Desaparecida

Capítulo 34. "Un trío caliente"

     Alemania, 25 de abril del 2019.

     Bella.

     Mica y yo nos observamos en silencio. La he citado en mi oficina, o más bien la de Marco, para aclarar varios puntos con ella. Sé que después de la sentencia de Marco habrá desastre, porque aunque ganemos el juicio, el demandante nos atacará con todo. Así que no pienso perder más tiempo para hablar con ella, en Argentina hablamos muy poco, luego discutimos y accedió a participar en el juicio cuando estuve en peligro de muerte. Siento que no hemos tenido un espacio privado para platicar sobre lo que hemos vivido y nuestra situación actual.

     Ella fue alguien importante en mi vida y me gustaría cerrar las cosas como se debe, con respeto, madurez y amor.

- ¿Cómo estás? – pregunto, rompiendo el silencio.

- Algo impactada por tu invitación – tiene las piernas cruzadas y las manos juntas –. Se supone que no debemos tener contacto.

- Creo que nos debemos una conversación honesta – le paso una taza de café – y no quiero postergarla más. Estos últimos días son tensos, sé que estoy arriesgando mucho, pero es mejor cerrar este tema entre nosotras lo antes posible.

- Viendo que me trajiste en contra de mi voluntad, me obligaste a dejar mi vida normal para involucrarme en una mafia, me expuse en un juicio y prácticamente me ataste la soga al cuello, tienes razón, debemos cerrar todo entre nosotras – toma un sorbo de su café.

- Lo siento – bajo la mirada –. Sé que arrastré a muchas personas conmigo sin detenerme a pensar en las consecuencias. Sé que no estoy haciendo las cosas bien y realmente lamento haberte traído de esa manera, Mica – la miro con sinceridad.

     Ella exhala, dejando su taza de café en la mesa. Me sonríe y extiende su mano hacia mí. La observo por un segundo, pero decido darle mi mano. Ambas nos sonreímos expresando muchas cosas, pero sin decir una palabra.

- Sinceramente, no sé cómo perdonarte esto, Bella – su mirada refleja honestidad –. Todo entre nosotras comenzó mal, el lugar donde nos conocimos, las cosas morbosas que hicimos, las amigas que perdimos y ahora esto – asiento ante cada palabra –. Puedo ser empática y entender tu desespero, sé que amas a Marco y sé que estás dispuesta a todo, pero no creo poder perdonarte que interrumpieras mi vida por beneficio propio, por lo menos no ahora. Tampoco quiero que sientas que te odio, de hecho, te admiro. Eres una mujer realmente fuerte, somos las únicas sobrevivientes de la sección premium, cada una ha avanzado a su manera – aleja su mano –. Espero que entiendas que no puedo darte una amistad nuevamente y que no puedo estar satisfecha con tus disculpas, porque hiciste algo egoísta y mi estabilidad mental vale más que venir a ayudar a Marco. También quiero recalcar que no te odio ni te detesto, simplemente estoy disgustada con lo sucedido y quiero mi espacio y libertad de vuelta.

- Está bien – le sonrío –, sé que no hay mucho que salvar entre nosotras. No podemos forzar una amistad. Vivimos cosas complejas y somos un fuerte recuerdo del pasado, es normal que queramos estar alejadas.

- Concuerdo.

     Saco un sobre del escritorio y se lo doy, ella levanta una ceja y lo toma con curiosidad. Lo abre y saca el boleto de avión que compré esta mañana, una carpeta con un reporte de su trabajo y un sobre con dinero en efectivo.

- Arreglé todos los papeles para que regreses a Argentina, no quiero que sientas que te estoy desechando, quiero que veas esto como una opción – sonrío –. Puedes irte dentro de tres días a Argentina y volver a tu vida, eres libre de elegir tus opciones. Si decides quedarte un tiempo más, el boleto cuenta con cambio de fecha, así que puedes cambiar la fechas las veces que quieras. También te estoy reponiendo todos los gastos que te hice perder por traerte aquí, tampoco quiero que veas el dinero como algo sucio, es lo mínimo que puedo hacer por ti. Es suficiente para vivir dignamente en Alemania por tres meses – sonrío desganada –. Sólo quiero asegurarme que tengas de vuelta todas las comodidas que te quité con mi egoísmo. Quiero saldar cualquier deuda contigo o por lo menos hacer el intento.