La muerte es el final de todo. El que sufre la muerte sufre el descanso eterno, deja este mundo y quién sabe a dónde irá; quizás al cielo, o al infierno, tal vez se quede en un limbo, o en un universo paralelo. En fin, la muerte es un destino inevitable y que muchos pueden llegar a temerle, no solo para ellos si no para sus seres queridos.
Entonces, pensando un poco en cómo muere la gente puedo decir que existen dos tipos de muertes: La que se espera y la que no se espera. ¿Y cómo es eso?, pues muy sencillo. La muerte que se espera es la que sabes que llegará, probablemente tengas o conozcas alguien enfermo, en un estado terminal, que cada día que pasa es una hora menos de vida, sabes que esa persona ya no vive pro tiempo sino contrarreloj. La muerte inesperada es la que llega de forma imprevista, nadie esperaba que esa persona fuese a morir, lo vemos a diario; asesinatos, suicidios, accidentes.
A lo que voy es que el contexto de las dos es totalmente opuesta, para la primera puedes preparte e incluso preparar la persona para que parta de este mundo en paz. Tú sabes que duele, duele ver alguien que quieres muriendo tan lentamente, eres testigo de su deterioro. Pero tienes que ser fuerte y empezar a aceptar el destino inevitable, entender que, para bien o para mal, es lo mejor para esa persona, para ti, y para los que le rodean. En conclusión, la muerte puede ser prevista, así no sepas el día exacto, sabes que ocurrirá, y de alguna forma tendrás que sentirte listo, respirar hondo y despedirte.
La muerte inesperada es más difícil, todo parecía ir normal, todo parecía ir como siempre, y de repente algo pasa. El destino, o lo que sea, se lleva esa persona sin explicación. Nadie está preparado para recibir esas noticias. Es muy difícil de superar, es más difícil. Incluso no hay forma alguna de reaccionar, más allá del dolor y sufrimiento interno.
No voy a decir que esos dos formas de muertes sean que se recibe deliberadamente. Que todos acatan las muertes esperadas con calma y madurez, no, la muerte es un proceso, largo y doloroso. Nadie puede estar listo para eso, pero de alguna manera aprenderemos a vivir con ello, después de todo al irremediable final nada se le opone.