Capítulo 39.

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Infierno

Nadie opinó más sobre el tema, en general. Todos seguimos nuestras ahora ocupadas vidas por igual.

Pese a todo el tiempo pasado, incluso con mi nuevo contrato, seguía yendo a limpiar la casa de ellas, aunque con la diferencia que ahora era más paga.

Y aunque quisiera, hipotéticamente, no verla, el día de mañana tendría que hacerlo por obligación.

De repente, esperando el autobús que más cerca me dejaba al metro, una ventarrón hizo que todo lo cabello tapara mi rostro,

Cuando lo tomé para arreglarlo a su forma original, noté lo largo que lo tenía por descuidarlo, sin contar el cuarto del largo casi blanco y destrozado.

Abrí la aplicación de mapas de mi celular, buscando el primer lugar para cortarlo, no tendría tiempo después.

Caminé poco hasta llegar al primer lugar indicado, siendo algo pequeño. Inmediatamente me reconocieron, dándome un trato quizá mejor del de la media.

Indiqué que quería arreglar un poco el desastre que tenía y un pequeño cambio, a lo que inmediatamente empezó a explicarme cosas de la forma de mi rostro y largo, a lo que fuí aceptando poco a poco.

Salí de allí sin pelo a los lados mi detrás, el lado bueno era que el de arriba lo cubría todo y ahora si podía hacerme tantos peinados como quisiera.

Ya que como era costumbre por todos, delante no podía ver mucho si lo dejaba a su disposición, así que solo lo tiré hacia atrás, viéndose mucho más el cambio, quedando incluso sorprendido hasta yo.

Hacia tantísimo que no lo tenía tan corto a los lados que empecé a pasar mis dedos por esas zonas. Era más fascinación que arrepentimiento, considerando la gran cantidad de cabello cortado.

Volví a la parada de autobuses, siendo la de la universidad.

— ¿TN? — Escuché, sacándome de mi trance con mi cabello. — ¿Sí? — Pregunté, volteando, siendo una chica. —Oh… — Se sorprendió. —Te ves mucho mejor así— Opinó, a lo que sonreí por naturalidad.

Tomé el autobús, luego el metro, siendo esa frase de "Te queda mejor así" muy repetida.

Incluso Nancy, quien no era muy devota a prácticamente el mismo corte pero en Eric.

El día al final terminó, levantándome en la mañana para prepararme para mí día de limpieza.

Tomando un taxi ya que iba tarde, me la había pasado la noche entera como niño pequeño con juguete nuevo, pero no juguete era practicar con mi cabello.

Avisé por mensaje a Jihyo, prácticamente levantándola por lo que respondió.

Parecía ser el único día libre que tenían en semanas, ya que a las ocho de la mañana seguían durmiendo.

Llegué, sintiendo como el portón de fuera se abrió casi automáticamente. Entré a la casa, como de costumbre.

—Por fin llegas— Escuché desde la cocina una vez llegué a la sala. —Ya me puedo ir a dormir otra vez— Poco a poco fué acercándose, hasta cruzar el pasillo y verme.

—Tu cabello— Me señaló. Inmediatamente empecé a tocarlo, sintiendo que algo estaba mal, ella estaba muy metida en el mundo de la moda y belleza para saber que estaba bien y que no.

—Te queda mucho mejor así— Se acercó. —Ya no pareces tan niño ni tan afeminado— Me revolvió un lado y se fué, básicamente a dormir otra vez.

Empecé con la limpieza, cambiando órdenes ya que todas seguían durmiendo por lo visto.

Mientras limpiaba la sala y cuartos aledaños, fuí preparando el banquete, sin desperdiciar tiempo.

Poco a poco el calor tanto de la cocina como el esfuerzo físico iban sintiéndose. A la par que el buen olor de la comida.

Ya me había acostumbrado al cabello largo, así que pasé mis manos por él, olvidando que ahora era corto, sintiendo el frío de mis manos directamente.

Para regular, simplemente pasé una toalla por mi cabeza rápidamente, pero sin mucho cambio, mi cabello ya estaba húmedo.

Escuché como alguien empezaba a bajar las escaleras.

— ¿Qué huele así de bien? — Escuché la voz de Momo. — ¡Mi comida! — Grité no tan alto.

Mientras seguía pendiente con las temperaturas y cosas, ella llegó a la cocina.

Volteé al verla, quedando impresionada. —Te ves tan bien como huele— Soltó, quizá sin pensar mucho. — ¿Ah? — Empecé a reírme un poco. —Te ves bien— Recapacitó por lo visto.

Se metió más a la cocina, intentando ver qué era lo que hacía. Señalé un plato con la comida ya hecha, sabía que sería la primera en bajar por el olor.

Y como un efecto dominó, una por una iba bajando.

Pero ya que estaba por terminar, iba poniendo los platos en la mesa, así que solo Momo me había visto por los momentos, quitando la líder, obviamente.

Al final solo me quedaban los últimos dos platos por llevar, así que dejé que el almuerzo se siguiera haciendo y tomé ambos platos.

Los llevé al comedor, viéndome ahora todas sentadas. Coloque los últimos dos, siendo los de Jihyo y Nayeon, quienes estaban esperando.

—Espero que disfruten sus desayunos— Miré específicamente a Nayeon, quién parecía un foco de teatro y yo la estrella principal.







































Sí de quieren imaginar algo más en concreto, es básicamente el "undercut" o corte del Levi de SnK en vida real.

Y probablemente el próximo capítulo sea el último, tenía que terminar esta historia algún día y seguir con las demás.

Gatito - Nayeon y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora