—Bueno... yo tengo que irme —Las miradas se centran en Olivia quien habló para que olviden el tema del collar de Kayla.
—Pero apenas está cayendo la noche —Se queja Nadia levantándose luego de que Olivia lo hace y un poco triste porque su nueva amiga se va a ir.
—Sí, pero debo irme antes de que mis padres lleguen a casa en la noche —Se explica.
—Ay, la niña de papi y mami no puede romper las reglas —Se burla Aidan y el resto del grupo decide no volver a intervenir, si el vampiro termina con otra flecha incrustada es porque se lo buscó.
—Al menos yo sí tengo disciplina para acatar reglas, y no ando atacando a otros sin razón provocando una disputa entre compañeros de la misma institución, a diferencia de ti, vampiro estúpido —La mirada de Aidan se torna roja y se siente airado por lo que dice la chica.
En un parpadeo la estampa contra la corteza de un árbol con una mano alrededor de su cuello, Olivia suelta un gemido de dolor, se arrepiente de quitarse el arco y la aljaba dejándolos fuera de su alcance y está mañana perdió la punta de flecha clavándola en la piel del mismo vampiro que ahora le tiene acorralada. El resto del grupo abren los ojos y van a intervenir cuando oyen la voz de la humana.
—¿Lo único que sabes hacer es ahorcarme? Que poco vampiro eres —dice con un poco de dificultad por el aire obstruido en su garganta.
Aidan está a punto de responder cuando el olor a sangre inunda sus sentidos; sus ojos, que se habían mantenido fijos en los claros de Olivia, siguen la hilera de sangre que baja de la nariz humana, la pelinegra nota el cambio en su mirada, pues de furiosa paso a hambrienta, siente la sangre bajar por su rostro y perderse entre sus labios donde pasa su lengua para retirar el resto de sangre.
El vampiro respira profundo y pesado con su mirada fija en los movimientos de la humana, aprieta el agarre en el cuello ajeno y Oliva abre la boca levemente, el aire comienza a faltar; la mirada hambrienta de Aidan sube hasta los ojos de Olivia dejando de mirar los labios teñidos de rojo, y ella le devuelve la mirada.
Sus labios se separan dejando a la vista sus colmillos ansiosos por probar la sangre humana, en especial esa que huele tan dulce.
—Ni lo pienses —Le corta Olivia rompiendo la burbuja que les había rodeado.
—Ni que tuvieras algo de especial —Asegura con el ceño fruncido soltando a la pelinegra, se aleja molesto por las ideas que llegaron a su mente.
—¡Liv! —Grita Kayla acercándose a su amiga— Estás sangrando —dice preocupada viendo cómo su amiga vuelve a lamer su propia sangre.
—No me digas —comenta sarcástica.
—¿Por qué estás sangrando? —Pregunta también preocupado Marcos.
—Lamento lo que te hizo mi hermano.
—Daniel ¿Puedes curarla? —Todos lanzas sus preguntas y comentarios rápidamente; Olivia gira los ojos.
—Estoy bien —Asegura limpiando está vez con su mano la poca sangre que sale de su nariz.
—Olivia cierra los ojos y echa la cabeza para atrás, voy a cerrar tus heridas internas —Asegura Daniel acercándose a la humana.
Minutos después Daniel ya curó a Olivia y ella está a punto de irse cuando recuerda algo importante.
—Daniel, Nadia —Ambos giran la cabeza para ver a Olivia con súplica en sus ojos—, por favor no le digan a nadie de mi existencia.
—¿Qué? —Preguntan los dos vampiros y el brujo.
—Cierto, nadie debe saber que conocieron a Olivia, ella es humana y se supone que los humanos no saben de nuestra existencia —dice Kayla.
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El Bosque Leinad
WerewolfADVERTENCIA Esta es la segunda parte del libro "Mi ladrona". Les recomiendo leerla, está en mi perfil. ----------------------- Cuando los años pasan, los vampiros, licántropos y brujas firman un nuevo tratado de paz. Y con la inauguración de una nu...