Broken

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Abrí mis ojos con el primer rayo de luz que profanaba mi habitación cruzando el umbral de la ventana, parpadeé un par de veces más para finalmente incorporarme y dignarme a mirar el reloj roto de mi padre, eran las seis y cuarto de la mañana.

Abrí mis ojos con el primer rayo de luz que profanaba mi habitación cruzando el umbral de la ventana, parpadeé un par de veces más para finalmente incorporarme y dignarme a mirar el reloj roto de mi padre, eran las seis y cuarto de la mañana

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- Maldición - dije soltando un bostezo.

Me levanté de la cama para caminar hasta el baño, miré el espejo sobre el lavabo encontrándome con un par de ojos hinchados adornados con unas marcadas ojeras.

- Oh...cierto - susurré de manera casi inaudible.

No había logrado conciliar realmente el sueño, y sabía perfectamente el por qué, ese por qué se reducía a una simple y sencilla sílaba... Park.

Durante la noche había tenido un mal sueño; no, había tenido una pesadilla, una horrible y triste pesadilla donde Jimin corría en los senderos de un bosque tratando de huir de algo que aparentemente le aterraba. Yo sólo lo seguía pero parecía no notar mi presencia, al menos no hasta que llegó a un punto donde el suelo llegaba a su fin y se giraba en mi dirección, al parecer miraba aquello que lo asechaba a mis espaldas mientras retrocedía lentamente hasta dar su último paso cayendo al vacío, fue entonces cuando tendí mi mano hacia él para sostenerlo pero, ni siquiera fui capaz de rozar sus dedos.

"¿Por qué?...¿Porqué me dejaste caer?...¿Por qué no me ayuste Yoon Gi?"

Esas palabras fueron lo último que escuché antes de levantarme en plena madrugada con la respiración agitada y una fina capa de sudor frío cubriendo mi piel. Después de eso sólo puede cerrar los ojos sin conseguir realmente descansar.

Me vestí y tomé con pesadez mi mochila, el mañana que había deseado que no llegara era el ahora. Miré nuevamente el recuerdo de mi padre, eran las seis cuarenta y cuatro; bajé rápidamente las escaleras adentrándome a la cocina, tomé un pan tostado con mermelada y mi termo con café para encaminarme a la parada de autobús como todos los días cuando una voz me detuvo en plena salida obligándome a mirar a la persona que se encontraba a unos cuatro o cinco metros de mí.

-¿Ya desayunaste?- preguntó aún adormilada.

-No, pero llevo pan y café - contesté alzando ambas cosas para que pudiese apreciarlas mejor.

-Eso no es un desayuno - esta vez sonó un poco molesta, creo que debía darle la razón, después de todo ese era mi desayuno cinco días de la semana, considerando que los fines de semana sólo comía dos veces.

-Ya lo sé mamá, sólo es para apaciguar el hambre, desayunaré en la escuela - la miré para dedicarle una pequeña sonrisa y tranquilizarla un poco, ella solía exagerar las cosas. Tampoco era como si estuviese a punto de desaparecer sólo por un desayuno.

-Min Yoon Gi, por Dios, mírate, estás tan pálido - dijo con un tono que te permitía entender su grado de preocupación.

-Es por el frío ma - tomé rápidamente mi suéter decidido a salir de casa.

Under the SilenceWhere stories live. Discover now