Capítulo 5

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El timbre suena, corro a ver quién es.

Mamá y papá están llegando y Drew está parado frente a mí, con un gran ramo de rosas blancas.
Drew en un impecable traje negro, se ve guapísimo.

—Para ti hermosa —expresa extendiendo el ramo hasta mis manos.

—Muchas gracias Drew, no tenías que molestarte —tomo el ramo y le sonrío con timidez.

Drew es el cuarto chico que me regala flores.
Cuando tenía doce, un chico en la secundaria me regaló un girasol, pero en cuanto lo tomé una abeja se posó en él y lo avente a la basura, el chico se molestó y dejó de hablarme. Cuando empecé el bachillerato, un chico me regaló orquídeas, obviamente no sabía de flores, como Taylor estaba presente, las tomó y las pisoteo hasta hacerlas polvo. El tercer chico que me regaló flores fue mi pareja de graduación en el bachillerato, pero no lo hizo por cortesía, lo hizo porque quería acostarse conmigo y en cuanto lo supe, se las arrojé en la cara y las machaque en su cabeza.

Pero estas son hermosas, el chico que me las está regalando me quiere y me las da con buena intención.

Mis padres están detrás de Drew, admirando la escena.

—¡Oh! Pasen —pido rápidamente, despejándome de mi ensoñación.

—Buenas tardes, señores McCarthy —saluda Drew estrechando la mano de mis padres.

—Hola Drew, pasa —ofrece mi padre.

Todos entramos al comedor, pero mis padres tienen miradas de disculpa.

—¿Qué pasa? —pregunto caminando a la cocina buscando un jarrón para mis rosas.

—Scarlett... —contesta Mamá, está detrás de mí, en la cocina.

Me doy la vuelta y Papá y Drew, están en el marco de la puerta.

—¿Qué sucede? —pregunto nuevamente, dejando el jarrón con las rosas, en la isla de la cocina.

—Nos adelantaron el retiro y además lo extendieron —contesta papá un poco apenado—. Tenemos que partir, empieza mañana temprano.

El famoso retiro.
Dos veces al año, mis padres van a un retiro, se inscribieron hace tiempo, con más doctores, pediatras, psicólogos, arqueólogos, abogados, algunos profesores y escritores. Básicamente se van a recorrer la zona de algún lugar en el bosque, comparten experiencias de vida y trabajo y un maestro de yoga, los ayuda a relajarse y encontrar su paz interior, es por eso que mis padres son un amor.

Normalmente los retiros duran tres o cuatro días, lo más que han durado son una semana, pero esta vez duraría solo el fin de semana, aunque al parecer eso ya no es así.

—Eso significa... está bien. No hay problema —acepto sin mucho entusiasmo, la verdad me gusta que vayan a sus retiros, regresan con otro aire y más energía, pero hoy me había esforzado por la cena—. Ya sé, puedo ponerles algo de cena para llevar... unos emparedados o...

—Scarlett, eres muy atenta y comprensiva, siempre complaciéndonos —Papá se acerca y me da un abrazo—. Mi pequeña, no te merecemos.

—Nos encantará llevar esos emparedados, nos van a ayudar mucho —asegura Penny, camina hasta la alacena y saca la caja de pan.

—Vayan a buscar sus cosas, seguro que no han preparado nada, yo les
preparo los bocadillos —propongo y salgo de los brazos de mi padre.

—Está bien —Papá y mamá, suben a sus habitaciones y Drew me ayuda a guardar algunas cosas.

Carpe Diem: Vive El Momento [1er Libro] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora