Capítulo 19

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—¿Qué? —espetó Jennifer sin comprender.

—Lo que oíste —escupió con odio —Chanyeol no es ningún santo.

—Explícate —demandó tajante la joven.

Taehyung calló comenzando a caer en cuenta de sus palabras.

—Esto...no tiene que ver contigo —murmuró.

—¡Taehyung!—exclamó eufórica, provocando que el castaño jadeará en respuesta —¿Crees que es normal golpear a un familiar y luego salir huyendo para no aparecer en casi tres días? —le reprendió tocándose la sien.

—No —contestó cortante.

—¡¿Entonces?! ¿Qué está pasando Taehyung?—continuó exaltada.

—¡Nada! —gruñó el castaño, peinándose el cabello hacia atrás con desesperación —, no está pasando nada, nunca ha pasado algo —dijo a media voz.

Jennifer humedeció sus labios, paseó sus manos por su rostro mientras comenzaba a caminar en círculos, haciendo resonar sus tacones contra el suelo.

El castaño suspiró rendido, se sentía incómodo con tal reproche pero de cierta forma Jennifer tenía razón, no podía estar comportándose así, caminó sin rumbo aparente alrededor del salón, pasando a un costado de su acompañante, sentándose en el suelo, cerca al altar.

—Hace un tiempo tuve una novia —rompió el silencio aún con la mirada fija en el suelo —. Su nombre era Rosé.

La mujer observó por unos instantes al joven, esbozó una fugaz sonrisa antes de dirigirse en silencio hasta el castaño sentándose a su lado, abrazando sus rodillas.

—Me iba a casar —confesó una vez que la anatomía de Jennifer se encontraba a su lado —, pero Chayeol no estaba de acuerdo, hice de todo para obtener su aprobación, dejé mis estudios, mis amigos, deje todo —relató con amargura—. Sin embargo, siempre fracasé.

La pelinegra escuchaba atenta el relato, siendo abatida por un sentimiento de lástima.

—O eso fue hasta que un día me dijo que fuera a un seminario, si lograba aprobarlo aceptaría nuestra relación, pero si no, sobre su cadáver nos casaríamos —Taehyung soltó una amarga sonrisa —. Que estúpido fui —siseó —, pude haberme negado, pero no lo hice...

Jennifer dirigió una de sus manos hasta la espalda del chico, comenzando a sobarla tras notar el nudo en la garganta que le había formado al castaño.

Eran tiempos difíciles, pero la joven sabía que con el simple hecho de que Taehyung confiara en ella, ya era una clara muestra de que era distinto a los demás hombres de la época y aunque su pensamiento era difícil de comprender, sabía que siempre intentaba cumplir con todo, aunque se le fuese la vida en ello.

—Cuando regresé, me dieron la noticia de su muerte —pausó sintiendo la incomodidad instalarse sobre su pecho —. Entonces todo se desmoronó, sentí como mi alma era arrancada y sin darme cuenta ya estaba cayendo en un abismo sin fin.

—Tae... —susurró la chica con pesar.

—Me ahogué en alcohol cada noche de agonía, intentando calmar el dolor, mientras recriminaba y maldecía, por buscar una absurda aprobación —comentó a media voz empuñando sus manos —. Tan solo bastaba con nosotros, e incluso su hermano nos apoyaba, pero era un avaricioso—relató sintiendo su pecho oprimirse —. No me bastó con eso. Fue entonces, que cuando la ausencia de Rosé nos golpeó, era demasiado tarde e incluso para la amistad que mantenía con su hermano, él se fue y entonces no solo la había perdido, sino también a mi mejor amigo.

—¿Por eso estás aquí? —el castaño asintió lentamente.

—Sí, quería mantener mi mente ocupada —Jennifer sintió su cuerpo tensarse —. Quería que todo pareciera un mal sueño.

—¿Pero?

—Son demasiado para mí —dijo esbozando una triste sonrisa —. La iglesia, la enfermedad, la ciudad, me quedaron demasiado grandes.

—¿Y ahora qué harás? Chanyeol...

—Chanyeol puede pudrirse en el infierno —comentó con ira.

—No hables así —exigió la joven.

—Es la verdad y lo mínimo que merece.

—¿Y si él no lo hizo? —formuló, tragando inmediatamente en seco, al notar la reacción del chico.

Taehyung sonrió cínico tratando de controlar el caos dentro él para luego mirar a la chica a los ojos, con tanta intensidad que Jennifer no tuvo de otra más que retener el aliento.

—Todo ocurrió después de que él la fue a ver —Taehyung tensó la quijada sintiendo su pecho oprimirse nuevamente —. Y si aún no fuese por ello, Chanyeol no tiene las manos limpias.

La mujer se petrificó ante la siniestra confesión, sus ojos se volvieron vidriosos, al mismo tiempo que sus labios comenzaban a temblar.

—E-eso no es p-posible —boqueó incrédula —. Estás mintiendo.

Dijo al instante, pero en el rostro del castaño no había indicios de tal cosa.

—No todo es lo que parece —contestó inexpresivo Taehyung.

Jennifer desvió la mirada analizando lo ocurrido, pues aunque le pareciera una locura en Taehyung no había una pizca de duda o burla, sumándole que él no solía hablar y mucho menos hacer bromas con temas así.

—Entonces...—jadeó la mujer.

—Entonces no confíes en lo que tus ojos te muestran —interrumpió el castaño. Jennifer impactada calló, simplemente las palabras emitidas no lograba digerirlas.

El castaño junto con ella guardó silencio, comenzando con un debate interno, sobre si había sido prudente confesar algo como eso; pero de algo estaba seguro, el haber hablado lo lleno de calma, jamás lo había hecho y aquella sensación era algo nuevo.

Por otro lado Jennifer comenzaba a comprender el carácter del joven, sus mañas y actitudes que podía llegar a presentar, pero sobre todo, el hecho de ser tan impulsivo y no quedarse callado, a la vez de ser alguien solidario con aquellos que lo necesitaban.

—T-Tae —volvió a nombrar la pelinegra, logrando captar la atención del castaño —, Chanyeol dejó la ciudad —confesó a la par en que se arrodillaba ante el joven con los ojos vidriosos y una sensación de hostigamiento impresionante. La joven parpadeó un par de veces intentando alejar las lágrimas que estaban a punto de desbordarse, siendo inútil tragó en seco antes de conectar su mirada con la del castaño —. T-Taehyung, la vida sigue —murmuró con voz ahogada acunando las mejillas del castaño entre sus temblorosas manos, Jennifer sonrió con tristeza —. Así que vamos a vivirla.

Tras dichas palabras, Taehyung boqueó sintiendo su corazón retumbar dolorosamente y por primera en tres años dejó caer sus lágrimas frente a una compañera, desahogando sus pesares y entregándose al dolor.

Pecado Concebido [TaeKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora