Sacarosa se levantó con pesadez al escuchar la puerta, se sentía constipada y mareada, la verdad odiaba descansar una vez Albedo la hizo tomar vacaciones obligatorias y fue la cosa más difícil de mundo, pero sintiéndose así no le quedaba de otra y realmente se lo pensó, la idea de tener que hablar con Jean para justificar su ausencia la ponía más que nerviosa, siempre evitaba hablar con ella y hacía que Albedo lo hiciera en su lugar.
Al abrir la puerta se topó con Kaeya, realmente la tomo por sorpresa, no es que se llevaran mal ni nada, pero tener una conversación con él le resultaba realmente difícil pues sus bromas le eran algo complicadas de entender y seguirle la cuerda.
— Kaeya, mmm... ¿Qué haces aquí? — Preguntó bastante confundida ante su presencia.
— Oh bueno, después del incidente de anoche vine a ver como te encontrabas, no te preocupes, no tienes que hablar con Jean yo ya me encargué de eso — Siendo que él y Mona tenía la culpa era lo menos que podía hacer...
Cuando Sacarosa escuchó ¨Incidente de anoche¨ No pudo evitar que su rostro se pusiera rojo como un tomate ¿Cuántas personas sabían de eso? ¿Lisa les dijo? ¿Qué dijo exactamente? ¡Después de lo que pasó jamás podría volver a ver a Albedo a la cara!
— Kaeya... ¿Qué se dijo sobre... bueno... anoche? — Preguntó con notoria vergüenza temiendo de la respuesta.
— Pues el mago de hielo que les impidió la salida ¿Qué otra cosa sería? — Si, había mentido.
Aquella noche en cuanto regresó a Mondstadt se encontró a Lisa regresando de casa de Sacarosa, pues ella la había acompañado para asegurarse de que llegará bien, mientras que Razor llevo junto a Klee a Albedo el cual después de aquel momento vergonzoso durante el camino de regreso de la montaña había vuelto a caer preso de los efectos del alcohol, en cualquier caso Kaeya pudo llegar a un acuerdo con Lisa, el hacer un informe sobre que sus dos mejores alquimistas estaban ebrios a punto de intimar en su estudio de trabajo por culpa de una botella de vino proporcionada a escondidas por uno de los caballeros era demasiado trabajo, conclusión Lisa tomó el camino fácil y Kaeya y Mona siguen en su plan de juntar a ese par.
Por el lado de una de las victimas sentía alivio de que al menos Lisa fuera la única que sabía de aquel horrible y vergonzoso momento.
— Lamento los problemas... — Se disculpó apenada, era fácil hacer como si nada y que solo fue un mago, realmente fueron irresponsables...
— No tienes que disculparte, no pasa nada, además ustedes trabajan mucho no está mal un descanso en especial para ti—.
— ¿Albedo también está enfermo? — La verdad no es que le sorprendiera teniendo en cuenta el clima y la clara falta de resistencia al alcohol que tenían ambos, aun así no pudo evitar preocuparse.
— ¿Me dejas pasar? — Preguntó Kaeya y al instante Sacarosa abrió por completo la puerta para que Kaeya pasara — Sí, él también se enfermó — Respondió mientras se adentraba en la casa.
— ¿Quieres algo de beber? —.
— Tú eres la que se encuentra enferma, yo debería atenderte a ti — Respondió con gracia Kaeya — Oh ¿Qué te parece si compro algunos dulces y alguna bebida para acompañar? Creo que suena bien — Propuso con una sonrisa.
— Bueno... Supongo que está bien, mientras que no sea nada con alcohol — Respondió algo tímida.
— Bien, no tardo en regresar — Y al instante de decir eso salió del hogar de la peliverde.
Y efectivamente Kaeya no tardó en regresar con una caja de cupcakes de diferentes sabores y chocolate caliente para ambos, se sirvieron en la sala y cada quien comía lo suyo. Sacarosa agradecía la amabilidad de Kaeya aun así realmente no sabía como llevar una conversación con él, se mantenía en silencio esperando que él diga algo pero que no sea alguna de sus bromas y por suerte el no tardo en hablar.
