Prólogo

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Su rostro era pálido, lo podía confundir con la nieve que caía, pero esas preciosas piedras azules me hacían saber que no era nieve, sino que se trataba de sus hermosos ojos. Estos eran azules, como un lago helado, ya que eran fríos; lo otro que me hacía saber que no era nieve eran sus rosados y carnosos labios, tan provocativos y tentativos, que cualquier chica se moriría por besar, y por último lo que me hacía saber que no se trataba de nieve sino de su rostro, era su cabello negro azabache.

—¿Que tanto me miras?—el chico rodó sus ojos.

Sacudí la cabeza, me di cuenta que lo estaba viendo mucho y al parecer eso no le gustaba, miré hacia una de las ventanas la cuál estaba empañada y cubierta de nieve.

—Mmm no, me dejaste de ver y eso no me gusta. Mejor sígueme desnudando con tus ojos—lo oí reír.

—¿Qué te siga desnudando con mis ojos?

—Si.

—¿Por qué dices que te estaba desnudando con mis ojos?

—Porque eso hacías y casi se te sale la baba en el proceso—dijo mostrándome una hermosa sonrisa.

—Claro que no.

—Si lo hacías—me miró, soltó una risa y yo le seguí el juego—Alex ¿Te puedo preguntar algo?

—Si, dime.

—¿Por qué aceptaste el trabajo? Fuiste la única valiente que aceptó cuidarme.

Lo miré, me volví a perder en las perfectas perlas azules que poseía.

—No lo se, siempre he sido valiente, es algo que me decía mi padre de pequeña.

—Ya veo, porque con todas las advertencias aceptaste el trabajo.

—Si, igual no creo que seas así.

—¿Te dijeron específicamente por que estoy aquí? ¿Por qué estoy encerrado en esta casa y tengo prohibido salir a la ciudad?, ¿Te lo dijeron?

—No.

—Soy peligroso, Alex, yo que tú no hubiera aceptado este trabajo—pasó su mano por su liso cabello.

—De todas formas, no me puedes hacer daño, yo te tengo secuestrado y tengo todas las llaves de la casa—le guiñe el ojo de manera divertida.

Entonces rió y mostró una sonrisa un poco escalofriante.

—Te equívocas pequeña, yo te tengo secuestrada a tí—se levanto de la silla y se dirigió al segundo piso, dejándome paralizada y con la piel de gallina.

CASS don't let it outDonde viven las historias. Descúbrelo ahora