Del hoy al mañana entre tú y yo; capítulo único

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Cuando Shōto aceptó asistir a la quedada que organizó Mina, no creyó que sentiría lo mismo por Katsuki en cuanto se encontraron. Bakugō en definitiva tampoco lo pensó pero su corazón golpeaba fuerte en su pecho cuando cruzaron miradas y su respiración se volvió pesada.

Había pasado alrededor de nueve o diez años desde que fueron esos enamorados sin cuidado que se terminaron olvidando.

Tenían veintisiete años. Eran adultos y habían cambiado. Se veían más maduros. Apenas bebieron. Bakugō fue menos explosivo, un poco más manso, y Todoroki más expresivo. Intentaron mantener su distancia, aunque era difícil si los obligaron a sentarse en la misma mesa, volviendo a sentirse en cercanía. Querían más que sólo mirarse pero ese era su límite, o hasta que Shōto cortó el hilo delgado de la tensión que había entre ellos.

Primero fue una sonrisa temerosa de su parte, una conversación tímida y una huida al baño que ambos coincidieron luego de que sus meñiques se acariciaran bajo la mesa ratona donde bebían. Vio al rubio entrar al baño. Lo siguió pero algo en él lo hizo dudar, deteniéndose en la puerta pensando si sería lo correcto.

Sólo sería sexo casual, ese era el plan pero no consideró lo que Bakugō sentía, lo que ambos sentían. Katsuki lo esperaba detrás de la puerta viendo su sombra proyectada debajo de ésta.

También tenía sus dudas. No quería admitir que lo extrañaba, su orgullo se interponía entre sus verdaderas emociones. Sólo sexo consensual y nunca más se volverían a ver. No tenían razones para verse de nuevo, era perfecto si cortaría sus sentimientos desde la raíz después de eso y no se los guardaría más bajo la manga como lo venía haciendo por años. Y cuando Todoroki al fin cruzó la maldita puerta, soltó todo el aire que contenía en un suspiró.

Era más guapo de cómo lo recordaba. Shōto pensó lo mismo de él. Cerró la puerta con seguro detrás de él y dejó que las cosas pasaran. Se besaron, sí que lo hicieron volviendo a los días de su romance escolar, hermoso y pasional.

Todoroki lo recibió, correspondiendo a lo que habían sido. Abrazó su cintura pegándolo a él y chocaron con el lavado. Lo sentó en este, se hizo un lugar entre sus piernas, no se quitarían la ropa más de la necesaria. Le desabotonó la camisa, deshizo la corbata, se desabrocharon los pantalones y no importaba si sus trajes se arrugaban, solo lo harían. Bakugō se desnudó sin quitarse la camisa, manteniéndola abierta, ni la ropa interior.

Levantó la camisa de Todoroki y metió la mano en su pantalón ya abierto, tocando su miembro flácido que con prontitud se puso duro mientras acariciaba su glande descubierto. Su vello era espeso y bicolor extendido hasta el ombligo, y sonrió sobre sus labios recordando que en su adolescencia ambos eran lampiños.

Sus labios chasquearon. Apenas abrieron la boca y sus lenguas se acariciaron, la del bastardo era fría enredada con la suya, y volvió a chasquear. El sonido era excitante. Lo rodeo con sus piernas y Todoroki las apretó, sintiéndose demasiado caliente y excitado para percatarse que dejó marcada la silueta de sus manos en ellas.

─Hazlo rápido ─gimió apenas se separaron, escucharon las risas de los chicos de la clase.

Su mirada se mantenía baja, Todoroki lo veía a través de sus pestañas rizadas buscando que lo viera a él y no a su pene o su torso.

─Bakugō, mírame ─pidió, levantando su mentón─. ¿Estás bien con eso?

Éste alzó la mirada y por una vez deseo observarlo para siempre, con detenimiento y acariciar la sombra de su barba rasurada. Lo sabía porque tenía un corte pequeño bajo el mentón con un cicatrizado muy reciente. Y sus manos ascendieron, tocando todo hasta rodear su cuello.

Between us two | TodoBakuWhere stories live. Discover now