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  Stelle y yo observamos desde la esquina a Layla hablando con un chico hace más de media hora

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  Stelle y yo observamos desde la esquina a Layla hablando con un chico hace más de media hora.

       —¿Tienes idea de quién es?—le pregunto yo a ella.

  Stelle niega con la cabeza.

       —No tengo ni la más remota idea, jamás lo había visto.

  Yo sacudo a mi cabeza para cambiar de tema de conversación, Layla siempre es el centro de todas nuestras conversaciones, y no debería ser así.

       —¿Qué tal llevas química?— le pregunto con respecto al examen de la semana que viene y ella niega con la cabeza rendida.
       —Como el culo—dice a lo que yo río pero una voz nos interrumpe.
       —Lenguaje—alguien le reprende a Stelle y cuando lo observo es Eric—. ¿Apenas te dejo un segundo ya hablas como camionera?—le dice en un tono enfadado.

  Ella le abraza suavemente. Y él le corresponde.

       —Perdóname papi—dice ella tierna.
       —Más te vale, como vuelva a escuchar otro taco más salir por tu boca, no me importa que estemos en una fiesta, subiré y te daré un castigo ¿Entendido?—le dice con voz fuerte a lo que ella asiente.

  Él le da un beso en la cabeza y se va con sus amigos.

       —Hoy está irritado—dice ella—. Me tuvo que mandar a la fiesta con su chófer porque algo en la empresa se complicó y tuvo que quedarse más tiempo. Él se vino solo en su coche—me explica triste, y sé que tengo que indagar más en ello, Eric a veces es muy viseral con Stelle.

  Y cuando estamos a punto de hablar, alguien enciende un micrófono: es Hugo.

       —Hola, gracias por venir a la fiesta de hoy, como sabrán es para presentarles a alguien muy importante, y que espero que reciban con los brazos abiertos—dice alegre a lo que todos aplauden—. Quisiera que mi familia subiera aquí, para recibirla.

  Yo me acerco al oído de Stelle.

       —¿Recibirla?—le murmuró sin dejar de mirar a dónde está Hugo.
       —¿Es lo que yo creo?—dice ahora ella igual de sorprendida.

  Observo como la chica de cabello negro baja las escaleras nerviosa. Hugo la recibe en el último escalón y ella ni le mira. Ambos se van al escenario y la presenta.

       —Ella es Sabrina, y estaré cuidando de ella—la sala se llena de aplausos y la familia de Hugo procede a abrazarla y darle la bienvenida, hasta que yo veo algo.
       —¿Él no es el chico que estaba hablando con Layla?—pregunto señalando al que justo está abrazando a la nueva.

  Stelle asiente ligeramente sin todavía poder creerlo.

  Yo me acerco disimuladamente  para poder ver de lejos a Layla y efectivamente, es el chico que está en el escenario quién es el que hablaba con ella.

  Yo vuelvo a dónde Stelle y le cuento lo que vi.

       —¿Enserio?—dice aún incrédula. Me sorprende que Christian no le haya dicho nada, si es cierto que desde que tiene a Sadie está un poco más desentendido de Layla, pero, ¡Por favor date cuenta!

  Poco tardan en tocarme el hombro y al voltearme es Mía que me saluda tímida.

       —Que raro que no están con Layla—dice bajito.
       —Layla hoy está ocupada con alguien—dice Stelle un poco con recelo.
       —Bueno, los representantes quieren que vayan a saludar y presentarse con Sabrina, que ya saben que es nueva y todo eso...—sigue en ese plan de inseguridad extrema, y sé que eso lo causó Layla.

  Ambas le seguimos y así llegamos a dónde está Sabrina. Ella nos saluda tímidamente, y tanto Stelle, como yo, como Mía nos ofrecemos a ayudarla en lo que necesite, ya sea de escuela o en todo este nuevo mundo.

  Hugo le da permiso para poder ir a hablar un rato con nosotras y así intentamos conocerla un poco.

  Stelle no deja de mirar a Layla y el como habla el familiar de Hugo, que sin duda nos saca a todas un par de años de edad.

  Por algún motivo hoy me sentía más tranquila. Casi siempre en estas fiestas estoy estresada, tal vez por Layla o por todo lo que a veces ser la amiga de Layla implica. Suele ser un poco intensa con muchos temas, y me alegra el poder conocer a Sabrina en un ambiente de paz.

       —¿Cómo te haz sentido?—le pregunta Stelle, sabemos que los primero días, son los más extraños.

  Ella menea su cabeza, y luego responde:—Bien, estoy bien—dice en tono muy bajito, dejándonos saber que no está bien. Los primeros días suelen ser los más horribles, ya que piensas que es el fin del mundo.

  Y tras ella suspirar, las tres nos miramos y así sabemos que ella no sabe, que nosotras también pasamos por lo mismo.

       —Sabemos por lo que estás pasando—digo yo a lo que ella niega con la cabeza.
       —Estoy segura que no lo saben—dice con voz fuerte. O bueno, más fuerte a comparación de sus últimas frases.
       —Si que lo sabemos—insiste Mía.
       —No, no lo saben—ella también insiste.

  A lo que Stelle suspira y decide contar ella.

       —¿El secuestro? ¿Savannah? ¿Castigos y reglas?—Sabrina abre sus ojos como platos ante las palabras de Stelle—. Vaya que lo sabemos—vuelve a repetir.
       —E-entonces—dice nerviosa—¿Ustedes son como yo?—pregunta dudosa.

  Todas asentimos.

       —Así que sabemos a la perfección por lo que estás pasando—digo yo ahora.

  A lo que ella suspira con más tranquilidad.

       —Entonces, ¿Puedo preguntarles algo?—dice con algo más de confianza en sí misma. A lo que todas asentimos.
       —Puedes preguntarnos todo lo que quieras e intentaremos responderte todo lo que sepamos—dice Stelle y ella vuelve a asentir y a suspirar antes de soltar su pregunta.
       —¿Saben cómo quitar el dolor?—nos pregunta tímidamente, y con sus mejillas encendidas de color rojo.

  Las tres nos miramos sabiendo a que se refiere.

       —¿Siguen aún muy rojas?—le pregunto yo, a lo que ella asiente levemente aún tímida—. Asegúrate de tener crema hidratante, y aplícate un poco después del baño—le digo yo, porque eso es lo que me ayuda a mí.
       —A mí me ayuda el tomar analgésicos—menciona Mía. Y me hace preguntarme cuando habrá sido la última vez que la hayan castigado a ella.
       —Yo hago lo que me dice Eric—dice tímidamente Stelle riendo nerviosa.
       —Eso también ayuda—menciona Mía.
       —¿Qué cosa?—dice Sabrina confusa.
       —Hablar con tu representante, él es el que mejor sabe—explica ella y Sabrina niega con su cabeza a lo que Mía le pone su mano en la rodilla.
       —Es tu decisión, ¿Si? Gracias por se tan abierta con nosotras, ya sabes que nos puedes preguntarnos lo que quieras—dice ella con una sonrisa, antes de levantarse.
       —¿A dónde vas?—le pregunto yo.
       —Mi papi me está llamando, probablemente debamos irnos—dice dulce señalando a Gilbert que está en la barra hablando con Chase y Eric—. Así que, nos vemos el lunes chicas—y así se despide de todas.

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Holi!! Lili aquí :)
Se preguntarán que hago por aquí un jueves y la razón es que 1) hice un examen hoy que me salió bastante bien y había estudiado muchísimo. Y 2) SOMOS EL #1 EN ABDL!!!!!!

No saben la alegría que esto me da, jamás jamás jamás, me lo hubiera imaginado, muchas gracias a todos :')

Xoxo
Lili 🦋✨

Pequeñas lecciones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora