9: ¿Con quién te quedas?

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Me moví somnolientamente tratando de esquivar los fuertes rayos del sol que impactaban contra mi cara. Inútil, pues toda mi habitación estaba invadida por aquellos. Abrí mis ojos con dificultad y me encontré con un escenario un tanto extraño: el albino dormía a mi lado de forma desordenada con su boca entreabierta.

Ni siquiera me inmuté. Ya había pasado una vez y confiaba en que Killua no tenía malas intenciones para-conmigo. Lo único que hice fue sacudirlo con suavidad susurrando ligeramente su nombre.

-¡Killua!- grité una vez que mi paciencia se agotó. El Zoldyck abrió de par en par sus ojos sobresaltado.- Uf, ¡por fin despiertas! ¡pensé que siempre vivías en estado de alerta!- fanfarroneé entre risas.- Más allá de todo, ¿Qué diablos haces en mi cama?

-Wow- saltó de la cama quedando precisamente sentado frente a mí.- Supongo que cuando vine a visitarte anoche me quedé dormido, ¿recuerdas que vimos una película? sí que estaba aburrida...- se rascó la cabeza con pereza mientras daba un bostezo.- En fin, ¿Cómo te sientes?

-¿Yo? Pues...- pensé vagamente mientras me sentaba en mi lugar.- Estoy mejor, eso creo. Me recuperé extremadamente rápido.

-Después de todo fuiste entrenada por mi hermano...- se levantó bruscamente y se dirigió hacia la puerta del cuarto.- ¡Buscaré el desayuno, tú quédate descansado!

No me había quedado opción: tenía que esperarlo sin hacer nada. De todas formas era hipócrita decir que no me gustaba que me trajeran el desayuno a la cama, ¿Qué persona normal no disfrutaría algo así?

Tomé el control de la televisión y me dediqué a hacer zapping. No había nada interesante, eso parecía, hasta que encontré un canal de noticias: "Nuevo ataque del Gen'ei Ryodan". Arqueé una ceja, ese nombre resultaba conocido para mi cabeza, sin embargo, no lograba saber de dónde.

-¡He vuelto!- Killua corrió hacia la cama con una bandeja en manos.- Traje café y... ¡adivina qué!

-A que has traído choco-robots...- pensé en voz alta, esperanzada.

-¡Claro que sí! ¡Nada mejor que empezar el día con choco-robots!

Killua parecía tan animado que era extraño de ver. El albino casi siempre se encontraba preocupado o a la defensiva, quizás hasta muy pensativo, pero en aquel momento estaba presenciando a un Killua distinto: claramente, estaba mucho más motivado y despreocupado. Era una razón por la cual estar alegre.

-¿Sucede algo?- preguntó con curiosidad al verme desanimada.- Es decir, ya sé que te encuentras un poco mal pero me refería a...

-Entiendo- sonreí tomando mi taza de café.- Me siento un poco melancólica, eso es todo. A Gemma y a mí nos solían prohibir mucho tomar café porque nos poníamos muy ansiosas. Recuerdo que cuando era pequeña, el café me gustaba tanto que terminaba robándolo de la repisa para tomarme uno a escondidas todos los días.

-¿Gemma era tu hermana?- asentí a su pregunta.- Yo... de verdad lo sie...

-No hay nada que sentir, Killua- tomé un sorbo de mi café.- No quiero que sientan lástima por mí. He madurado lo suficiente como para entender que mi familia querría que sea feliz. Guardo todo mi pasado en un cofre dentro de mi corazón con admiración y fuerza: ahora vivo por ellos, río por ellos, amo por ellos y disfruto por ellos. Mamá, papá y Gemma hubieran querido eso, lo entendí al saber por qué Illumi me ocultó mi pasado por tanto tiempo.

Un silencio inundó la habitación. No era uno incómodo, era un silencio que nos permitimos para reflexionar un poco. Cada segundo que tuve para pensar lo aproveché para entender que debía ser fuerte por los que no pudieron serlo, que no debía dejarme caer a pesar de que mi cabeza me convenciera de que lo haga. Era muy duro combatir esa cantidad de intensos pensamientos, sin embargo, debía convencerme de que era capaz de manejar algo así.

Complementos [Hunter x Hunter]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora