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Sentada en el grande e imponente sofa de mi gran sala me llega una notificación de Instagram, mi estilista había comentado uno de mis post, Une jolie femme una sonrisa sale de mí, es lo más cercano a una amiga, y sus halagos me hacen sentir orgullosa de todo mi trabajo en el gimnasio, el francés era uno de mis idiomas favoritos y ella lo sabía por ello hacía el comentario en ese idioma.

Me pongo de pie frente al gran espejo mientras me evaluó, mi cabello era perfectamente lacio sin ningún tipo de recequedad o frizz, luego de mucho tiempo de trabajo, mascarillas y demás había logrado que estuviera más abajo de mis muslos y completamente sano.

Atribuido a qué no estaba 100% conforme con mi cuerpo los rastros de mi embarazo gemelar no pasaron desapercibidos, no de manera exagerada pero sí podía observar cierta flacidez, a la cuál siempre le decia a él que comía mucho y por eso estaba así, decidí empezar a hacer ejercicio, ya se podían observar la diferencia, tenía hoy medio año en ello, le tenía pánico a entrar a algún quirófano, luego de ver tantos procedimientos fallidos en redes sociales se había desarrollado un gran pánico hacia la idea de entrar a hacerme algún tipo de operación estética, debido a ello ni lo sobrepienso mucho, solo cuando estuve embarazada entré a un quirófano y me prometí a mí misma no volver a estarlo.

Ya hacía hoy justo un año del fallecimiento de mi hermana, justo hoy se cumplía un año de que un mediocre borracho en un camión se llevará por delante el pequeño taxi donde ella se dirigía camino a su trabajo.

Yo le debía mucho, yo creo que la palabra mucho le quedaba corta, no sé lo pude demostrar en vida, no válida lo que hice para llegar justo a dónde estoy ahora, nunca acepto nada de mi parte al menos que fuera para mis hijos, mis pequeñas debilidades.

Cuando era muy jóven, cometí uno de los mayores errores que alguien podría cometer, quedar embarazada, quedé embarazada, en plenos estudios, siendo uno de los mayores sustentos de mi en ese entonces hogar donde había solo para lo necesario. Me enamoré perdidamente de un chico con el cuál pensé que me amaba, pero solo hubo engaño tras engaño, y yo como la estúpida enamorada que era en ese entonces caí, y metí la pata, creí cada una de sus mentiras inclusive la más grande, la mentira de que me amaba, cosa que ahora no me arrepiento de haber caído tener a mis hijos, pero si pudiera cambiar ese entonces mis decisiones lo haría sin pensarlo dos veces. Él durante de un tiempo enviaba cartas las cuales nunca abrí, sin embargo luego de lo que ví, nunca más volví a mencionar su nombre ni la gran huella que había dejado en mí.

A mis 23 años quedé embarazada, mi madre la cuál sufre de problemas en el corazón no podía saberlo, menos aún cuando desde siempre ha tenido cierto tipo de desprecio injustificado hacía mí, por lo cual en ese entonces no sabía que hacer y mi hermana ofreció irnos cuando ya no pudiéramos ocultar el embarazo y al volver hacerlos pasar por sus hijos. Una decisión bastante cuestionable, pero en ese entonces no podía pensar, los cuatro dedos de frente no me fueron de ayuda.

Acepté su oferta y debido a eso mis hijos fueron bien recibidos en el hogar de mi madre, lo cuál fuera sido todo lo contrario si fuera mi madre sabido que eran míos. Nos inventamos un campamento de 5 meses y al volver volvimos con Zafiro y Axel, mis pequeños bebés, mi madre nunca llegó a ver si partida de nacimiento ni ningún tipo de documento el cuál mostrara mi nombre, estos estaban perfectamente ocultos.

Le dijimos que el papá de los niños había abandonado a mi hermana y está lo acepto, podría decirse que cayó rendida ante tanta ternura, la noticia de que era abuela se extendió rápidamente, mi hermana fue críticada por haber sido "abandonada" y por dejarse embarazar, dicen que barrio pequeño infierno grande y eso justo era nuestra pequeña vecindad, sin embargo eso no le quitó a mamá la iniciativa de tener el papel de abuela del año y más aún al saber que sus nietos eran de su hija estrella. Siempre me esforcé por darle absolutamente todo, por buscar su validación, pero nunca era suficiente, o al menos si venía de mia nunca era importante o era algo del montón, a diferencia de mi hermana que si plantaba un roble, era el mejor roble del mundo, pero entre nosotras mismas nunca hubo ningún tipo de discordia debido a eso.

Esmeralda (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora