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Aquel que se había acercado, analizó la imagen y sin pensarlo la soltó de sus manos. Quedando boquiabierto, su cuerpo rápidamente comenzaba a temblar. Estaba asustado, aterrorizado, temía y no sabía correctamente del motivo.

-¡Hey! No toques eso. Es privado.-El hombre dio media vuelta, viendo aquello más apreciado en el suelo.

Al levantarlo miró la fotografía con una sonrisa triste, para después volverlo a colocar en su sitio.-Anda, ayúdame a cortar algunas patatas.

-T...tú eres M...mi, mi, mi, m..mi.

-¿Qué?, anda, esas patatas no se cortaran solas.

-Papá.

Aquel que tenía un cucharón en su mano, dejó de mezclar los condimentos, negando. Pues para él le era imposible creer esa locura.

-¡Eres tú! ¡Tu me dejaste con el y la señora Park! ¡Estás vivo! ¡Soy yo, Lee GeonHak! Dijiste que eras un lobo. Igual que yo. Dijiste que la guerra te arrebató a tu familia. ¡Igual que a mi!. Eres tu mi padre. ¡Lo sé! La señora Park tiene una imagen idéntica a esa, dijo que el día en que me entregaron, mi familia me la había dado.

Al escuchar aquello, el hombre no pudo evitar soltar lágrimas, escuchando cada palabra que aquel que estaba en su casa decía la verdad.
Se quedaba en su mismo sitio, como si sus pies estuvieran pegados al suelo. No se atrevía a moverse y mirarle al rostro.

-¡Es cierto!, el señor Park y tu eran  buenos amigos, y el señor Park era cazador ¡Aquí debía de ser su choza! Tú estás sustituyendolo. Ahora dime... ¡¿POR QUÉ ESTUVISTE VIVO TODO ESTE TIEMPO?! ¿Por qué me mintieron? ¡Dijeron que tú estabas muerto con mamá!. ¡Me abandonaste!.-Sin poderlo creer GeonHak soltaba lágrimas de desesperación y dolor, aquello había sido muy fuerte para él.

Había un silencio en aquella choza, en donde el único ruido era el caldo hervir y el suspirar del cazador.
Por lo cual, el joven pelinegro prefirió irse de aquel lugar, sus intenciones eran marcharse y no volver. Ahora que sabía que su padre no estaba muerto, tenía más motivos por el cual jamás regresar.
Justo tocó la puerta y un cuchillo cayó arriba de su mano, deteniendo su acción.

-¿GeonHak? Si realmente eres tu... Quédate a comer. Te contaré lo que no sabes.-Dicho aquello, aquel hombre continuó haciendo la mezcla. Y después dar media vuelta a sacar patatas de un costal, las lavó y las colocó sobre una mesa.

El nombrado, lo pensó por unos segundos y después, tomó el cuchillo que casi le cortaba la mano y comenzó a cortar las patatas.
En todo el tiempo en que cocinaban, ambos habían permanecido en silencio, ninguno decía nada.
Cuando sirvieron el alimento, tampoco había ruido, ni el zumbar de algún insecto.
Pero al terminar de consumir la comida el hombre había sido  el primero en hablar.

-Había guerra entre el mundo humano y los antherios. Yo estaba aterrado con ello. La detuvieron porque el rey Kim quería que su hijo naciera en paz. Y así fue, la firma de tratados se hizo, dos años después yo comencé a vagar por las orillas de la frontera. Esperaba que pudiéramos cruzar sin ningún problema, el señor Park me ayudaba a cruzar de manera ilegal. Le dije a tu madre, que vinieramos al mundo humano, pues nuestro reino estaba demasiado pobre. La señora y el señor Park tienen muchos años juntos, pero a ella le habían desterrado por siempre del mundo antherio debido a que manejaba la hechicería, eso la tuvo muy triste, pero había logrado eliminar su tristeza por una felicidad, se había embarazado, justo al mismo tiempo que tu madre, le dije a tu madre que debíamos de tenerte aquí, en donde crecerías mejor y nos quedaríamos con los Park. Pero, el reino humano comenzó a darse cuenta que había muchos antherios entre ellos y reclutó al señor Park para que se llevaran a todos y no quedara ninguno. Yo tomé actividades laborales y fingía ser humano. Tu naciste y nos llenabas de felicidad, un día tu madre salió a hacer las compras y un soldado imperial no tuvo piedad de edad. La asesinó en un callejón, me enfadé mucho, quería ir y atacar al rey con mis colmillos. Park me defendió, ese día me presente en el palacio como lobo negro, pero Park se interpuso en la bala. Yo como cobarde huí, era un gran amigo, la hija de los Park creció creyendo que la guerra acabó con su padre, y tu también creciste en una mentira. El rey me buscaba, solo me conocía en forma canis, por lo cual tuve que permanecer en forma humana y tomar el lugar de Park. Le pedí a la señora Park que no te dijera nada de mí, era peligroso para ti, si sabían que eras mi hijo. No quería arriesgarme y permití que te quedaras con ella.

-¿Y por qué no me visitabas?

-Quería que no me vieras como el malo de la historia, por mi culpa, el señor Park y tu madre están muertos. No la protegí como es debido. Por ello, creí que estarían mejor así.

-Papá... Entiendo. Lo hiciste por amor.-El chico no aclaraba sus pensamientos correctamente y comenzó a hablar sin consentimiento de su cerebro.-En la tierra humana, soy conocido como Leedo el usurpador, en el mundo antherio soy un chico que le gusta visitar al joven Yeo y verlo sonreír. Es muy guapo y vine a salvarlo, él ha estado desaparecido y alguien ocupará su puesto de futuro rey.

El cazador al escucharlo negó mencionando que no había escuchado ese apellido con él. Ninguno de los de su especie que ha salvado llevaba ese apellido, pero le mencionó que le ayudaría a buscarlo. Pues entendió que aquel era muy importante para su hijo.

-Gracias papá.

El señor Lee no soportó más y le abrazó. Sintiéndose bien de ver que su hijo estaba completamente bien, era un chico bastante atractivo, alto, y se percató que habían sacado el mismo carácter. Él estaba muy agradecido de haberle encontrado, por pura coincidencia se habían visto. Y no se cansaba de agradecer.

Después de aquellas confesiones, entablaron una plática, en donde GeonHak le contaba a su padre todo de lo que él se había perdido. Le mencionó la primera vez que vio a HwanWoong en un establo, la primera vez que logró controlar el cambio de especie, su primera vez en rechazar a alguien romanticamente, su primer robo y la cosa que había comprado con eso. También le mencionaba como había sido su infancia con la señora Park y como sentía ese lazo de hermandad entre JiEun y él.

Cada cosa había sida contada detalladamente, de la misma forma en que el adulto lo hizo con él. Contándole más de su madre, y de que la señora Park le visita en su forma de cuervo para entregarle más posiones medicinales y seguir ayudando a los de su especie, de esta forma la mujer no podía soltar ninguna palabra de su hijo.

Sin pensarlo, ambos hombres habían tenido su gran tiempo padre e hijo. Lo habían disfrutado mucho que GeonHak había decidido pasar la noche con su padre, en donde al despertar continuaron con su charla.

El Príncipe Y El Anhterio (RAVNWOONG)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora