O1. Calificaciones

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La escuela, algo a lo que la mayoría actualmente tenía acceso, bien fuese del estado, privada, en casa, mixta o dirigida únicamente a chicos o chicas, era un edificio al que entrabas siendo un pequeño en el cual, definirías tus capacidades como ser social y así podrías decidir qué querrías hacer durante el resto de tu vida después de salir de allí.

Para Jeno, no era más que un arcaico sistema utilizado para idiotizar a las pobres almas obligadas a permanecer allí durante largas horas sin salida.

¿Y todo esto por qué? Pues, él había sido algo así como un autómata desde el momento en que inició sus días escolares.

No debes salirte de las líneas al colorear, Jeno. Aún podía recordar la voz de su profesora de jardín perturbando sus oídos cada vez que intentaba tomar un crayón para dibujar garabatos sin sentido en su libreta de dinosaurios.

Todo estará bien, Jeno, podrás hacer nuevos amigos y de seguro te gustará. ” La imagen de esa fría oficina se mantenía intacta en su memoria, la primera vez que estuvo dentro de esas paredes.

Debes aprender las tablas de multiplicar, todos tus compañeros pueden. Ese desafío pareciendo demasiado para su mente, que se mantenía ocupada en observar a otros niños correr durante la hora del recreo.

Es necesario que organicen un proyecto de vida, pues todos ustedes deben tener claro lo que quieren hacer para ser hombres y mujeres ejemplares en un futuro. A sus cortos once años, Jeno no tenía idea de qué quería hacer con su vida cuando fuese mayor, pero a diferencia del resto de sus compañeros de clase, no estaba seguro de si quería formar una familia.

Muy bien. Veía la arrugada hoja de papel con esa frase escrita y algunos ejercicios tachados, lágrimas corriendo desde sus ojos, mojando su suéter, era la primera vez que tenía una nota tan baja, porque si bien, para cualquier otra persona sería una buena calificación, para él, para él eso era una abominación, algo inaceptable para un pobre niño víctima de su perfeccionismo obsesivo.

“18/20, 16/20, 08/20.” Ya había perdido la cuenta, a este punto, ese primer ocho le había dejado un mal sabor de boca, pero con un trabajo extra pudo solucionarlo.

Hoy en día, las calificaciones que en otrora eran una tortura para su frágil cerebro exigente, ahora parecían importarle lo más mínimo, inclusive manteniendo un promedio "elevado", pensaba que solo hacía sus tareas porque "es lo que debía hacer", obtener más y más calificaciones perfectas no le emocionaba como antes.

Porque al final, las calificaciones no definían absolutamente nada, no eran tan importantes.

golden days 𔓘 norenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora