Capítulo 35.

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Orgullo

~Luchamos día y noche~ Iba susurrando a la par de la canción. ~ ¿Querías que hiciera tiempo? ~ Alcé mi vista, teniendo mucho aún por caminar. ~Siempre te enojas y me desprecias~ Empezaba a subir un poco mi voz.

~Quieres que sea todo perfecto para ti~ Poco a poco empecé a sentir quizá los mismos sentimientos que fueron plasmados en esa letra. ~Dijiste que era la última vez, y tenías razón, hoy no soy yo con quién estás~ Me arreglé un auricular algo suelto.

~Estoy tan cansado de todas estas canciones de amor, tan lento y tan triste~ Bajé mi vista, cerrando un poco los ojos, dejándome con la canción casi enteramente.

~Estoy tan cansado de desear tenerte solo conmigo~ En ese momento cortó la canción, vibrando mi celular.

Lo saqué, viendo que era un número desconocido, ni la más mínima pizca de ser familiar.

— ¿Hola? — Pregunté. — ¿Tú eres TN cierto? — Preguntó en español la otra persona, sacándome de cualquier cosa en la que me estaba metiendo. —Emm… Si— Respondí. — ¿Quién eres? — Pregunté ahora yo con miedo.

— ¿Quién crees que es? — Escuché de su parte. — ¿Qué otra persona en Corea conoces que suene como yo, te conozca y hablé español? — Finalmente dijo.

Iba a responder, pero empezó a hablar otra vez. —Nayeon me contó un poco de ustedes dos por mensajes, quiere que hablemos— Se me pusieron los pelos de punta.

— ¡No hice nada malo! — Intenté desviar algo de la ejecución que probablemente me vendría. — ¿Le hiciste algo malo? — Preguntó, sonando genuinamente desconcertado.

En ese momento sentí como un coche paró a mi lado y bajó la ventanilla.

—Sube, mi cliente y tú tienen que hablar— Era una mujer quizá en sus cuarentas. —Veo que ya te fueron a recoger, sube y aquí hablamos— Sin más, colgó.

Me subí a aquél vehículo, y poco a poco nos fuimos metiendo a las zonas residenciales más caras de Seúl, metiéndonos en el estacionamiento de uno de los edificios más caros de toda esa zona.

La mujer se bajó, siguiéndola yo, tomando el ascensor y esperando un rato.

Abrieron las puertas, entrando rostros conocidos y saliendo nosotros. —Date la vuelta— Dijo ella, llegando a probablemente la puerta de él.

Seguí instrucciones, escuchando varios botones y luego abriéndose, volteando y pasando detrás de ella.

Solo podía notar como era tan espacioso, que quizá la sala y cocina eran en metros cuadrados, el doble de mi primer departamento en Corea.

Cuando dirigí mi vista a la mesa cerca del ventanal, vi como la mujer le pegó levemente en la cabeza a quien me había traído, quien estaba de espaldas y con documentos y frente a su laptop.

Volteó a verme luego, señalando que fuera con él.

Me senté en la silla de enfrente de él. Se quitó los auriculares, tocando algunas cosas y finalmente, viéndome.

—Bien, vamos rápido que no tengo todo el día y estoy algo estresado últimamente— Empezó a buscar algo entre todas las hojas que tenía.

—Nayeon me dijo que estás a la deriva sin compañía que te apoye— Quitó la vista un segundo de aquello, viéndome. —Y creo que sabes que compré casi toda la compañía donde estamos— Volvió a los papeles, viéndose algo frustrado por no encontrar aquello.

—No se porqué hablo así, no eres tan tonto— Volvió a mirarme, sacando algunas hojas. —Obviamente sabes cómo funciona todo esto— Empezó a ordenar aquellas hojas.

—Personalmente no te habría llamado o algo, eso agradecelo a Nayeon— Me pasó aquellas hojas ya en orden. —Eres demasiado popular para dejarte pasar y que vayas por ahí sin protección— Bajé mi vista.

"Contrato" Leí de primeras. Volví a subir mi vista. —Puedes tomarte un par de días en leer, es mucho, así que no te culpo— La mujer, que ahora entendía que era su manager, nos dejó dos vasos con algo de tomar.

—Cuando llamaste, justamente estaba escuchando una canción tuya— Dije, sin razón alguna. — ¿Cuál? — Preguntó interesado. — "Need You Most" — Señalé, a lo que su semblante cambió. —No nos llevamos muy bien, pero por primera vez me sentí identificado con una de tus canciones, así que si tú eres mi jefe, creo que puedo firmar sin leer— Aclaré.

—Puedo esclavizarte si no lees ese contrato bien, o podría no ser así, mejor léelo— Se levantó, señalando que lo siguiera. —Ya entendí porque ese álbum ha vendido tanto— Lo seguí hasta la puerta, estando su manager esperando de antes.

— ¿En serio no te dejó tomar lo que les hice? — Preguntó indignada. — ¡Ve a traerle el jugo! — Lo regañó, increíblemente.

Lo más increíble fué cómo a regañadientes le obedeció y buscó uno de los vasos y me lo dio.

—Lo siento, no es así todo el tiempo— Abrió la puerta, saliendo, yo detrás.
























Ya mucho metaverso, ya dejo las referencias, al menos, tantas o directas.

Y la canción es: "NEED YOU MOST" de The Kid Laroi.

Gatito - Nayeon y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora