Miya Atsumu siempre ha sido el centro de atención desde que tiene memoria.
Adora bromear con sus amigos, disfruta las veces que viaja con su madre y es bastante popular en la escuela.
Todo lo que desea lo tiene, bueno, la mayoría de las veces; él s...
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Osamu se sentía más que incómodo, pero ahí estaba él.
En una odiosa y patética fiesta.
Además bebiendo alcohol como si no hubiese un mañana, ya su cabeza le daba algunas vueltas. La ventaja es que no tenía náuseas y estaba levemente consciente, no como otros chicos que vio en un sofá; no sabía si les había dado un coma etílico o se desmayaron o están dormidos.
Estaba un una ridícula fiesta celebrando el final del primer periodo, al menos él y Atsumu han sobrevivido en ser descubiertos.
Celebrando el inicio de las vacaciones, así de fácil y sencillo.
Más bien es un milagro que solamente dos personas hayan descubierto que no son quienes deben suponer que son. Osamu debería decirle a Atsumu que ahora él también fue descubierto, le puede decir en la mañana.
No habrá ningún problema.
Osamu bebió de su vaso, no era la primera vez que bebe alcohol; pero si en un lugar desconocido.
Dio unos pasos y se tropezó con Hinata.
—¡Miya-san! ¿Dónde estabas?
Pudo escuchar la preocupación en la voz de Hinata, pero le restó importancia.
—Bebiendo.
Hinata parpadeó como si algo no estuviese bien o más bien como si se sintiera confundido.
—¿Podrías repetir? —Hinata lo tomó por los hombros a pesar de la gran diferencia de altura.
Se dio cuenta que tiene el agarre sumamente fuerte.
—Estaba bebiendo, creo que estoy un poco borracho —admitió.
El más pequeño de estatura lo tomó del brazo en cuestión de segundos. Osamu se sorprendió, nuevamente, de la fuerza que podía llegar a portar Hinata.
Posiblemente es porque es bailarín, aunque... ¿No debería tenerla más que todo en las piernas?
—¿Solo? —Una gran angustia pasó por Hinata, al parecer.
—Si... —balbuceó— ¿Cómo no?
Los ojos de Hinata registraron el lugar con cierta cautela, después se movió con Osamu o más bien lo arrastró.
Lo sentó en una de las sillas del comedor y le quitó el vaso que tenía en la mano.
