Capitulo 1

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"Cómo olvidar aquel día. Mientras descansaba en el sofá de mi casa, mirando una serie de televisión. El clima era frío, llovía afuera y había una sensación de nostalgia en el aire. Una manta cubría mis pies mientras bebía un poco de agua. Él se encontraba sentado junto a mi, acariciando mi barriga, mi gran barriga, que había crecido gracias al embarazo.
Cómo olvidar tu toque suave en mi piel, los besos dulces que me dabas y la melodía que salía de tus labios al cantarme en la oreja.
Saber que esa sensación se ha ido por voluntad propia, dolía. Dolía muchísimo.
Tomaste mi corazón con tus manos y lo hiciste trozos.
Jamás va a desaparecer está sensación que alguna vez todos hemos experimentado pero, con el tiempo lo vas olvidando. Recuperándome de un amor fallido ahora tengo a mi lado algo más importante, algo que hicimos juntos y que jamás me romperá el corazon, y está en mis brazos. Tan pequeña, tan frágil e inocente.
Fue mi luz en esta oscuridad que me sumergía cada día después de que te fuiste.
Pero ahora, mientras la sostengo en mis brazos y veo su rostro redondo y tierno, me doy cuenta de que hicimos algo increíble y de lo afortunado que soy al tener la oportunidad de experimentar esto.
Mientras la observó mi corazón duele de la emoción.
Después de un año solos, enfrentándonos al mundo, ahora tengo un hogar propio, un trabajo estable y mucho amor en una personita. Puedo estar seguro de una cosa, eh sanado mi corazón... "

Esta carta era la prueba de haber terminado con un periodo de mi vida muy difícil. Solo quiero estar bien.
Y mi hija es lo que más amo en este mundo.
Con la carta en una mano y un encendedor en la otra, prendí fuego a la carta, mientras veía como consumía el fuego al papel y se hacía ceniza tenía la certeza de que mis sentimientos era eso; la ceniza.
El viento soplaba suavemente, la noche se hacía presente, la luna estaba brillante, era una noche cálida. Di un gran suspiro una vez que la carta quedó totalmente hecha ceniza.
Entre al departamento, Mia se restregaba en mis pies mientras maullaba, su pelaje esponjoso y sus ojos de un azul intenso eran encantadores. La acaricie y fui a echarle un vistazo a Lily, dormía cómodamente en su cuna, abrazaba a su peluche de gatito y tenía su chupón en la boca. Me recosté en la cama mirando al techo, Mia no tardó en subir a la cama y recostarse a mi lado.
Mañana es un gran día, ya que fui contratado por una empresa muy importante, así que estoy muy emocionado, ¡Y muy nervioso!

Al día siguiente...

El día comenzó de una manera tranquila. Me prepare para irme a trabajar; camisa blanca, corbata roja, saco y pantalón de vestir negro, perfume en el cuello y en las muñecas y un peinado fresco.
Mientras desayunaba revisaba mis redes sociales, aún tenía tiempo en lo que llegaba Julia, la niñera.
Hoy era un bonito día, apenas se asomaba el sol por las.ventanas y el cielo estaba despejado, aunque el clima era algo frío.
Llegó Julia y yo me despedí con un beso en la frente de Lily y Julia me despidió con una sonrisa amable. Era una señora de 40 años, a pesar de ser delgada era muy fuerte para ser Omega.
Cuando llegue al edificio donde empezaría a trabajar, se veía enorme y lujoso, me emocionaba empezar ya.
Y aunque había más gente de lo que esperaba y parecía todo un caos, llegue a mi destino. Un chico de pelo rubio y ojos azules me atendió amablemente indicándome que lo siguiera para llegar a la oficina del cual sería mi jefe.
Sería secretario del subdirector de la empresa de teléfonos más famosa a nivel mundial; Axtro.
Cuando el chico abrió la puerta para poder entrar me encontré con un hombre sentando en un enorme escritorio, lleno de papeles, folders y una computadora.
Era una oficina grande y lujosa y con una gran vista a la ciudad.
El hombre que se encontraba sentado con un elegante traje de azul marino y un peinado algo aburrido, levanto la vista para mirarnos. Sus ojos amarillos eran intensos, tenía un lunar cerca de la boca, labios delgados, las cejas eran algo gruesas y su piel no era tan clara como la mía, su cabello negro se veía sedoso.

- Él es Sebastián Torres, su nuevo secretario.

El se levantó, dejando ver su gran altura y su cuerpo atlético y bien formado. Digno de un alpha dominante.

-Soy Benjamín Brown- Él me dió una sonrisa amable y me saludo con un apretón de manos- Ahora Carlo, muéstrale su área de trabajo y todo lo que tiene que saber, disculpen tengo que salir un momento.

Y así los tes salimos de su oficina, fue un saludo cordial y rápido. El chico que al parecer se llama Carlo me mostró mi escritorio, que se encontraba justo afuera de la oficina de mi jefe. Y me entrego una carpeta con lo que tenía que saber y me dió algunos tips. Aunque no había problema, no era la primera vez como secretario, así que podría manejarlo bien.
Y así, con todo el entusiasmo del mundo mis días en la empresa eran movidas y con mucho revuelto. La gente de la oficina suele ser muy animada y casi todos los viernes salían a beber o comer algo en grupo, yo me hice de un buen amigo como Carlo, menor que yo pero muy inteligente. Siempre me invitaba los viernes a beber pero no podía dejar a Lily sola.
Después de  dos meses en esta empresa, conocía a todos y a toda la empresa y aunque suena extraño, me hice amigo de la mamá de mi jefe, que solía visitarlo mucho a la oficina.
El día de hoy me quedaría hasta tarde terminando un trabajo que debía de haber estado listo desde en la mañana pero mi jefe me trajo de un lado a otro. Así que Julia se quedaría horas extra cuidando a Lily.
No había ningún alma en el piso, más que mi jefe. Pero de repente se escuchó el ruido de un objeto de vidrio romperse dentro de su oficina y me apresure a entrar.
Mala elección.
La oficina estaba repleta de feromonas de alpha, me tape la nariz pero era demasiado fuerte el olor.
Y de pronto me sentí caliente, mis piernas temblaban y sentía un cosquilleo en el trasero.
Mi jefe grito algo pero no le puse atención, quería quitarme está sensación, ¿Había llegado mi celo?

- Inhibidores... Por ahí...

Fue lo único que le entendí y que me señaló un mueble cerca de la entrada de la oficina. No paso ni un segundo que dijo eso cuando sentí una mano en mi cadera y unos labios en mi boca. Mi jefe me estaba besando.

¡Esto es una locura!

Continuará...

Mis sollozos en tus rodillas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora