17.
No puedo dejar de apretar mis labios. No puedo, simplemente, dejar de recordar el beso que me dio Logan.
Parece que floto lejos del planeta tierra hacia el mundo de... ¡¿Qué demonios?!
Chasqueó la lengua y pongo más empeño en mi tarea de limpieza. Falta poco para que termine mi parte, solo unos cuantos metros en sí, pero los músculos de mis brazos gritan por un descanso. Para ellos, esos pocos metros son kilómetros.
Resoplo y acomodo las mangas de mi chaqueta negra al mismo tiempo que lucho porque el trapeador no se caiga al suelo. La espalda también me duele horrores como para agacharme. Y no, no estoy en forma.
—¡Ahora sí! —chilla Leah sobresaltándome y el trapeador cae al suelo con un golpe sordo.
Maldigo.
—Todavía no he terminado —mascullo.
Llega a mi lado luciendo cansada, pero no lo suficiente como para dejar de bombardearme con preguntas y exigir una explicación detallada.
—Apresúrate entonces —responde y la miro mal, ella sonríe inocente y recoge el trapeador del suelo—. Vamos —urge y levanto una ceja.
—¿Al menos acabaste con lo que te tocaba? —murmuro quitándole el utensilio de limpieza y disponiéndome a acabar de una vez por todas con nuestro castigo.
—No fue difícil, los invernaderos estaban casi impecables. —Sonríe con suficiencia y asiento de mala gana.
—Hoy es tu cita con Carlos, ¿verdad? —Le doy la espalda y ruego por qué se emocione y estalle en un vómito verbal.
—No retrases lo inevitable —canturrea y volteo poniendo una mano en mi cintura, escéptica.
—¿Lo inevitable? —Repito y ella asiente repetidas veces—. Ayer odiabas a Logan y ahora quieres saber... —suspiro, consciente de que mi prima no va a parar hasta conseguir lo que quiere.
—Sé que esconde algo turbio. Solo quiero asegurarme de qué es —explica y las comisuras de mis labios se elevan en una sonrisa.
—Te preocupas por mí —apremio con voz aguda y ella hace un gesto desdeñoso con su mano para restarle importancia.
—Solo no quiero tenerte lamentándote y llorando como una magdalena si es que ese fingido te rompe el corazón —declara siguiendo los movimientos que hago al acabar con la suciedad de los últimos metros del pasillo y frunzo el ceño.
—Eso no sucederá —expongo queriendo estar lo suficientemente segura de aquello.
Leah sonríe un poco.
—No sucederá —repite y la miro unos segundos antes de asentir.
—De todas formas... —empiezo, dándole la última enjuagada al trapo entre mis manos; pero una tercera voz me interrumpe.
—Maldita perra, ¡¿por qué lo hiciste?! —chilla Ginna acercándose a grandes zancadas y me incorporo dejando flotando el trapo en el balde lleno de agua.
—Cuida tus palabras, Whitely —advierto secando mis manos en la parte trasera de mis shorts negros y Leah se endereza en su lugar, aniquilando a Ginna con su mirada.
—Dijiste que esto era entre tú y yo, ¿por qué demonios se tuvo que enterar Chris y toda la escuela? —masculla parada frente a mí y bajo mi mirada hasta sus pies.
No lleva sus tacones puestos sino unas simples zapatillas. Olvidé que yo soy más alta que ella.
—Si mal no recuerdo, tú te encargaste de decirle a todos —dice Leah burlona desde su lugar.
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Until you're mine © |Logan Lerman
Fanfiction«Lo veo caminar por el pasillo y sé que esto ha comenzado. "Hasta que seas mío"; le prometo mentalmente, y no hay vuelta atrás.» Novela Original No copyright. Queda prohibida la copia completa o parcial de la historia. Se original. Novela r...