Parte 18.

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A pesar de que la idea no le llamaba la atención en un principio, la joven terminó haciéndolo; cantó una melodía que Bailey le había indicado por lo bajo para de esa forma animar a que esta se durmiera posteriormente a su lado. Cuando eso sucedió se tomó un tiempo en observar el rostro de la relajada muchacha, por momentos la envidiaba, aunque realmente no conociera sus problemas más allá de los que ya sabía.

Esta deslizó los dedos por su rostro, acariciándolo y notando cómo su ceño fruncido se relajaba a su tacto. A los pocos minutos se había dormido plácidamente a su lado.

La luz que entró el día siguiente por uno de los ventanales de la habitación de Bailey fue el causante de que Dana despertara, pues era muy sensible a esta y sobre todo a esas horas. La situación y la vista que tenía de la joven la sorprendió y provocó en ella una gran carcajada que apenas pudo aguantarse y provocó que la otra despertara. Bailey se había abrazado a la muchacha como si fuera su almohada y una de sus manos apretaban con cuidado uno de sus pechos, hecho del que no se dio cuenta hasta ver su paradero.

- ¡Perdona! - Exclamó Bailey, tras haber reculado tanto de su posición hasta casi caer de la cama a no ser por Dana, quien tomó su muñeca y la atrajo de nuevo.

- Tranquila, no me sorprende en absoluto.

Dana pudo entrever cómo las mejillas de su amiga se ruborizaban, provocando un sentimiento de ternura en esta, pues no era muy común. Seguidamente Bailey se puso en pie y salió directa al baño para refrescarse y encajar lo que había ocurrido con Dana, quien, por su parte se dedicó a revisar su teléfono en busca de alguna llamada o mensaje que no había llegado aquella noche.

- ¡Chicas! - Exclamó Jonan, sin apenas dejar tiempo a que respondieran, pues entró de golpe en la habitación.-

- Usurpador. - Respondió Dana apenas sin mirarlo ante lo acontecido la noche anterior.

- ¿Usurpador? Gracias a mí duermes en esa cama. Échate a un lado y escúchame. - Este la echó casi del lado que ocupaba en la cama y tomó asiento, aparentemente agobiado. - ¿Dónde está Bailey?

- ¡Aquí! - Exclamó ahora ella, antes de hacerse paso hasta la habitación nuevamente. - ¿Qué ocurre?

- Es Alyssa.

Dana, quien se había mostrado totalmente ajena a lo que ocurría, dejó el teléfono a un lado y centró toda su atención en su amigo, llamando la de Bailey por su parte.

- ¿Vas a hablar ya?

- Anoche consiguió que Shawn Mendes me saludara. ¿No les parece increíble? Es la mejor.

A pesar de que Jonan se mostraba completamente exaltado y feliz por la noticia que había contado, las muchachas se lo tomaron de otra forma, al menos Dana, quien había pensado que le había ocurrido algo a su amiga.

- ¡Qué susto!

- ¿Qué iba a ser si no? - Preguntó ahora él molesto.

- Nada, chicos. Vamos a desayunar por ahí, por favor.

Bailey desapareció de nuevo al interior del baño mostrándose con una actitud completamente diferente a la que solía aparentar y llamando, por lo tanto, la atención de los jóvenes, pero sobre todo la de Jonan.

- ¿Qué le ocurre a esta?

Dana simplemente se encogió de hombros.


La mañana y parte de la tarde pasó rápido para los tres jóvenes, quienes se habían dedicado a pasear por aquella pequeña ciudad antes de que Dana y Jonan volvieran a su respectivo pueblo. Este la dejó frente a su vivienda y esperó a que se duchara y vistiera para llevarla al pub, pues le tomaba de camino. Más tarde volvería con Bailey tal y cómo le habían prometido.

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