Pretending

En serio le gustaba, no era de extrañarse, siempre lo había cautivado ese cuerpo tan escultural, los labios tan carnosos con los que muchas veces soñó, y esos ojos verdes, aquellos en los que tantas veces se había perdido durante sus pláticas, aunque sabía que sólo era una atracción física, al menos lo era hasta ese día en el que, sin querer quedó cautivado por su voz, para Blaine, hacer un dueto siempre es trascendental, pues ambas personas deben tener sentimientos similares, y comprenderse; pero esta vez fue diferente, aunque era sólo un ensayo había desafinado por los nervios y la emoción que le producía estar tan cerca de aquel rubio, más aún al oírlo cantar, sin embargo Sam estaba siendo muy paciente, pues ya era tarde y ahora se encontraban solos en el auditorio y posiblemente en la escuela, sin embargo, al rubio jamás le ha gustado perder y esta era la oportunidad perfecta para demostrar que no solo es una cara bonita, sino que además es muy talentoso, aunque sin duda, cantar una canción que ya fue presentada en el club es algo desafiante, más aun si es un dueto originalmente para hombre y mujer, y empeorando la situación quién lo presentó por primera vez fue la pareja de "Finn y Rachel" , ¿Imposible?, era algo que no pasaba por la mente de Sam, confiaba absolutamente en el talento de Blaine y pensaba que combinados podrían superar a "Finnchel", eso claro, si Blaine al fin se concentraba en la canción.

- Será mejor descansar, esto no va bien y cantar hasta la muerte no nos hará mejorar –Dijo Sam, con un tono condescendiente mientras posaba su mano sobre el hombro del Blaine, tratando de hacer que se relajara, sin saber que lograba el efecto contrario.

- De acuerdo –Sólo se limitó a decir Blaine a tiempo que agachaba la mirada, aunque con todos los deseos de contemplar aquellos orbes color verde que tanto le fascinaban.

- Te propongo algo, tal vez así te calmes un poco.

- Claro, lo que sea con tal de terminar la canción.

- ¿Qué te parece si vas hoy a mi casa a practicar un poco?, pero además de eso, cantamos una canción que nos haga sentir bien, a mi por ejemplo me gusta "Red Solo Cup" y esa será mi canción, ¿qué dices, aceptas? – Preguntó el rubio con esa mirada a la que nadie (excepto Santana) puede decir que no.

- Ahí estaré, ahora discúlpame, pero debo irme a casa.

Esta última acción por parte de Blaine dejó desconcertado a Sam; pero no sabía pensar en nada más, era la oportunidad perfecta, por fin podría decirle al rubio lo que siente por él a través de una canción, aunque no sabía cuál, y por otro lado tenía una "cita" con Sam, debía tomarlo con calma, pero ¿Cómo?, tal vez una ducha lo relajaría al menos un poco, así que preparó todo y se metió bajo la regadera, ignorando todo lo demás, sólo pensó en Sam, su cuerpo, sus labios, esos ojos y aquella voz hipnotizante, fue entonces que, involuntaria pero afortunadamente unas palabras, parte de una canción brotaron de él, y era perfecta para sentirse mejor:

♪♫"I can't fight this feeling any longer, and yet I'm still afraid to let it flow, what started out as friendship has grown stronger..."♪♫

Una vez decidida la canción, más relajado que en la tarde y, sabiendo que Sam aguardaba, Blaine salió de su casa para comprar algunas botanas y rentar "Avatar" para verla junto con su platónico amor.

Ansioso, entusiasmado y al borde de un paro cardíaco, Blaine al fin estaba frente a la casa de Sam, tratando de obtener el valor necesario para tocar el timbre, pero de un momento a otro la puerta se abrió, era la madre del rubio, que cortésmente lo invitó a entrar un disculpándose por no estar con ellos para la cena, pero su hermana estaba un poco enferma y debía ir a cuidarla durante el fin de semana, luego de lo cual partió en su auto mientras Sam bajaba por las escaleras para recibir a su invitado.