Como toda buena historia, está también comenzará con un principio. Quizás para que el lector se sumerja con mayor facilidad. Tal vez para no hacer las cosas complicadas.
Ponte en situación. Kieran, un mundo de fantasía donde todo lo irreal se vuelve una realidad. Ahí tenemos a Arthur, un chico que tiene ya cientos de miles de años. ¿Como es posible? Te preguntarás.
Lancer: ¡Ahora Arthur, transfórmate!
Así gritaría aquel hombre. Se trata de nada más que de Lancer, un argonauta que con el tiempo ya se ha vuelto un verdadero héroe.
Arthur: Ya....ya....a eso iba. ¡GRAAAAAGHHHHHH!
Y el, Arthur. Es un dragón capaz de adoptar la apariencia de un humano. ¿No es una locura? Pues aún no lo has visto todo.
Eliza: ¡Un paso atrás, mis bebés también quieren marcha! ¡Adelante Crish Morris Croqueta III!
¿Quién es esa loca que le ha puesto un nombre tan absurdo a su Grifo Albino? Eliza, una domadora. El grifo albino embestiria contra el Eyeless Wyrm haciendo que este se tambalease. A continuación, Arthur ya en su forma de dragón se agarraría a la bestia y con sus garras le arañaria ambas alas.
Lancer: Y de postre... -Raudo como el viento sacaría de su chaqueta varios explosivos. Eran pequeñas bombas tan inestables que estallaban al mínimo impacto-. ¡Un pasito pa' tras Arthur! -Gritaria a su compañero antes de lanzar unas 5 bombas al Wyrm-
Este ataque sería devastador, otra presa cazada por los Kieran Rangers. Pero esta historia no va sobre ellos, esto como decía se trataba de una mera introducción. La verdadera historia comienza ahora. Pero no aquí, será en el infierno.