Prólogo

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Aún recuerdo el primer día que trajeron a Sabine del orfanato; un puñado de hermosas imágenes vuelve a mi mente. Vivíamos en un hogar poco común, ahora lo sé, rodeados de todo lo que el dinero podía comprar, además de contar con dos padres amorosos que nos complacían en los más mínimos detalles.

He de confesar que estábamos en camino de malcriarnos y convertirnos en hombres egocéntricos y vanos. Sin embargo, yo logré escapar de esa trampa, aunque lamento no haber salvado a mi hermano también. Tal vez debí prestarle más atención u obligarlo a escuchar una voz que no fuera la de su propio placer.

¿Qué fue lo que me cambió?

Recuerdo los primeros años de mi niñez como una eterna melodía de amor que nunca se acaba, repleta de cariño, juegos y risas. Sin embargo, luego llegaron los años oscuros, precedidos por llantos y una profunda tristeza. Alessandro y yo nacimos con apenas unos años de diferencia. Mi padre había decidido formar una familia grande y se alegró mucho al enterarse de que mi madre estaba esperando nuevamente. Pero esta vez, el embarazo tuvo complicaciones. La vida de mi madre no solo estaba en juego, sino también la del bebé.

Pasamos días enteros en los que debía guardar reposo, y cualquier esfuerzo podía traer graves consecuencias. Íbamos a visitarla a la clínica periódicamente. Yo trataba de hacerla sonreír, pero mi hermano, quien dependía mucho de ella, rompía en llantos incontrolables; aún era un niño y la extrañaba. Todos la extrañábamos.

Finalmente, llegó el día, pero solo mi madre regresó a casa, y una sombra oscura se extendió por nuestro hogar. Había perdido a su hija y, con ello, también la alegría de vivir.

Un día, mientras miraba televisión, vi la gran cantidad de bebés que eran abandonados día tras día y que no tenían un hogar. Hasta ese momento, no me había detenido a pensar en lo que tenía, en lo dichoso que era. Solo aceptaba todo como un hecho más de mi vida. Ver los rostros de aquellos niños, que muchas veces eran maltratados y abusados, me fue cambiando poco a poco y me convirtió en la persona que soy ahora.

Entonces, pensé en ello como una solución. Vivíamos en una gran mansión, nuestra familia era una de las más ricas de Beaumonty. Teníamos espacio de sobra para aceptar a una hermanita, tanto en nuestro hogar como en nuestros corazones. Le comenté la idea a mi madre y fue una de las primeras veces que la vi sonreír de verdad después de aquellos traumáticos y dolorosos años.

Sé que, a los pocos días, comenzaron los trámites y, al cabo de unos meses, nos anunciaron que tendríamos una nueva integrante en la familia. Yo estaba encantado, pero Alessandro, que  aún era muy pequeño, no quería una hermana. Tal vez eran celos, pero a pesar de su corta edad, creo que él debió sospecharlo. Siempre había sido un niño con un extraño sentido de la intuición. Debió pensar en lo que Sabine significaría para él y para mí.

Así fue como un día ella entró en nuestras vidas, y nada volvió a ser como antes.

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Es la primera vez que me animo a publicar. Ojalá les guste. Y si alguien lee que me ayude con un curso básico de esta plataforma, porque estoy muy perdida. Besos

Te amaré por siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora