Capítulo XXVIII

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Al día siguiente, Dante fue obligado por Scarlett y Howard a presenciar la práctica del equipo en el campo de quidditch, a pesar de que no le interesaba mucho el deporte, la insistencia de la chica logro convencerlo, ahora el chico estaba mirando como entrenaban, mientras estaba sentado en las gradas del campo escuchando invierno de Vivaldi miro al cielo, nubes grises tapaban el sol y el buscador del equipo perseguía a snitch dorada que acababa de ver.

-Me pregunto ¿Cómo sería el quidditch con algo como la thunderwild? –dijo para sí mismo.

Dejo que sus pensamientos salieran mientras una brisa de viento le daba en la cara, ¿Cuándo había sido la última vez que se relajó un poco? Tal vez no lo mostraba frente a sus amigos, pero las últimas semanas su cabeza estaba llena de preocupaciones, aurores, phantoms, espíritus y preparativos eran en lo único en lo que pensaba, su maestro le había dicho una vez que en ocasiones era mejor bajar la guardia, aunque sea un momento, su maestro...

Dante no se percatado hasta ese momento, le había contado la historia de la muerte de su maestro a sus amigos, la última vez que hablo de eso en voz alta fue con sus padres, el mismo día en el que falleció, cada vez que recordaba esa historia un manto tristeza y culpa se posaba sobre él, sabía que era estúpido lamentarse, no podría cambiar nada ahora, pero una parte de su ser sabía que ese manto estaba ahí por una razón.

Una pequeña lagrima salió de su ojo derecho, para él, Soma Haruto fue algo más que un simple maestro, fue alguien que le enseño todo lo que sabía, que lo protegió de su propia estupidez, que escucho sus problemas con paciencia e incluso fue un puente entre él y sus padres, para Dante, Soma Haruto, era como un hermano mayor. Un hermano mayor que ahora estaba muerto por culpa del propio Dante y de los phantoms.

Dante apretó los puños, los phantoms habían causado tantas desgracias a tantas personas y ahora no habría nadie quien los detuviera si regresaban, kamen rider Wizard estaba muerto, pero él seguía aquí y se había prometido a sí mismo, a su maestro y los antiguos magos anilleros que no permitiría que los phantoms regresaran, y para eso su objetivo era claro, pero el primer paso sería encontrar los cuatro anillos elementales...

- ¿Dante?

El chico miro a quien lo llamo, Scarlett había aterrizado con su escoba en las gradas y ahora lo veía, un poco apenado, Dante se limpió la lagrima en su rostro mientras decía:

-Scarlett ¿termino el entrenamiento?

-Les dije que descansaran un poco –dijo Scarlett, Dante recorrió el campo con la mirada, los jugadores del equipo se habían esparcido por distintas partes de las gradas, uniéndose a grupos de otros estudiantes de Slytherin que habían ido a ver el entrenamiento –estabas pensando en tu maestro y en los phantoms

-Maldigo la legeremancia, me obliga a mantenerme con la guardia en alto.

-je, perdóname –Scarlett dejo su escoba en las gradas y se sentó al lado del chico –¿sabes?, no sé me da muy bien animar a la gente.

-No, enserio –dijo Dante con sarcasmo.

-Seguro que se me da mejor a ti –Scarlett regreso el sarcasmo.

-Eso no lo discutiré.

- ¿Qué pasa? ¿te quedaste frio?

-Ante la resplandeciente reina de hielo, por supuesto –Dante le sonrió a Scarlett quien regreso la sonrisa.

-Así que... Soma Haruto era como un hermano para ti.

-Si...

-Está bien llorar por un ser querido.

-Créeme, he llorado lo suficiente, solo he tenido una decaída, es normal cuando se trata de alguien tan cercano.

-Te entiendo.

El mago anilleroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora