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Caminó sobre el pequeño puente, sintiéndo la brisa acariciar su rostro y despeinar su cabello.
Volteó una última vez para observar las dos lápidas bajo el árbol de cerezos que acababa de florecer debido al cambio de estaciones.
Era primavera.
El aniversario de la muerte de sus padres había llegado y ella les había visitado, como lo hacía cada año.
Llevaba flores e inciensos. Se sentaba junto a las tumbas y les hablaba, como si le pudieran escuchar.
Haruna caminó hacia la entrada principal del cementerio, donde le esperaba su novio pacientemente. El moreno le daba su espacio, y solo la acompañaba cuando ella se lo pedía. Sabía como ella odiaba que la viesen llorar.
— ¿Estás lista?
— Sí, podemos irnos ya.
No había llevado la motocicleta, hacía un buen tiempo afuera y ya les faltaba una caminata por el vecindario.
Ambos pasaban muy ocupados con sus estudios, y Goenji necesitaba recorrer las calles de su ciudad natal. Hace poco había regresado de un viaje promocional a Francia que había hecho junto a Fudo y extrañaba lo tranquilas que eran las calles en la Ciudad de Inazuma.
— Haru, ¿quieres pasar por un café?
No hubo respuesta por parte de la chica, pero esto a Goenji no le preocupó. Sabía lo que ella pensaba, y solo se limitó a tomar su mano y guiarla hasta la calle donde se encontraba su cafetería favorita.
Al llegar, él ordenó por ambos y se sentaron en la banca frente al ventanal a observar cómo el cielo se pintaba de naranja, anunciando el final del día.
— Es tan hermoso. — dijo a la nada — Extrañaba Tokio.
Otonashi suspiró y le dedicó una cálida sonrisa.
— Tokio te extrañaba a ti.
Se quedaron viendo por un minuto, y como ya era costumbre entre ellos el saber lo que el otro iba a decir a continuación, Haruna le respondió antes de que el moreno le formulara la pregunta.
— Quiero cambiar mi primer nombre.
Desvió su mirada, a lo que Goenji le tomó el rostro, obligándola a que le siguiera viendo.
— Eso, que de regalo de cumpleaños les pediré a mis padres cambiar mi primer nombre.
— ¿Y cómo quieres llamarte? — la chica encogió sus hombros — Haruna, tu nombre es precioso.
— No me gusta. Lo he decidido. En dos días cumpliré los dieciocho y les pediré a los Otonashi que me cambien el primer nombre.
— Si lo haces por ellos, ¿no crees que ofenderías su memoria?— suspiró — Es decir, tus padres eligieron tu nombre y si lo cambias
— Mis padres han estado muertos por trece años, Shuya. No importa si cambio mi nombre.
— Lo has dicho. Están muertos, ¿por qué has de cambiar algo que no los traerá de vuelta?
Haruna salió del lugar, le había dolido lo dicho por el moreno. Tenía razón, pero ella ya lo había decidido.
Trece años atrás, ella y Yuto esperaban a sus padres. La menor estaba emocionada, porque su cumpleaños se acercaba y sus padres habían prometido llevarle regalos y celebrar su cumpleaños en el parque de diversiones.
Pero no cumplieron su promesa.
Por culpa del destino, sus padres habían fallecido en un accidente de avión, dos días antes del cumpleaños de la chica.
Primavera.
Que ironía que justo perdiera a sus padres en el mes de su cumpleaños; en primavera, estación en la cuál su nombre había sido inspirado.
No sabía que podía cambiar su nombre, hasta cuando cumplió quince años y escuchó en la radio como uno de sus artistas favoritos había cambiado su nombre legalmente y pidió a sus padres adoptivos poder hacerlo, a lo que ellos respondieron que lo harían cuando ella cumpliera los dieciocho años.
Y en dos días, ella se los exigiría.
Goenji la alcanzó en el parque, sentada en una de las bancas, cerca de los columpios.
— Perdona, he sido muy duro.
— No has dicho nada que no sea cierto.
— He tratado de pensar en algún nombre para ti, pero ninguno de ellos me parece sufiente. Ninguno suena como tú.
La chica lo miró confusa. El delantero le tomó de la mano y la hizo seguirlo.
— Sientes la brisa, ¿no? — Haruna asintió — ¿Y tienes frío?
— Está un poco húmedo, así que la brisa ayuda mucho.
— Y a pesar de estar oscuro, puedes ver. — la peli azul asintió — ¿Y ves como las hojas de los árboles y las flores se ven más bonitas que nunca?
La gerente miró a su alrededor. En verdad que se veían bonitas.
— Todo esto me recuerda a ti. Tú eres como la primavera.
— Pero el polen te causa alergia...
— A lo que me refiero, Haruna — continuó — Es que tus padres eligieron un nombre precioso para ti; con un bonito significado.
— Goenji...
— Te amo. Y eres libre de hacer lo que quieras, pero debes de saber que tus padres eligieron el nombre perfecto para ti. Eres como la primavera; preciosa, donde todo vuelve a nacer. Los días son más largos, los colores son bonitos...
Su abrazo lo interrumpió. Sintió como las cálidas lágrimas de la chica le mojaban su camisa.
— Además, mi cumpleaños cae en primavera. Y si vas a cambiarte el nombre, cambia tu cumpleaños y el mío.
— Tonto — rió por primera vez en el día — Te adoro.
Y le besó.
Le había convencido, por lo menos hasta encontrar otro nombre con un significado tan bonito como le había planteado su novio.
Lo que Haruna no sabía era que Shuya sí planeaba un cambio de nombre para su chica. No era su primer nombre, ni a los dieciocho años como ella quería.
— Haruna Goenji suena tan bien — pensaba el delantero.
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He tomado la idea de que a Haruna no le guste su nombre de un libro de headcannons de Inazuma que leí en esta plataforma, y que ahora me arrepiento el no haberlo guardado en mi lista de lectura.
Me dio cosita leer que a Haru no le guste su nombre. Con lo que a mí me encanta...
La idea no es mía, pero el fic lo es.
Espero les guste~
Saluditos :3PD: Odio hacer las portadas de estos libros ;w; me quitan todas las ganas de publicar. Perdonen la mala calidad de portadas que les brindo.