𝗜𝗡𝗘𝗙𝗔𝗕𝗟𝗘 ㅡ Kim Seungmin, en el centro del huracán. Todo el mundo señala a aquel con quien discuerda, pero pocos se detienen a buscar verdaderos motivos para hacerlo. Siempre hablan sobre "la calma después de la tormenta", pero nadie se cues...
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Y si quiero triunfar, aunque esté asustado, debo equivocarme
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Sábado, 30 de junio de 2018
- ¡No podemos matarlo!
- Con esa actitud seguro que no.
Cogió un puñado de palomitas y se lo metió en la boca, cayéndose algunas al suelo. Después de pulsar agresivamente los botones durante un buen rato, sonó la música de derrota. Habían vuelto a perder.
- Qué asco de juego.
- Es tu culpa, que eres malo.
- Como sea, me voy a dormir. Son las doce.
- Descansa, si puedes - Hyunjin salió de la habitación del mayor cerrando la puerta.
Habían instalado la Switch en la habitación de Changbin, la cual era bastante espaciosa y disponía de una gran televisión frente a la cama. Llevaban jugando casi toda la noche a un videojuego de aventuras en cooperativo, pero uno de los jefes se les resistía. El mayor se negó a acostarse sin haberlo derrotado, así que siguió jugando por su cuenta, intentando no alzar la voz por la frustración.
⊹ ❀ ⊹
Unas tres horas más tarde, consiguió derrotarlo, alzando su puño en el aire y soltando todo el aire acumulado. Sus ojos comenzaban a enrojecerse y notaba como el cansancio se apoderaba de él, pero ahora era libre, había vencido a ese desgraciado por su cuenta, y al día siguiente podría seguir avanzando la historia con Hyunjin, que era lo que realmente les llamaba la atención.
Había sido un día diferente, y no podía negarlo, estaba feliz. Estiró la espalda, lanzándose a la cama, y rodó hasta quedarse a un lado de esta, de lado, con las manos bajo la almohada, hundiéndose en sus pensamientos.
El sonido de su puerta abriéndose le hizo mirar hacia la entrada, viendo a un Hyunjin despeinado asomarse con cuidado.
- Sabía que seguías despierto.
- No por mucho tiempo.
- No has apagado ni la Switch aún, tío.
- Recógela tú, ya que estás, anda - quejándose, el chico dejó los mandos sobre el escritorio, desconectó los cables y apagó la televisión, dejando la sala a oscuras. Changbin lo observaba en silencio-. He matado a ese cabrón, por fin.
