Llueve. Las gotas caen lentamente por la ventana. Es invierno y hace frío aunque mi cuerpo arde por dentro. Mañana tengo examen de literatura y los apuntes se amontonan sobre la mesa. Mi cabeza se debate entre seguir estudiando a Charles Bukowski o dejarme llevar por la pasión y el incendio que se esconde bajo mis bragas. Finalmente la tentación vence el pulso. Cojo mi teléfono móvil, abro WhatsApp y escribo un mensaje a Pablo. ?Estoy en la biblioteca de la universidad, tengo ganas de verte?. No tarda más de un minuto en contestarme: ?Me visto y voy para allá?.
Mi corazón empieza a latir muy fuerte y mi mente se sumerge en un millón de pensamientos obscenos. Recuerdo el otro día en su casa: su cuerpo junto al mío, él desabrochándome despacio los botones de mi camisa, lamiendo con ansias mis pechos, yo cabalgándole al ritmo de los acordes de ?Shine On You Crazy Diamond? de Pink Floyd, su canción favorita. Nunca nadie me había excitado tanto. Me enciendo aún más.
?Hola?, Pablo interrumpe mis pensamientos. Coge una silla y se sienta en la mesa de al lado. Saca los apuntes de su mochila y los coloca encima. Está tan guapo. Esa camisa ajustada y los calzoncillos asomando por el borde del pantalón vaquero? Estoy deseando quitárselos.
Ambos intentamos concentrarnos en el estudio sabiendo de sobra que tarde o temprano el éxtasis estallará.
Llueve. Las gotas caen lentamente por la ventana. Es invierno y hace frío aunque mi cuerpo arde por dentro. Mañana tengo examen de literatura y los apuntes se amontonan sobre la mesa. Mi cabeza se debate entre seguir estudiando a Charles Bukowski o dejarme llevar por la pasión y el incendio que se esconde bajo mis bragas. Finalmente la tentación vence el pulso. Cojo mi teléfono móvil, abro WhatsApp y escribo un mensaje a Pablo. ?Estoy en la biblioteca de la universidad, tengo ganas de verte?. No tarda más de un minuto en contestarme: ?Me visto y voy para allá?.
Mi corazón empieza a latir muy fuerte y mi mente se sumerge en un millón de pensamientos obscenos. Recuerdo el otro día en su casa: su cuerpo junto al mío, él desabrochándome despacio los botones de mi camisa, lamiendo con ansias mis pechos, yo cabalgándole al ritmo de los acordes de ?Shine On You Crazy Diamond? de Pink Floyd, su canción favorita. Nunca nadie me había excitado tanto. Me enciendo aún más.
Si te a gustado esta historia dime en los comentarios y que como quieres que se valla desarrollando la historia.
🤤🥵

ESTÁS LEYENDO
MI MEJOR Horgasmo en la biblioteca
Random.........................................................