— Oye Sacarosa, quería preguntarte — Sacarosa lo miró curiosa esperando la pregunta mientras bebía de su chocolate — ¿Qué opinas de Albedo? — La pregunta tan de golpe la hizo atorarse con su bebida y sin mencionar su sonrojo —Ouh ¿Estás bien? ¿Fue una mala pregunta? — Pregunto preocupado y dando pequeños golpes en la espada de la más baja esperando no se muera.
Después de unos segundos que Sacarosa por fin pudo recuperar su aliento estaba bastante sonrojada por un lado por lo vergonzoso de lo recién ocurrido y por el otro la pregunta tan repentina de Kaeya ¿Qué podría responder? Además, pensar en Albedo solo la hacía recordar lo de anoche, oh vaya que era vergonzoso.
Con algo de dificultad trato de mantener su compostura aclareciendo su garganta y tratando de sonar calmada, aunque por dentro solo estuviera siendo comida por los nervios.
— Bueno... Albedo es muy inteligente y aprendo mucho con él, supongo que lo admiro — Respondió con una sonrisa, realmente se estaba esforzando por ocultar su vergüenza, pero su tono nervioso y notorio sonrojo no ayudaban.
— Oh ya veo... — Kaeya solo le siguió la cuerda — Bueno no lo sé, como él es un chico popular con las chicas pensé que a ti podría gustarte ya que pasan mucho tiempo juntos, seguro eres la envidia de muchas — Hablaba con bastante tranquilidad, demostrando cierto desinterés y había una pequeña sonrisa en su rostro.
Lo que había dicho la puso nerviosa ¿Ella? ¿Envidia de muchas? Si lo único que hacía con Albedo era trabajar y hablar del trabajo, tampoco es como si le desagradará le encantaba la alquimia y más el poder ver sus diferencias en investigación con Albedo, aunque... Efectivamente probablemente solo se limitaban a ser compañeros de trabajo, que tontería pensar que ella le ganaría a esa multitud de chicas que debe de tener Albedo detrás de él, por pensar en un solo ejemplo pues... ¡Mona! Ella era tan hermosa y pasaba también mucho tiempo con él y probablemente tenían más cosas de las que hablar, no eran solo compañeros de trabajo.
Kaeya pudo notar que sus palabras habían deprimido a Sacarosa, si bien en un inicio podía verse avergonzada seguía teniendo una mirada dulce pero ahora parecía que sus pensamientos habían logrado que su mirada se volviera triste.
— Sacarosa — Pronunció Kaeya captando la atención de la nombrada — Eres una chica genial y si eres la envidia de muchas no es solo porque pases mucho tiempo con Albedo, también eres hermosa, inteligente y muy amable, ninguna chica sería mejor para Albedo, ustedes son como esos dos raritos que hablan en un idioma alienígena pero se comprenden bien — No le estaba diciendo ninguna mentira realmente pensaba así y no quería que ella se desanimará con Albedo por alguna inseguridad, su mirada había recuperado el brillo pero aun había cierta duda en ella — Ni siquiera Mona podría ser mejor que tú para Albedo — Pronunció lo último mostrando cierto desinterés esperando poder animar por completo a Sacarosa, tampoco quería ser evidente con que ya sabía todo incluso que la atracción era mutua.
Y aparentemente si lo había logrado, Sacarosa ya tenía esa dulce mirada de nuevo con todo su brillo sin mencionar el notorio sonrojo, claramente la chica estaba avergonzada pero feliz, avergonzada pero feliz.
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Amor Entre Alquimistas
FanfictionAlbedo y Sacarosa pasan mucho tiempo juntos, tarde o temprano por parte de alguno tendrían que salir sentimientos a flote la pregunta es ¿Quién? ¿Cómo? Ambos muy inteligentes y amantes de su trabajo ¿Como saldrán los sentimientos a flote?