación, pero el no debía saberlo o se negaría a responder.

-ya veo, con razón actuas tan raro - comentó mientras reanudaba su comida.

Supongo que por más que pensara conocerlo lo suficiente para ocultarle las cosas, él con su instinto de padre o su agudeza siempre me descubriría.

-bueno, esque en realidad anoche... - comencé a decir.

-Levi esta libre el baño... - interrumpió mi madre que aparecía por las escaleras cepillando su cabello mojado. - ah, Kai, me haces favor de ir a abrir la valla para que puedan entrar todos cuando lleguen.

Asentí y me levante de la mesa camino a la puerta. Así que, ese no era el momento para preguntarle. Salí e hice lo que pidió mi madre, no me tarde ni 5 minutos, pero igual quería hacer un drama por perder la oportunidad de hablar con Levi.

Haciéndome un berrinche a mi mismo, entre a la casa y me deje caer en el sillón individual de la sala de estar. Ami estaba aún cepillando su cabello, era hinoptico cuando lo hacía, pues aunque no lo tenía tan largo el movimiento de sus manos era paciente y delicado.

Olvide cuanto tiempo había pasado, debió ser bastante pues mi padre había viento a la planta baja con el cabello aún con pequeñas gotas de agua. Bueno quizá ahora podríamos reanudar la conversación que interrumpió mi madre. Me levante y abrí la boca para hablar.

-¡ya llegue! - grito la tía Hange desde el umbral.

Ya que la puerta estaba abierta, no hubo sonido alguno que anunciará su llegada y tampoco había podido verla.

-¡Tia Hange! - dije emocionado olvidando lo que quería decir.

Había pasado mes y medio desde que vi por última vez a Hange, así que corri a abrazarla y ella me recibió igual de emocionada.

-pero mira cuantos haz crecido, que bueno que te estas pareciendo a Ami - bromeó revolviendome el cabello.

-tan amable como siempre - se quejo Levi desde su lugar en la mesa.

-Ami siempre me agrado más - confesó Hange con expresión divertida.

A veces me costaba creer que realmente perdiera la cabeza espontáneamente, ella siempre era así.

-bienvenida Hange - saludo mi madre acercándose a saludar, obviamente en un intento para fastidiar más a mi padre, ellas dos siempre se unían para hacerlo.

Hubo mucho saludo y la habitual conversacion de cono habíamos estado, las novedades y lo normal. Pasamos a sentarnos en la sala mientras mi madre le ofrecía agua a la tía y mi padre suspiraba ante cada comentario de ella.

-oye, Kai... - me habló Hange mientras Levi se entretenía con las órdenes de Ami - espero que Levi ya te haya enseñado el equipo de maniobras que le di...

-¡si! Ayer salimos a usarlo, fue grandioso - respondí emocionado recordando el día anterior - los dibujos que me enseñabas no le llegan a la altura del equipo real.

-¡lo se! Siempre le pedí a Erwin que modificaramos los planos y los mejoraramos, pero el se negaba, decía que podría arruinarlos - se quejo Hange, ella solía hablarme de algunos de sus compañeros de la legión.

-Hange... - le habló Levi, en un intento por frenarla de seguir hablando de Erwin y la legión.

-oh, vamos señor Limpieza, debiste hablarle sobre el equipo si no querías que lo hiciera yo - Hange no temia desafiar a mi padre, eso me agradaba porque hasta Ami de vez en cuando se contenía al pensar en los enojos de él.

-le dije lo necesario - respondió Levi, bueno si con “necesario” se explica nada, supongo que es cierto.

-esque estuvo demasiado ocupado siendo derrotado por su propio hijo - se burló Ami interviniendo en la disputa que podía estallar.

-ja, el Gran Señor Limpieza al fin fue destronado - se burló Hange sin creerlo, me miró y me revolvió el cabello nuevamente - sabía que todas esas tardes de estudio te servirían, Kai, gracias por patearle el trasero a tu padre por todos...

-¿quién le pateó el trasero a quien?


Imagen: ©️a quien corresponda.

Levi's diaryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora