𝐈. 𝐈𝐭 𝐡𝐮𝐫𝐭𝐬.

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No podía creer lo que había llegado a esa situación. ¿Cómo fue posible que sufiera un accidente como ese? Si bien en cosas como el skate es muy posible accidentes, jamás había sufrido uno como ese. Sobretodo por como todo sucedió, lo que le causo caer no fue un descuido o un error como en sus anteriores accidentes.

Todo pasó tan rápido que le costaba creerlo, no procesaba que su dolor le causó tal cosa, quizá debería simplemente hacer algo para que esos sentimientos que lo destruían, muriesen en el olvido.

Kojiro despertó en la camilla de un hospital, solo, con un fuerte dolor que le recorría de pies a cabeza. Al principio no sabía porque estaba ahí, hasta que los recuerdos de ese día le habían caido como un balde de agua fría que hizo que tuviera esa expresión de dolor, detestaba esa sensación, la de sentirse patético, no solo por el accidente que lo llevó a estar ahí, si no, como las palabras de su mejor amigo le pudieron causar tanto. No es que no estuviese acostumbrado a que Kaoru lo insultase cien veces en el mismo día, pero esta vez fue diferente.

Llevaban años con esa dinámica de insultarse, pero jamás al punto de lastimar al otro. No entendía porque esta vez si logró herirle.

Su día había comenzado como cualquier otro, con pequeñas cosas que estaban fuera de lugar. Pero nada que le causase pensar o siquiera sospechar en tal desenlace.

Despertó con calma, hasta que tuvo una pequeña tos, donde pétalos rosas salieron de su boca, eran pétalos de florws de cerezo, esos que tanto le recordaban a él. Llevaba días así, pero ya tendría una cita con el doctor en unos días más.

Tratando de seguir con su rutina, se aseó, vistió, fue a su trabajo y luego volvió a su hogar para ponerse la ropa que solía usar para poder a ir a ese lugar, el lugar que solo iba por su amor al skate y por el amor de él, amor que nunca sería correspondido.

Desde adolecentes supo que él jamás sería lo que el de cabello rosa buscaba y estaba bien con eso, estaba bien con el dolor que eso le causaba. No importaba cuantas veces llorase por él, con ser su mejor amigo era feliz, con tenerlo a su lado...eso era más que suficiente para él.

Una de las formas en las que podía disipar esos sentimientos por el de lentes, era coquetar, mujer u hombre, no importaba realmente, con tal de sacar a Cherry de su mente, se sentía más relajado. Procuraba siempre dejar en claro que no buscaba una relación o algo serio, ya que no buscaba ilusionar demasiado a nadie. Y todos estaban bien con ese hecho, ser la diversión de una noche del otro.

Ese era su estilo de vida. Él vivía bien con eso, pero Kaoru no. No porque estuviese celoso, si no, por como su amigo veía las cosas.

Cherry detestaba ver que Joe coqueteaba con demasiada gente, porque no le gustaba que la gente jugase con sentimientos ajenos. Como le pasó a él. Eso era una de las principales razones de las que discutían.

Pero esa noche, Cherry se pasó sin darse cuenta. "Prostituto", "Idiota", "Sin corazón", todo eso es lo que le dijo al pobre peliverde. Quizá que el amor de tu vida te diga algo así con un tono tan cruel si podría afectarte a la hora de tratar de concentrarte mientras saltas una roca.

Eso fue lo que pasó. Mientras hacía una competencia contra Cherry, su mente estaba en otro lado, causandole la tan terrible caida.

Veía las blancas paredes de la habitación del hospital, siendo acompañado solamente por la luz de la luna que se colaba por su ventana.

Quisiera haber podido hacer algo para evitar tal cosa. Detestaba ese sentimiento de la soledad absoluta, sobretodo porque su mayor dolor y a la vez, lugar seguro, no estaba ahí.

Suspiró, teniendo una expresión de tristeza, hasta que escucho la puerta y sonrió al creer que era su amado, pero no, solo era el doctor, quien traía una mirafa indesifrable, pero que no era muy alentadore. Solo pensaba que quizá tendría un hueso roto o algo. Nunca imaginaría lo que salió de los labios del médico.

ㅡ Señor Kojiro Nanjo..Lamento informarle que usted sufre de la enfermedad de Hanahaki.

𝓕𝓵𝓸𝓻𝓮𝓼 𝓹𝓸𝓻 𝓚𝓪𝓸𝓻𝓾 | 𝓜𝓪𝓽𝓬𝓱𝓪𝓫𝓵𝓸𝓼𝓼𝓸𝓶.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora