80's || Anne With Ann e

1x08: Jerry, gracias

Diana

Las lágrimas caían por mis ojos y escuchaba mi corazón como escuchaba mis sollozos.

Había pasado ya una semana desde el inicio de clases y todo había transcurrido normal, hasta hoy.

Papá había llevado a casa a unos de sus amigos para hablar de negocios. Sin embargo, no todos iban con esa intención.

Baje las escaleras para tomar una manzana y saludé cortez cuando ví a más personas además de mi padre en la sala.

– Buenas tardes, con permiso.

Subí a mi habitación con tranquilidad y me recosté leyendo la revista "Are" mientras contestaba un quiz para saber si era el tipo de chica para un nerd.

Sin embargo la puerta de mi habitación desconcertando me.

Me senté de inmediato ya que tenía falda.

– Disculpe, el baño está del otro lado.

– Yo no vine al baño, vine por ti.

Me paralice cuando note que venía hacia mi y mi corazón latio con velocidad cuando toco mi pierna.

– Alejese. – Le advertí.

– ¿O que? Tu tienes la culpa por provocarme con esa mini falda.

– El como me vista no tienen por... ¡Déjeme!

Me tomo del brazo y a como pude me solte. Sin embargo no batallo mucho para que me tomara de nuevo y me pusiera bajo de él.

Sin mi consentimiento llevó su boca a la mía y me dió asco. Quería gritar pero no podía.

– Por favor, dejeme. – Solloce.

Fue subiendo más su mano por dentro de mi falda y rompió mi blusa de un tiron. Con un la otra mano me sujetaba ambas manos.

De pronto moví mi pierna de tal modo que le pegue en sus partes sensibles así que aproveche cuando se quejó del dolor para salir corriendo.

No había nadie abajo y entre en pánico cuando escuché la puerta de la habitación.

Salí corriendo, corrí con todas mis fuerzas rezando porque aquel hombre no viniera detrás de mi.

De pronto tropecé y caí al suelo.

Cuando levanté la mirada mire frente a mi a una pequeña niña.

– Hola, me... Me perdí...

Mi respiración era agitada y voltee hacía todos lados. De pronto yo tampoco sabía dónde estaba.

– Yo también me perdí. ¿Quieres que estemos juntas? – La pequeña de cabello castaño asintio. – Me llamo Diana Barry.

– Me llamo Angèle Baynard.

– ¿Baynard? – Ella asintio. – ¿Tu hermano es Jerry?

– ¡Si! ¿Puedes llevarme con el?

Yo asentí y entonces supe a dónde dirigirme.

Baje la mirada y unas náuseas me invadieron cuando los hombres empezaron a gritar cosas inapropiadas.

Me arrodille a la altura de Angèle.

– ¿Puedes taparte los oídos de aquí a que lleguemos a tu casa?

Ella asintio y entonces comencé a sollozar cuando los gritos y las oraciones asquerosas se escuchaban.