Capítulo 37.

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Makis torció el gesto, y aunque debiese estar saltando emotivamente sobre un pie por haber conseguido la oportunidad que tanto persiguió, ella solo se quedó sentada frente a la mirada ausente de su mujer, incluso pareciendo un poco perdida ante la idea deseada que había salido de los labios de la castaña. Ella lo deseaba, tremendamente deseaba que todo lo que había dicho Natalia Afanador, pero había una sensación persistente de haber obtenido todo por saturación, por cansancio.

—¿Deseas que nuestro matrimonio funcione? — Preguntó antes de que pudiera procesar todo lo que estaba pasando por su mente. — ¿De verdad deseas que esto funcione?

—Te lo he dicho. — Farfulló pesadamente.

Makis resopló. — No me puedes hacer esto, Natalia, no cuando sigo tremendamente enamorada de ti. — Farfulló barriendo las pesadas hebras azabaches de su cabello con los dedos. — Tienes que pensarlo bien. — Sentenció mirándola de reojo, porque no se sentía capaz de verle a los ojos directamente. — Porque puedes querer que esto sea un poco más amigable por Artemis, pero para mi esa no es la solución. —Natalia le miró curiosa, pero no fue capaz de decir nada. — Entiende, Natalia, no me importa en absoluto que seas la alfa en la que te convertiste apenas te mordí, tampoco me importa los odios y las maneras de enfrentar a todos; tú eres mi pareja, sin importar lo que pase, eres Natalia Afanador, la persona que amo y con quien quiero pasar el resto de mi vida. — Los ojos castaños de Makis bailaron en el rostro de la que era su esposa, buscando el más mínimo atisbo de arrepentimiento. —Y sé que he hecho las cosas mal, pero hablo enserio cuando digo que quiero que las cosas funcionen.

—Y eso mismo te estoy diciendo. —Espetó la castaña. — Estoy diciendo que quiero que las cosas funcionen.

—¡Pero no porque me ames a mí!— Rugió — Natalia, quiero que te quedes a mi lado, pero porque realmente sientas que quedarte conmigo es lo que deseas. — Cuidadosamente tomó el rostro de su mujer. — Quiero que te quedes porque tienes la esperanza de que nuestro matrimonio funcione y que no sea solo porque tenemos un hijo en común. — Sus narices se juntaron tentativamente. — Estoy enamorada de ti, Natalia, pero no quiero que sientas que estoy comprometiendo tu libertad, no como ya lo he hecho tan deliberadamente hasta el momento.

—¿Ahora tienes un ataque de sentido común? — Quiso saber la castaña. — ¿Qué pasó con todo lo que...? ¿Qué demonios es lo que quieres de mí, Makis? Porque me estoy cansando de este juego de mierda.

Makis negó con suavidad, siendo consciente de que en realidad, ella había sido la responsable de arruinar absolutamente todo. — He sido una cretina, una imbécil total. — Admitió. — Pero ya me di cuenta, tengo que merecer tu amor, no exigirlo. — Por primera vez, esa mujer acostumbrada al poder estaba siendo austera y estaba dejando que el poder lo tomara otro. — Te estoy dando la oportunidad de elegir quedarte conmigo o irte, sin repercusiones y lo único que estoy pidiendo es que seas sincera con tus sentimientos. — Cuidadosamente, Makis tomó la mejilla de su contraparte y besó cuidadosamente la comisura de su labio. — Quieres quedarte conmigo porque me quieres y deseas que esto funcione, o quieres quedarte conmigo por la responsabilidad de un hijo en común, eres tu quien decide. — Volvió a dar otro beso dulce en su frente.

——Si te vas a quedar, entonces hazlo. — Susurró cuidadosamente, vertiendo caga ápice de sentimiento en esas palabras. — Yo te estaré recibiendo con los brazos abiertos y haré todo lo posible porque seas feliz conmigo, siempre. Haré que Artemis se sienta orgulloso de ser mi hijo y crecerá sabiendo que el amor es lo más importante para que una familia funcione. — Makis luchó contra el dolor que le provocaban las palabras que estaba a punto de soltar. — Y si decides irte de mi lado, quiero que sepas que haré todo lo posible para que podamos explicarle a Artemis, juntas, que te apoyaré económicamente y que te respetaré, porque es lo que mereces. Lo único que te puedo pedir, es que por favor no me alejes de mi hijo, no cuando lo acabo de encontrar.

Mi Luna. - (Ventino) [Makia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora