Un conejito entre lobos hambrientos

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- Aún no hay rastros de la amazona, están haciendo un recorrido en el sur y el este, esperamos alguna señal de nuestros informantes - le dice un lacayo a Serafín y este asiente.

- Bien, siempre y cuando no hagan perder el tiempo - dice y unas figuras femeninas entraron en la carpa llamando su atención.

Delfia entró con las mismas doncellas que la atendieron el primer día luciendo un sencillo vestido de color blanco con una corona de flores de color rojo. Las doncellas la llevaron a la esquina de la habitación para atender su cabello.

- Mi señor - escucha y vuelve su vista a su lacayo - Debemos de movilizarnos pronto, algunos vigías nos han dicho que an visto personas en el área - le dice.

- Me imagino que no debe ser un problema - le dice Serafín - Más personas, más gente con mi huella - habla.

- Menos una - murmura mirando por el rabillo de su ojo a Delfia - ¿Cuando la...? -

- Cuando lo vea necesario - habla Serafín.

- A pasado una semana mi rey... -

- Y eso tú no lo decides - le dice Serafín y el lacayo baja la cabeza - Vete y as tú trabajo, está vez hazlo bien y traeme buenas noticias - ordena y el lacayo asiente yéndose.

Las doncellas acabaron de trenzar el cabello de Delfia y esta les sonrió cálidamente.

- Gracias por esto - les agradece Delfia.

- No hay de que mi lady - les dice las doncellas y se retiran de la carpa.

- No les ordenaste que se fueran - le dice Serafín y esta se voltea.

- No tengo derecho de hacerlo - le dice Delfia.

- Pero dejas que te ayudan a ponerte ropa y a trenzarte el cabello - le dice Serafín.

- Porque tú les ordenas - le contradice y Serafín la miró sin expresión - Yo no tengo problema en hacerlo - dice Delfia.

- Bien, entonces que sea así - dice Serafín y camina hacia la salida - Pero un guardia te vigilará en todo lo que haces - habla y Delfia suspira.

(...)

A la hora de la tarde Delfia salió de la carpa con sus cosas para ir al bosque a darse un baño en el arroyo.

- Mi lady - escucha y se voltea encontrándose con un demonio - Yo seré quién la escolte - dice servil.

- Eh, si - dice - ¿Y tú nombre es...? -

- Raúl, mi lady - dice y Delfia asiente, caminan hasta el bosque la chica miró al muchacho.

- Eh... ¿puedes darte la vuelta? - le pregunta Delfia y este frunce el ceño.

- Mi rey dijo que no la dejara de vigilar, además no es que no halla visto algo fuera de este mundo - dice Raúl y Delfia abre sus ojos.

- Eh si... pero, juro que no me iré, solo... no estoy acostumbrada - dice apenada y Raúl le alza una ceja - En serio, por favor, juró que nadie se enterará - dice y este la miró desconfiado, pero se volteó dándole la espalda y Delfia por fin pudo darse un baño ella sola.

Cuando terminaron Raúl la escoltó hacia la carpa, con suerte varias mujeres del campamento le dieron ropa suficiente para poder vestirse con tranquilidad pero también debía lavarla ya que tampoco está era mucha.

Cuando entró la carpa estaba vacía, Raúl entró con ella y se colocó al lado de la entrada, Delfia terminaba por terminar otra trenza más elaborada cuando Serafín entró y frunció el ceño al verla.

Linea de sangre #2 《Serafín BLOOD OF ZEUS》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora