Capítulo 5.

70 5 1
                                    


No estaba seguro del todo de si su corazón podía detenerse mientras aún estaba vivo, y asumiendo que sí podría llegar a ocurrir, no tenía idea de cuanto era el tiempo máximo en que este podía estar absolutamente inmóvil. Pero en su mente, sentía que sus latidos se habían esfumado durante horas, al igual que su aliento y consciencia.

Sí, quería decirle a Harry sobre sus sentimientos por cierto azabache, pero jamás hubiera imaginado que el mismo día en que lo había pensado y aceptado que así sería, terminaría siendo el mismo día en que soltara la bomba.
El hecho que era desconocido para nadie sobre el disgusto de su padre Gryffindor por la existencia y contacto con la familia Porter, lo reprimía a guardarse su secreto al menos hasta que Harry demostrara desinterés ante la mención de dicho sujeto, o su descendencia en su defecto.

Pero nada de eso se veía posible en ningún futuro. Harry Potter tenía una enemistad unilateral jurada hacia Henry.

Lo importante y principal del desorden que generaba más y mayor caos en su mente, era tener que darse cuenta de que había dicho de forma demasiado presurosa, algo que previamente había resuelto en planear.

Pero ya no había vuelta atrás ni cómo arrepentirse.
Las orbes verdes perfectamente visibles gracias al asombro que expresaba el azabache le daban a sobreentender que sí había pasado, había abierto su gran bocota.

Agradecía en misma medida que lamentaba la ausencia de Neville y Theo, dado que pudieron haber hecho ese momento más ameno o incómodo, aunque en esos momentos, no le importaba en absoluto con tal de tener otra posibilidad de escape de semejante situación.

— ¿Es que no hay nadie en esta casa, qué debe hacer una aquí para que la reciban?—se oyó una voz femenina acompañada de una gran cantidad de pasos.

— ¡Scorpius!—exclamaron con alegría dos pequeños gemelos de cabellos colorados, con su misma altura y edad, pero con meses de diferencia. Él era mayor.

— ¡Arkie, Licorus!—saludó el nombrado con el mismo entusiasmo, y corrió a ser abrazado por sus primos mientras sentía que volvía a respirar.

La familia Weasley-Matlock había llegado de improviso.

— ¡Ahí están! ¿Qué es ese silencio, Harry volvió a destrozar tu patio Drac?—preguntó la mujer pelirroja con curiosidad en su mirar y las manos a cada lado de su cintura, como si estuviera lista para reparar lo que fuera que se hubiera roto.

— Ginny, qué gusto verte, bienvenida—respondió Malfoy mientras iba al encuentro con la bruja— No, nada de eso, son asuntos más complejos que un hechizo no arregla pero ¡Hey! Veo que vino todo el equipo de Quidditch, podemos invitar a Teddy y jugar un partido—propuso alegre, con una voz que denotaba nervios e incomodidad.

Ahora Draco debía decidir si fingir sorpresa y dejar a Scorpius solo, o admitir que sabía tales hechos y afrontar aquello como adulto.
No estaba seguro de qué hacer, por lo que esa distracción fue de gran ayuda.

Harry no se había movido más que para observar rápidamente a los recién llegados y volver la vista hacia su propio hijo.
Estaba seguro de haber oído lo que había oído, pero si no fuera cierto no le molestaría para nada.
Las mejillas rojas de Scorpius y su prisa por alejarse cada vez más del lugar pretendiendo una charla fueron las señales justas para traerlo de regreso y tener que afrontar aquello.

Pero la voz de Magnus saludando y los gritos de los gemelos más pequeños de la pareja, Arthur y Mollet lo distrajeron antes.

— Ha pasado tiempo Harry ¿Qué tal estás?—inquirió el mago con la pequeña Molly en sus brazos, chillando porque Arthur quería trepar sobre su padre y tironear de sus coletas— Artie ya basta.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 08, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

El legado... Enamorado. | Scorbus | Harco/Drarry.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora