1- Sueños

314 26 7
                                    


La aldea UA, un pueblo alejado de las grandes civilizaciones, población reducida, gente amable, aunque algunos no tanto. Viven en la paz y tranquilidad que les otorga la naturaleza. Sin embargo, esa tranquilidad que la mayoría disfruta, no es tan buena para cierto rubio cenizo que se pasa las tardes en lo más profundo del bosque y no regresa hasta altas horas de la noche.

Bakugō Katsuki. Omega. Un chico de 17 años, vivas y energético, con un humor de los mil demonios y actitud agresiva, pero lo que tiene de mal genio, lo tiene de atractivo. Es el hombres más cotizado del pueblo, lo querían tanto hombres como mujeres, todos querían algo con él, pero Katsuki los repele a cada uno por no estar interesado en una aburrida relación con alguien que, según él, no podrá satisfacerlo como quiere. Además, qué sentido tendría emparejarse y formar una familia si se la pasará toda la vida atrapado en ese pequeño pueblo sin oportunidad de viajar como bien era su sueño hacer. Quiere ver el mundo, no sólo limitarse a pasear por el bosque y no saber que más hay detrás de las montañas. Es algo que carcome su mente.

Justo ahora se encuentra en la Copa del árbol más grande del bosque cerca de su pueblo. Puede sentir el viento fresco en el rostro, su cabello bailando al compás de la brisa y el increíble aroma a pino que llega a sus fosas nasales. Este es su lugar favorito de todos, desde ahí arriba tiene una vista perfecta del atardecer. Su mirada afligida se fija en las montañas. ¿Qué hay allá? Quiere saberlo. Es lo que más anhela en el mundo.

El sol termina de ocultarse en el horizonte y con eso da una fuerte inhalación a ese relajante aroma soltando todo el aire en un pesado suspiro para después decidirse a bajar para volver a casa. Se cuelga de cada rama del árbol dando saltos y columpiándose hasta que llegó al suelo.

Ya en tierra firme se dispone a emprender camino yendo directo al pueblo donde en su hogar lo esperan sus padres. Mientras caminaba estira los músculos entumecidos por la actividad que suele hacer casi todos los días. Suelta un par de bostezos por el cansancio y observa sin interés su alrededor. A mitad de su trayecto nota como una silueta algo familiar se acerca justo frente a él. Entorna los ojos tratando de distinguir quien es, hasta que estuvo lo suficientemente cerca para hacerlo. Estuvo a punto de esconderse ya que cabía la posibilidad de que fuera su primo queriendo molestar como siempre o tal vez otro estúpido pretendiente que busca acosarlo con banales métodos de conquista. Está tan acostumbrado a ello que ya lo considera rutina. Es un fastidio.

La silueta se fue acercando más y más, hasta que por fin fue capaz de ver de quien se trataba.

– Ah. Solo eres tú. - dijo cuando estuvo lo bastante cerca como para ser escuchado.

– ¿"Solo yo"? Creí que era tu mejor amigo. - reclamó sin importarle realmente un chico de cabello bicolor.

– Si con "mejor amigo" te refieres al único que tengo, entonces tengo la peor de las suertes. - dice despectivo con intenciones de molestar al contrario.

– Lástima por ti. - hace una leve mueca con los labios que se entiende como una sonrisa.

– ¿Qué quieres? - pregunto acabando con el juego.

– Tu madre te busca... Otra vez. - el cenizo rueda los ojos con molestia. ¿Cuando no?

– De todas formas ya estaba volviendo. - era cierto, de casualidad se lo encontró.

– ¿Tan temprano? ¿Estás bien? - apenas se había ocultado el sol, Katsuki no suele volver a casa hasta la madrugada.

– Tengo sueño. Es todo. Hoy no estoy de humor. - apartó la vista sin querer hacer notar su aflicción. Pero no tuvo éxito.

– ¿Otra vez se te insinuaron? - no sería la primera vez que el rubio se sienta molesto por las propuestas de algún pretendiente.

– No es eso... - no sabía qué decirle.

𝘓𝘢 𝘉𝘦𝘴𝘵𝘪𝘢... 𝘕𝘰 𝘌𝘴 𝘛𝘢𝘯 𝘔𝘢𝘭𝘢 {KiriBaku}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora