II

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Edward

Alice lo sabía y estoy seguro de que todos los demás también.

Malia Swan era mi pareja destinada, no Isabella. Es por eso que la insistencia de Alice de no enamorarme de Bella era tan grande. Es por eso que me dio otra gorra y me dijo que la necesitaría. Ese pequeño duende sabía que la castaña iría al juego.

Cuando llegamos caminamos hacia el campo.

Mi mirada busca involuntariamente la de Malia, tengo curiosidad de cómo pudo descubrir tan fácilmente que era un vampiro, debería estar involucrada en este mundo para descubrirlo con tal rapidez.

Malia

—Bella, son ellos —le susurro a mi hermana.

—¿Ellos? —susurra confundida.

—La rubia y el gigante —dije señalándolos con mi cabeza —. Estoy segura de que son los mismos de cuando era niña.

Bella mira al frente y ve a la rubia y al chico jugar con el bate.

—¿Rosalie y Emmett? —pregunta —. Es imposible, ella odia a los humanos.

—Bella, estoy segura de que son ellos.

—Hola —saludamos a una señora.

—Qué bueno que llegaste, necesitamos a un árbitro —dice para luego mirarme —. Es un gusto, mi nombre es Esme.

—Un gusto, señora Cullen —digo.

—Llámame Esme.

—Cree que hacemos trampa —dice una voz atrás de nosotras.

Es el mismo castaño que vi hace muchos años.

—Sé lo que hacen —dice Esme.

El castaño me mira y se queda petrificado al igual que la rubia.

Eso confirma mis sospechas, ellos son los mismos que cuidaron de mí una gran parte de mi infancia.

—Ellos son Carlisle, mi esposo. Emmett, Rosalie, Jasper y Alice, mis hijos —presentó Esme —. Ya conoces a Edward.

—Un gusto conocerte al fin, Malia —dijo una chica de cabello corto —. Me llamo Alice.

—Un gusto.

—Es bueno volver a verlos —le digo a la rubia y al fortachón.

—Lo mismo digo, pequeña revoltosa —dice Emmett.

Rosalie corre a una velocidad increíble y me abraza.

—Te extrañé tanto, mi niña —dice entre el abrazo.

—Yo también los extrañé, ma y pa —dije aferrándome a su abrazo.

—Jasper Hale, señorita —dice el rubio, mirándome con su ceño ligeramente fruncido.

—Carlisle Cullen —dice el señor.

—Un gusto conocerlos a todos —digo mirándolos —. Estoy ansiosa por ver un juego de vampiros.

—Sigo sin entender como lo sabes —me dice Bella.

—Sé muchas cosas, Isabella.

—La viste venir, ¿verdad? —dice Edward a Alice.

—Por supuesto —dice con una sonrisa —. Nos llevaremos muy bien. Rose y Emmett están felices de saber que te verán más a menudo.

—Así que me viste venir —digo mirándola con una ceja levantada.

—Ese es mi don —explicó —. Edward puede leer mentes, Jasper manipula las emociones y yo veo el futuro.

—Genial.

—Pero por alguna razón tu mente es impenetrable —dice el castaño.

—Será algo de familia —dice Bella.

—Bueno, a sus posiciones —dice Esme —. Haz lo que puedas, Bella.

—Yo seré espectadora —digo al ver que me miran.











Magic meets fateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora