Capitulo 9

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~Gabriel~

Apenas llegamos a casa de Ame, los que su puse eran sus padres llegaban de comprar pizza.

—Cariño Hola. Pensé que ya estabas en casa— dijo su madre nada más vernos bajar del coche.

— Se me hizo un poco tarde, y Gabriel se ofreció a llevarme— dijo señalándome.

— Un gusto Gabriel, ¿quieres entrar a comer un poco de pizza?— me ofrece la madre de ojos bonitos.

—eh yo...— le hecho un vistazo a Ame a ver que debo decir. Ella solo me da un asentimiento leve de cabeza. — si claro.

—Genial, pasa.

Al entrar, la casa ya olía a pizza ya que el padre de Ame había entrado antes con la comida.

El hogar de Ame era muy bonito. Tenía cuadros de la familia por todos lados, pero no se veían mal. De hecho decoraban muy bien las blancas paredes del salón y la cocina, que fueron las únicas partes de la casa que logré ver.

— Carlos, tenemos visita.— dice la señora mientras entra a la cocina, con Ame y yo siguiéndola de cerca.

— Hola chico, supongo que tú eres en tutor de mi hija. ¿Cierto?—

— Si señor Reinhard

— Te pediría que me dijeras solo Carlos, Pero la verdad prefiero Don Carlos. Siente como si fuera el dueño de una panadería.—

—Esta bien Don Carlos,¿ y a usted?— pregunto refiriéndome a la madre de Ame.

— No me importa mucho en realidad.— responde la mamá de ojos bonitos. Y allí cayó mi sutil comentario de preguntarle su nombre. Porque si, en las semanas de estudio que hemos tenido nunca hablamos de nuestros padres.

— Está bien — respondí al fin

Nos sentamos los cuatro a la mesa, y aunque pensé que serie incómodo en realidad el ambiente fue muy agradable. Después de la pizza, Don Carlos me dijo que me mostraría algo que tal vez me podría gustar.

—Lo tenía por aquí—dice el señor yendo de un lado para el otro en su pequeño estudio.—Aquí está— dice sacando el objeto de una de las repisas en donde se encontraban algunos libros.

— Mira, te aseguro que nunca has visto una regla así— dice mostrándome una regla de 50cm hecha de madera.

— Está en lo correcto, nunca he visto una regla tan hermosa hecha de madera.

—Me la regalo mi padre cuando cumplí 14 y descubrí que me encantaba todo lo que relacionaba las matemáticas.— dice viendo la regla con admiración—¿Que estudias tu?— dice para cambiar de tema.

— Arquitectura.

— Que buena carrera, y... tú estás saliendo co— muy oportunamente la madre de Ame entra al estudio interrumpiendo las palabras de Don Carlos, que estaban teniendo un rumbo erróneo.

— ¿Ya estás molestando a Gabriel?— pregunta la señora situándose frente de su esposa.

—¿Porque piensas que estoy molestándolo?— pregunta si estos indignado

— Porque no por nada somos casi cien por viento compatibles, Yo haría lo mismo en tu lugar. —

Así que ellos si tiene la inyección, eso es nuevo. Yo supuse que no ya que Ame no tiene. Porque vamos, si tú creces viendo lo felices que son tus padres con la inyección, lo más sensato es ponértela.

— Gabgab,— dice Ojos Bonitos apareciendo por la puerta— ven, antes de que te vayas ayúdame resolviendo el ejercicio de mate.

Salió junto a ella y mientras subimos las escaleras hacia el segundo piso se oye a su padre gritar. —Nada de tener la puerta cerrada, ¿me oíste cariño?—

La pareja perfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora