Vaggie –Vagatha–, sintió un odio y repulsión hacia Alastor apenas lo vio cruzar el umbral. A ella no le engañaba su eterna sonrisa y sus sofisticados modales, pues lejos de hacerla ver al demonio de la radio como un ser encantador, irradiaba peligro siempre que lo miraba.
No confiaba para nada, en ese cabrón hijo de perra, se dijo.
Porque Charlie podía siempre decir que se calmara y que, obviamente, no confiaba tampoco en él. Pero bien dicen que las acciones valen más que las palabras.
Y también sabía, que eran más dolorosas las acciones y palabras de quien más te importaba y, amabas.
(No por nada, estaba en el infierno por haberse quitado la vida)
Pues cada día, veía como Charlie le prestaba más atención a Alastor, dejándola sola y casi olvidada –cual objeto–. Y cada día luchaba por tener, aunque sea una mísera, muestra de atención.
(Que se veía totalmente opacada, al únicamente escuchar de Charlie el nombre de Alastor)
¿Es que de verdad debía ser así? ¿Arrastrándose por la atención de quien se suponía era su mejor amiga y novia?
(Ni aun en el infierno, esto era vida)
Y simplemente, un día, decidió darse por vencida. Nunca dejaría de apoyar y querer a Charlie, pero, ella también tenía valor y, no se arrastraría o rogaría más, de lo que alguna vez hizo.
(Y entonces ocurrió.
Que el diablo, se acercó a Eva con fruto prohibido)
– ¿Y ahora por qué tan decaída, querida? – le preguntó Alastor, como si no fuese consciente de lo que provocó (y si lo hacía, era adrede su desentendimiento).
Vaggie lo miró, frunciendo el ceño, pero decidiendo que no gastaría tiempo molestándose o vociferando maldiciones hacia él. Por lo que, bebiendo lo que Husk le había preparado en su barra, se dispuso a ignorarlo –. Déjame en paz, Alastor.
Pero claro, siendo Alastor, no desistiría de aquello que captaba su atención o más bien, quería. Siendo así, que él se sentara a su lado, mirándola divertido –. Será que nuestra querida Vaggie está así, ¿Por qué la princesa la botó?
Esa simple oración, caló en su ser y en vez de enfurecerla, la entristeció más de lo que ya estaba. Haciéndola apretar con fuerza la copa que sostenía; todo siendo mero entretenimiento para el ciervo –... Si ya lo sabes, ¿Para qué lo mencionas?
Alastor sonrió con malicia –. Porque todas y cada una de tus reacciones, son un deleite para mí.
(Porque de todos los habitantes entre esta podredumbre, tú eres quien más me odia con fervor y pasión, Vaggie)
El sonido del cristal impactando contra el suelo así como también el de sonido de los taburetes cayendo al suelo no se hace esperar. Así como el hecho de que Vaggie está sobre Alastor, apuntándole al cuello con una de sus lanzas.
– ¿CÓMO TE ATREVES A DECIR ESO, MALDITO BASTARDO! – vociferó en español, hirviendo en ira al solamente ver cómo la sonrisa en Alastor se hacía más grande. Como si lo disfrutara, haciéndola apretar los dientes con fuerza –. ¿CÓMO TE ATREVES A DECIR ESO, HABIENDO DESTROZANDO MI RELACIÓN CON MI NOVIA!
– Oh querida, no llores – señaló Alastor, extendiendo una de sus manos, secando las lágrimas que corrían libres por las mejillas de la salvadoreña. Quien lo miró con sorpresa, pues, ni ella misma había sido siquiera consciente de su llanto.
Y de un manotazo –pero sin apartarse de Alastor–, secó las lágrimas restantes, mirándolo con profunda molestia (y dolor, que se inmiscuía sin su permiso) –... Yo... En verdad, te odio... Destrozaste lo que más me importaba, te lo llevaste todo... Charlie no te necesitaba.
– ¿De verdad lo crees, querida? ¿De verdad crees que su aclamado proyecto de redención, no fracasaría? – la tomó de la barbilla, enfocando su atención en él –. Esto solamente es mera diversión para mí, después de todo... Yo, no hago caridad.
Escalofríos la recorrieron, pero no se dejaría amedrentar, nunca, menos si un hombre lo hacía –. Eres un bastardo hijo de perra, malparido.
Y él sonrió –. Me halagas, cariño.
(Ven y ódiame.
Porque tu odio hacia mí, es de las mejores diversiones que pude haber experimentado en este averno.
Ven y entretenme más y más)
Porque lo que más disgustaba a Vaggie era que lastimasen a Charlie y los hombres, y Alastor era ambas cosas. Mientras que Alastor, encontraba entretenido su odio por él.
(Y nunca estaría satisfecho de ello.
Como hombre que no puede saciar su sed jamás)
Por eso, ven y ódiame, Vaggie.
-Traumada Taisho