Golpes a una rosa

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- Delfia - la llaman y la chica se voltea - Tú padre quiere hablar contigo - le dice y Delfia frunce el ceño, camino detrás de ellas hasta la sala de su hogar.

Viendo que su padre no estaba tan feliz y la miraba con rabia. Se colocó delante de él.

- ¿Ocurre algo pa...? - no termina de hablar cuando una cachetada fuerte llegó a su mejilla llevándola al suelo, lo miro.

- Falta dinero en la bolsa que tú me diste ¿crees que soy un imbécil? - le pregunta Arato y Delfia pensó en decirle que si, pero sabría que seria peor la situación - Le dije a la tú jefa que anotara cada moneda que entrara, faltan quince dragmas ¿que hiciste con ellas? - le pregunta.

- N-no se d-de lo hablas... - Arato le golpea en la cara con fuerza y Delfia sollozó.

- Padre a lo mejor fue ella y no Delfia - dice uno de sus hermanos, Tato.

- Es imposible, esa zorra trabaja para mi - dice Arato y mira con enojo a Delfia - Y ya tú hermana antes había robado dinero para no sé qué ¿no aprendiste la lección, eh? - le pregunta y la toma el brazo arrastrándola.

- Arato - dice su esposa y va detrás de él, el hombre abre una puerta y empuja a Delfia en el interior. La mujer tapa su boca con su mano mientras Arato cierra la puerta con llave.

- No, no - dice Delfia y golpea la puerta - ¡Padre por favor! - grita y el hombre le dá la llave a Teseo.

- Si la sacas de hay olvídate de tú herencia - le advierte y Teseo traga saliva, mira a sus hermanos - Hoy tendremos una celebración por el nuevo puesto, inviten a sus amigos. Será inolvidable - les dice Arato y sale de la casa.

- ¡Por favor saquenme de aquí! - grita Delfia mientras sus lágrimas salen de sus ojos, está se deslizó por una de las paredes del lugar y sollozó - Por favor - murmuró mientras que sin verlo se quedaba sola en la casa.

(...)

El sótano debajo de su casa era terrorífico de noche, ninguna luz iluminaba el lugar y las ratas salían de sus escondites al igual que otros insectos desagradables.

Una sola antorcha iluminaba el lugar con mucha levedad mientras Delfia se abrazaba a sí misma en una esquina del lugar.

Escuchaba risas y pasos sobre ella por lo que pensó que tenían una reunión, de seguro no saldría ese día, su estómago rugió reclamando comida, no había comido desde el desayuno.

Pronto las risas se volvieron gritos de terror y se alarmó, se levantó de donde estaba y corrió hasta la pequeña rendija que daba a la playa, la gente corría despavorida hacia la salida de la ciudad y entre todos vio a su padre y madre entre ellas.

La puerta del sótano se abrió y se separó de la rendija, corrió hacia las escaleras pero se detuvo cuando vio tres figuras masculinas no conocidas.

- Valla, valla - dice uno de los hombres - Con que eres la hermosa hermana pequeña de Teseo y Thadeo - dice mirándola con malicia, Delfia retrocede.

- Eres más hermosa de lo que se ve - dice uno mirándola de arriba abajo.

- Vallanse - les dice Delfia - M-mis hermanos no les gustaria que... -

- Oh por tus hermanos no te preocupes - dice el primero que le hablo - De hecho, ellos dos nos deben unas cosas, culpa de tu padre - dice y Delfia choca contra una pared - Además... nos dijeron que podíamos divertirnos contigo - le dice y Delfia sintió miedo.

- No, ellos no-no se-se-serían capaz - dice sintiendo sus ojos picar - S-soy su hermana - susurra sintiendo las lágrimas bajar por sus ojos.

- Oh que inocente - dice uno con voz lastimera - Yo creo que aún no conoces en verdad a tú familia, muñeca - dice y antes de que se lanzaran hacia ella, Delfia tomó la antorcha y se las lanzó.

Linea de sangre #2 《Serafín BLOOD OF ZEUS》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora