22. Te entiendo

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Viernes. Ultimo día de la semana. Lluvia.

¿Era posible empezar peor el fin de semana?

Samantha llevaba una semana de locos, desde aquella noche que cuidaron de Emma no creía haber vuelto a sacar una sonrisa. Se había pasado la semana entre el estudio y sesiones fotografías, incluso alguna entrevista que ni siquiera sabía por qué hacía si el disco no iba a lanzarse próximamente.

Pero su mal humor se reducía a un solo motivo: no había visto a Flavio en toda la semana.

Había tenido que conformarse con intercambiar algunos mensajes durante el día y quizá alguna videollamada si coincidían. El chico había tenido que viajar a Barcelona por trabajo, estaba terminando algunos temas del futuro disco y grabando el próximo videoclip.

Y volvía en un par de horas.

Tenían preparada una "cita" en su restaurante favorito y luego pasear hasta aburrirse por la ciudad. No era un gran plan, pero era su plan. Compartir tiempo juntos haciendo algo diferente, fuera de la rutina, y hablar hasta de la cosa más tonta. Disfrutar de esos pequeños momentos. Eso era suficiente para ellos.

Pero las nubes y la tormenta amenazaban, así que simplemente su plan se convirtió en una cena para dos en el piso de ella. No le importaba, sabía que lo disfrutarían igual, pero llevaba días agobiada con tanto trabajo y sentía que necesitaba salir, aunque no dijo nada. Solo tenía una cosa clara: cualquier cosa que pasara ahora, sería la gota que colmaría el vaso. Con el tiempo había aprendido a escucharse y era consiente de cuando estaba a punto de explotar, pero se callaba y no lo compartía. Siempre tan suya.

- Voy a subirme al tren, en un rato estoy contigo. –prometió Flavio al otro lado del teléfono.

- Se me va a hacer eterno. –se quejó ella.

- Duerme y cuando te despiertes estaré ahí.

- ¿Y si no te oigo cuando llames?

- Pues usaré las llaves que me diste. –rio por el hecho de que ni se acordara cuando él murió en el momento en el que se las ofreció sabiendo lo mucho que significaba eso, y más aún para ella.

- Tienes razón. Como siempre.

Flavio había tardado media hora en mentalizarse para despertar a la rubia

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Flavio había tardado media hora en mentalizarse para despertar a la rubia. Había esperado por si se despertaba ella sola y así se ahorraría el mal humor post siesta, pero no había tenido suerte esta vez. Se tumbó a su lado unos minutos y disfrutó de su compañía, de sentirla a su lado, sin más. Después empezó a dejar suaves caricias en su cara y unos besos en su frente.

Unos minutos después sintió que ella se despertaba, pero no abrió sus ojos. Pasó sus brazos alrededor de él y lo empujó hacia ella. Escuchó la pequeña vibración de su risa mientras estaba apoyada en su pecho.

Y deseó quedarse así para siempre.

- Abre los ojos. –le dijo.

- No, quiero quedarme así.

Difícil de olvidar  • Flamantha • 《Completa》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora