capítulo quince.

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No logro entender como por fuera capto tanta paz si por dentro una tormenta gigantesca lo asfixia.

Su pecho sube y baja en un vaivén lento. Sus ojos cerrados me dejan ver sus pestañas hermosas. Tan lindo y tan lastimado.

Hace un par de meses, ambos estábamos en mi cama piel con piel. Si no nos dábamos placer mutuamente, uno se lo brindaba al otro. Se había vuelto normal encontrarnos de esa forma. Yo sinchando su pelo y aferrandome a su espalda dejándole alguna que otra marca por mis uñas. Él, me hacía suspirar siempre sin necesidad de estar haciéndome algo para generarme placer. Valentín me hacía suspirar con tan sólo verlo. Su mano en mi cuello atrayendome a él o simplemente posada allí, me excitaba. Si esfuerzo mis recuerdos de esas noches, puedo recordar su lengua por mi cuello, clavículas y donde más le gustaba estar, se entretenía con mis pechos, moviendo los piercings con su lengua y dedos. Me encantaba, y sé que eso no cambió. Él me encanta, punto.

Así como puedo recordarlo dentro de su faceta más caliente, sensual y atrevida. También recuerdo su lado más sensible, o al menos hasta donde me permitió conocerlo dentro de eso.

Como hace una hora. Estaba destrozado, llorando en silencio y dejándome ver sus lágrimas brotando de sus ojos. Sinceramente, no se como hice para controlarme y no llorar junto con él. No sabía si iba a ser peor para él, pero al menos para mi sí.

Era algo tan extraño verlo dormir. De esa forma se ve tan ingenuo y tierno, un ángel, un verdadero ángel. Uno con mil problemas por resolver y superar e historias por contar.

Me gustaba observarlo porque si alguien que no lo conoce lo viera dormir, pensaría que es un nene bien. Y yo, conociendolo, sé que su fachada choca con el verdadero Valentín que habita en su ser, o al menos el Valentín que me mostró durante estos largos meses.

Deben ser las tres de la mañana. Agradezco que mañana no tenga nada para hacer, por ende no tener un porqué para levantarme temprano o hacer algo importante.

Tengo algo de miedo por dejarlo sólo. Quiero irme a mi habitación pero me deja intranquila el hecho de que él esté en el sillón del living durmiendo. Le dije que se durmiera en mi cama porque estaba algo fresca la noche pero él no quiso. Noté que estaba algo avergonzado, no lo juzgo. Entiendo lo difícil que es actuar luego de haber estado llorando frente a alguien, mostrando tu lado más sensible y débil.

Yo no tengo tanto sueño, es más, podría quedarme toda la noche junto a él por si en la madrugada precisara algo.

Le dejo en una silla del living una frazadita ligera por si le agarra el frío más tarde. El tiempo es tan loco que te puede meter una noche fría en pleno verano.

Lo miro por última vez. Descansa bien al parecer. Quiero acariciar su mejilla o tocarle el pelo pero tengo miedo que despierte.

"Te quiero." susurro con seguridad. A pesar de todo esto que pasó hace una semanas, me atrevo a decir que puedo dar vuelta la página y seguir como antes. Tengo que plantearselo a él primero. Pero me encantaría recuperar nuestra confianza y extraño lazo.

Voy hasta mi cuarto y apenas veo mi cama, mi cuerpo flaquea. Mentira, si tengo sueño, demasiado. Difícil me será no dormirme en cuanto toque la almohada.

Me siento en la cama y agarro mi celular, había olvidado el mensaje que me envió hoy Tadeo hace unas horas. Me doy cuenta que hace no tanto me mando otro.

Tadeo

Hola lore, estás con el valen?

18:39.

Perdón que te joda pero no me contesta los mensajes y es muy tarde ya, no tengo idea donde esta, sabes algo?

03:17.

telón ; wosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora